Urge limpiar el espacio
Los expertos advierten que, adem¨¢s de generar menos basura en ¨®rbita, hay que pensar en retirar la que ya existe
Unos 5.000 lanzamientos realizados desde que comenz¨® la era espacial han ensuciado tanto las ¨®rbitas terrestres que ha llegado el momento de empezar a limpiar la basura acumulada ah¨ª arriba y que pone en peligro los sat¨¦lites en funcionamiento. No basta, por tanto, con reducir el ritmo de producci¨®n de m¨¢s y m¨¢s basura, sino que hay que pensar ya en tecnolog¨ªas y estrategias para quitarla, advierten los expertos. Un artefacto que salga al espacio, se aproxime a un viejo sat¨¦lite apagado y lance una gran red para capturarlo y conducirlo hacia su destrucci¨®n controlada es una idea. Otra estrategia posible ser¨ªa la pesca de fragmentos de basura espacial con una especie de arp¨®n para enganchar y arrastrar el desecho. Los ingenieros estudian diferentes opciones, pero lo que est¨¢ claro es que hay que actuar cuanto antes. ¡°Las medidas para mitigar el problema de la basura espacial, si los dise?adores de sat¨¦lites y los operadores de misi¨®n las implementan adecuadamente, pueden cortar el crecimiento de la poblaci¨®n de desechos en ¨®rbita. Sin embargo, la retirada activa de basura es necesaria para revertir el crecimiento de fragmentos¡±, ha declarado Heiner Klinkrad, director de la oficina de Basura Espacial de la Agencia Europea del Espacio (ESA), en la sexta conferencia de este organismos dedicada al problema. M¨¢s de 350 expertos de todo el mundo han debatido esta semana los problemas de la basura espacial en la reuni¨®n celebrada en el centro de operaciones ESOC, en Darmastadt (Alemania) y clausurada hoy.
¡°Hay un amplio y fuerte consenso entre los expertos acerca de la necesidad de actuar ahora para empezar las actividades de retirada de basura espacial¡±, ha sintetizado Klinkrad. ¡°Nuestra comprensi¨®n del creciente problema de la basura espacial se puede comparar con la necesidad de afrontar el problema del cambio clim¨¢tico en la Tierra hace 20 a?os¡±.
Actualmente, hay unos 170 millones de fragmentos de basura espacial de tama?o superior a un mil¨ªmetro, seg¨²n las estimaciones de los expertos, 670.000 de los cuales son mayores de un cent¨ªmetro y 29.000 de m¨¢s de 10 cent¨ªmetros. A las altas velocidades que llevan, incluso los m¨¢s peque?os suponen un peligro para los artefactos espaciales funcionando, ya que su impacto puede afectar a partes vitales del mismo. Pero cuando tienen ya un tama?o considerable, los efectos son f¨¢cilmente catastr¨®ficos. Por ejemplo, los expertos de la ESA han recordado que la colisi¨®n en el espacio de un sat¨¦lite estadounidense de comunicaciones (Iridium-33) con un sat¨¦lite militar ruso (Kosmos-2251) provoc¨® la destrucci¨®n de ambos y gener¨® m¨¢s de 2.200 trozos observables.
El peligro es constante. La misma Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS) tiene que maniobrar de vez en cuando para evitar el riesgo de colisi¨®n con un fragmento de basura espacial que podr¨ªa incluso ser letal para los astronautas: una perforaci¨®n en el fuselaje y la despresurizaci¨®n del campamento orbital supondr¨ªa una grave emergencia, en el mejor de los casos.
La basura no est¨¢ repartida uniformemente, sino que hay algunas ¨®rbitas especialmente sucias: las comprendidas entre 800 y 1.000 kil¨®metros de altura sobre la superficie terrestre. La concentraci¨®n aumenta el riesgo para los sat¨¦lites que operan a dicha altura, pero tambi¨¦n facilitar¨ªa el desarrollo de misiones de retirada de artefactos viejos o piezas, se?alan los expertos.
Aproximadamente 1.000 sat¨¦lites (sobre todo de telecomunicaciones, meteorol¨®gicos, de navegaci¨®n, cient¨ªficos y de observaci¨®n de la Tierra) est¨¢n activos en ¨®rbita actualmente. Su destrucci¨®n tendr¨ªa un coste inmenso. ¡°Pese a que las medidas para evitar el crecimiento de los desechos en el espacio y las actividades para la retirada de sat¨¦lites que no funcionan son t¨¦cnicamente exigentes y potencialmente costosas, no hay alternativa para proteger el espacio como un recurso valioso para nuestra cr¨ªtica infraestructura de sat¨¦lites¡±, ha explicado Klinkrad.
Existen normas y recomendaciones sobre los artefactos en ¨®rbita, como no apurar el uso de los sat¨¦lites hasta el punto de que puedan fallar y quedar descontrolados, dirigir los artefactos a las llamadas ¨®rbitas cementerio donde no supongan peligro para los equipos activos, o los dispositivos de las etapas superiores de los cohetes para favorecer su destrucci¨®n r¨¢pida por reentrada en la atm¨®sfera. Pero el crecimiento de la basura espacial demuestra que esto no es suficiente. De ah¨ª que se haya dado un salto cualitativo hacia las misiones de limpieza orbital. ¡°Como es una labor global, la retirada activa [de residuos espaciales] es un reto que debe ser abordado como esfuerzo conjunto en cooperaci¨®n con las agencias espaciales de todo el mundo y con la industria¡±, ha se?alado el exastronauta Thomas Reiter, director de Vuelos Tripulados y Operaciones de la ESA.
La empresa Astrium, el gigante espacial europeo, se ha declarado ¡°comprometida con el desarrollo de tecnolog¨ªas apropiadas para mitigar y solucionar los problemas relacionados con la basura espacial¡±. Sus desarrollos est¨¢n enfocados al blindaje y adaptaci¨®n de los dise?os de sus veh¨ªculos espaciales para reducir su vulnerabilidad respecto a peque?os desechos y a las ¨²ltimas fases de misi¨®n para evitar que dichos veh¨ªculos se conviertan en basura espacial. Pero adem¨¢s, ha desarrollado varios conceptos innovadores para las futuras misiones de limpieza activa.
Pero el problema no se limita a la ingenier¨ªa, reconocen los expertos, sino que suscita tambi¨¦n problemas legales y exige acuerdos internacionales. Por ejemplo, si un sat¨¦lite que ya no estuviese operativo constituyese un riesgo para el resto de los artefactos en su misma ¨®rbita y se decidiese enviar una misi¨®n para retirarlo ?habr¨ªa que pedir permiso a su propietario? ?Qui¨¦n pagar¨ªa la operaci¨®n? Los expertos concluyen que mientras las tecnolog¨ªas de retirada de basura espacial deber¨ªan ser gen¨¦ricas para poder utilizarse con diversos objetos, habr¨ªa que concretar acuerdos en cada caso con los propietarios de los objetos a liquidar.
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