?Un traficante de personas o un perturbado?
El Salvador detiene al hombre que secuestr¨® a una ni?a mexicana de cuatro a?os
?Se trata de un traficante de personas o un perturbado? A trav¨¦s de un video, el salvadore?o Nelson Valencia, quien reconoce haber robado a la ni?a mexicana Valeria de Jes¨²s, de cuatro a?os, parece m¨¢s bien lo segundo. A ratos habla con la pasi¨®n de un preso y a ratos con la monoton¨ªa de un funcionario. ¡°Yo tom¨¦ a la ni?a, pero no le hice ning¨²n da?o. Nada m¨¢s quer¨ªa que fuera mi hija y yo la iba a legalizar aqu¨ª para tener una mexicana ac¨¢ en Centroam¨¦rica¡±.
Valencia, detenido desde hace tres d¨ªas, rapt¨® a la ni?a en Texcoco, a las afueras de la Ciudad de M¨¦xico, y se la llev¨® hasta El Salvador, a m¨¢s de 1.400 kil¨®metros de distancia. Tuvo que sortear fronteras y controles policiales donde se hizo la vista gorda. El hombre argumenta que en el robo de la menor hay algo de venganza contra un pa¨ªs. Lo hizo por el trato vejatorio que hab¨ªa sufrido por parte de las autoridades mexicanas, algo que no suena descabellado del todo. Ah¨ª se entiende que alguna vez fue detenido en el pa¨ªs norteamericano. Esta fue su forma particular de atentar contra M¨¦xico, donde el robo de ni?os forma parte del imaginario colectivo.
Los investigadores tienen que discernir ahora si est¨¢n ante alguien con problemas mentales o si m¨¢s bien se est¨¢ haciendo pasar por un perturbado. Las organizaciones de derechos humanos que se han preocupado por el tema creen que se trata del miembro de una red de trata de personas que estaba siguiendo el itinerario m¨¢s com¨²n de estas mafias. Los traficantes de la carne aprovechan las facilidades que tienen para salir del pa¨ªs por Chiapas, en el sur de M¨¦xico, y desde Centroam¨¦rica ¡®venden¡¯ su mercanc¨ªa al resto del mundo.
Si Nelson Valencia se dedica a esto no puede ser tachado de buen profesional. El hombre dej¨® a la ni?a en unos apartamentos de Sonsonate, a 50 kil¨®metros de la capital, al cuidado de unos vecinos. Dijo que volver¨ªa m¨¢s tarde, ten¨ªa cosas que hacer. Una mujer que estaba vigilando a la ni?a, seg¨²n la versi¨®n de la polic¨ªa de esta ciudad, la reconoci¨® por el programa de televisi¨®n Laura en Am¨¦rica, en el que hab¨ªa aparecido su madre denunciando la desaparici¨®n. La se?ora contact¨® con un pariente que tiene en Estados Unidos y le envi¨® una foto de la menor para que comprobase si realmente era ella.
El inmigrante, Faustino Quezada, desde Austin (Texas), avis¨® al Ayuntamiento de Texcoco. A su vez, los vecinos del condominio avisaron a la polic¨ªa y esta se puso a buscar a Valencia. Horas despu¨¦s fue detenido a bordo de un autob¨²s. La madre de la ni?a, Ana Cecilia de Jes¨²s, ya la hab¨ªa reconocido a esas horas por videochat. Era el principio del fin de una historia rocambolesca.
La ni?a regres¨® el domingo a su pueblo. Los comerciantes de la plaza en la que hab¨ªa sido robada, donde trabaja su madre vendiendo mercanc¨ªa importada, la recibieron conscientes de que se hab¨ªa producido casi un milagro. La ONU calcula que 70.000 personas al a?o son v¨ªctimas de la trata de personas. 22.000 de ellas son ni?os.
En Texcoco se ha celebrado una misa diaria por la ni?a hasta que ha sido encontrada. Los vecinos creen que sus plegarias han sido escuchadas. Hasta el pueblo se acercaban ayer madres que no saben nada de sus hijos. Se arrimaban a la de Valeria como si la suerte o la divinidad fuese contagiosa. ¡°La fe nos la devolvi¨®¡±, insisti¨® la mam¨¢ de Valeria.
La fiscal¨ªa salvadore?a le imputa a Nelson Valencia los delitos de secuestro, agresi¨®n sexual a una menor y trata de personas. No se cree la historieta perturbadora del detenido. Le ven m¨¢s bien como un miembro de una c¨¦lula criminal que opera a nivel internacional. Hay sospechas de que puede ser hasta uno de los carteles mexicanos de la droga que est¨¢ expandi¨¦ndose en otros negocios.
La coalici¨®n contra el Tr¨¢fico de Mujeres y Ni?as en Am¨¦rica Latina y el Caribe ahonda en esa idea y asegura que el caso de Valeria pone al descubierto una red de tr¨¢fico de ni?os que despu¨¦s son explotados sexualmente o adoptados ilegalmente. La respuesta, a menos que se investigue m¨¢s, la tiene el que ahora est¨¢ entre rejas, el que apela al maltrato mexicano como una excusa para arrancar a una ni?a de los brazos de su madre. Lo que esconde puede sacar a la luz por fin un problema subterr¨¢neo que afecta sobre todo a los que menos tienen.
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