Gallard¨®n invoca el ¡°mandato de los ciudadanos¡± para cambiar el aborto
El PSOE llama a la sociedad contra la ¡°abolici¨®n¡± de la interrupci¨®n del embarazo
¡°Se?or Gallard¨®n, por qu¨¦, por qu¨¦ hace esto, qu¨¦ le han hecho las mujeres¡±. As¨ª arranc¨® este mi¨¦rcoles, pasadas las nueve de la ma?ana, en la sesi¨®n de control al Gobierno, el primer rifirrafe sobre las intenciones del Ejecutivo respecto a la legislaci¨®n del aborto. La pregunta era de la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano. Despu¨¦s vendr¨ªa una interpelaci¨®n defendida por la portavoz de Igualdad del Grupo Socialista, Carmen Mont¨®n. Ante las acusaciones de retroceso de 30 a?os, de vulneraci¨®n de los derechos de las mujeres, de intromisi¨®n en el derecho a decidir sobre la maternidad, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, se envolvi¨® en el ¡°mandato de los ciudadanos¡± para cambiar la ley del aborto y aludi¨® a la interpretaci¨®n que el Tribunal Constitucional hizo en 1985 sobre este asunto. En efecto, en su programa los populares se comprometieron a cambiar la ley aprobada por el Gobierno socialista en 2010, pero sin dar detalles ni precisar hasta d¨®nde ten¨ªan previsto cambiarla. No hay lugar para la transacci¨®n con el paso que ha dado el ministro de contraponer el derecho de las mujeres a su libertad con el derecho del ¡°concebido¡±. ¡°Nosotros repondremos el derecho de los no nacidos¡±, ha avisado el titular de Justicia.
Eso significa echar abajo la actual ley de plazos, que permite abortar durante las primeras 14 semanas de embarazo, pero tambi¨¦n eliminar los supuestos actuales, incluida la posibilidad de interrumpir el embarazo por malformaciones en el feto. Con estos apuntes se intuye que el Gobierno ir¨¢ m¨¢s all¨¢ de cambiar la ley de 2010, al eliminar supuestos de la norma de 1985.
Los argumentos y las objeciones de las diputadas socialistas Elena Valenciano, primero, y Carmen Mont¨®n, despu¨¦s, se extendieron por diferentes ¨¢mbitos: pol¨ªticos, jur¨ªdicos, sanitarios y morales. ¡°Sobre las mujeres no decide nadie; ni los obispos ni los ministros¡±, clam¨® Mont¨®n, ante lo que no anda lejos de ser ¡°la abolici¨®n encubierta del aborto¡±, ante las restricciones anunciadas, proclam¨® la diputada socialista.
Con gr¨¢ficos en mano, la portavoz de Igualdad del PSOE cit¨® los pa¨ªses europeos en los que rige una ley de interrupci¨®n del embarazo similar a la espa?ola. ¡°Con los cambios que anuncia¡±, dijo, ¡°se condena a las espa?olas a tener que acudir a m¨¦todos cruentos o a abortar a Londres las que se lo puedan permitir econ¨®micamente¡±. Antes, la n¨²mero dos del PSOE, Elena Valenciano, en tono muy duro, hab¨ªa hecho esa dicotom¨ªa y situaba a las mujeres ¡°de la clase social de Gallard¨®n¡± en el grupo que podr¨ªa ir a abortar a Londres, ¡°como antes, como siempre¡±, y a las m¨¢s d¨¦biles econ¨®micamente, dijo, se las condenar¨ªa a poner en riesgo su vida al acudir a la clandestinidad.
El ministro de Justicia asegur¨® que hace los cambios en la ley por convicci¨®n, sin presiones. ¡°Ni lobbies ni jerarqu¨ªas eclesi¨¢sticas, sino respeto a la Constituci¨®n y al mandato del pueblo, que nos pidi¨® que cambi¨¢ramos la ley¡±, argument¨®. Cada posici¨®n fue acogida por la bancada del correspondiente orador con los diputados puestos en pie y en apretado aplauso. La derecha aplaudi¨® a Gallard¨®n; la izquierda, a Mont¨®n.
La discusi¨®n avanz¨® sin la menor posibilidad de encontrar un punto de aproximaci¨®n. ¡°?Por qu¨¦ la derecha espa?ola no est¨¢ a la altura de la derecha europea y deja la ley actual que da seguridad jur¨ªdica, seguridad sanitaria, seguridad profesional, hace prevenci¨®n¡?¡±, enumer¨® Mont¨®n. Tambi¨¦n pregunt¨® por qu¨¦ el Gobierno no espera a que el Constitucional se pronuncie sobre la reforma de Zapatero antes de que la ley llegue a la C¨¢mara.
?Para qu¨¦?, se pregunt¨® Gallard¨®n. Hasta tres veces, dijo, el Tribunal se ha pronunciado sobre la necesidad de respetar los derechos del no nacido. ¡°El concebido es un bien jur¨ªdico protegido y cuando entra en conflicto con otros derechos, como el de la mujer a su pleno desarrollo personal, libertad de creencias, etc¨¦tera, el legislador tiene que dar respuesta, pero no acabar con los derechos del concebido. Los derechos de la mujer no pueden tener prevalencia sobre los derechos del no nacido¡±, sentenci¨® el ministro.
Pero esta literatura jur¨ªdica del Constitucional no se ha traducido de la manera que anuncia el titular de Justicia y que tiene intenci¨®n de plasmar en la futura ley del aborto. ?De nuevo la c¨¢rcel para las mujeres por abortar? No, asegur¨® el ministro. ¡°Ninguna mujer ir¨¢ a la c¨¢rcel por abortar¡±, dijo, sin precisar c¨®mo se conseguir¨¢ eso. ¡°Respete a las mujeres, ministro. Y yo, que soy madre, me siento igual de mujer antes y despu¨¦s de parir¡±, dijo Mont¨®n, que anunci¨® que luchar¨¢ ¡°por no dejar¡± a su hija como herencia ¡°una ley que no respeta el derecho de las mujeres a decidir¡±.
No le importa a Gallard¨®n lo que le digan, porque, dijo, ¡°la defensa de los m¨¢s d¨¦biles justifica¡± toda su vida pol¨ªtica. Esas aseveraciones provocaron desasosiego en la bancada socialista, que interpret¨® que el ministro va muy en serio y que la futura ley ser¨¢ sumamente restrictiva.
La diputada Mont¨®n hizo un llamamiento a la sociedad para que ¡°se oponga a este retroceso¡± y llam¨® a la sociedad a no dar ¡°ni un paso atr¨¢s¡±. La batalla tambi¨¦n va en serio por parte de la izquierda, esta vez abanderada por el PSOE en el Parlamento. ¡°Gallard¨®n, ya no toca ser el progre del Gobierno¡±, espet¨® con dura iron¨ªa la n¨²mero dos socialista. ¡°Usted carece de la necesaria serenidad para abordar este asunto¡±, replic¨® el ministro a Valenciano. El componente an¨ªmico inapropiado tambi¨¦n se lo atribuy¨® el ministro a la portavoz de Igualdad.
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