El principal sospechoso, acusado de violaci¨®n y secuestro
La juez impone a Ariel Castro una fianza de ocho millones de d¨®lares por mantener a las tres chicas encerradas
Amanda Berry y Gina DeJesus, dos de las j¨®venes que hasta el pasado lunes permanecieron secuestradas durante 10 a?os en una casa de un barrio paup¨¦rrimo de Cleveland (EE UU), regresaron ayer a sus respectivos hogares, muy cerca de la casa en la que estuvieron cautivas. Pidieron respeto a su intimidad ¡ª¡°pido intimidad para mi hermana y mi sobrina¡±, dijo Beth Berry¡ª, tiempo para recuperarse de un duro cautiverio. La polic¨ªa inform¨® de que en esa vivienda en la que estuvieron encerradas han hallado material para tenerlas amarradas. ¡°Tenemos confirmaci¨®n de que estuvieron atadas, hab¨ªa cadenas y cuerdas en la casa¡±, asegur¨® el jefe de polic¨ªa de Cleveland, Michael McGrath, a la cadena de televisi¨®n NBC.
La polic¨ªa tambi¨¦n inform¨® de que las j¨®venes estaban en habitaciones diferentes, aunque eran conscientes de su existencia las unas de las otras. Las rehenes solo pod¨ªan salir ¡°de vez en cuando¡± al patio trasero de la vivienda.
Este mi¨¦rcoles, mientras viv¨ªan su primer d¨ªa fuera de esa c¨¢rcel, los hermanos Ariel, Pedro y Oneil Castro, prestaron declaraci¨®n ante los agentes del FBI. Horas despu¨¦s, la fiscal¨ªa de Cleveland decidi¨® acusar a Ariel de cuatro cargos de secuestro y tres de violaci¨®n. La juez de Cleveland ha impuesto a Castro una fianza de ocho millones de d¨®lares, dos millones por cada uno de los tres casos de secuestro y violaci¨®n, y otros dos por el secuestro de la menor. Sus dos hermanos quedaron libres de cargos al considerar el fiscal que no hay pruebas de que estuviesen al tanto de los secuestros. La prima de los Castro, Mar¨ªa Castro Montes, tambi¨¦n dudaba de que Ariel hubiera hecho part¨ªcipes a sus hermanos de su macabro secreto. ¡°Beb¨ªan mucho y pod¨ªan irse de la lengua. ?C¨®mo iba a hacer eso?¡±, se pregunt¨®.
La fachada de las residencias de Berry y DeJesus, llenas de globos, peluches y carteles de bienvenida, contrastaba con la casa del 2207 de la Avenida Seymour, en la que entraron ambas de adolescentes hasta convertirse en mujeres encerradas junto a Michelle Knight los ¨²ltimos 10 a?os. La vivienda estaba rodeada por una cinta policial y cerrada al paso por las autoridades. En las ¨²ltimas horas, los agentes del FBI se han incautado, entre otras cosas, de la camioneta roja y el sed¨¢n oscuro propiedad de Castro y de la puerta que rompieron a patadas sus vecinos para que las j¨®venes pudieran escapar. Las autoridades han confirmado que en la vivienda no se han hallado restos humanos.
Los tres hermanos Castro colaboraron con la investigaci¨®n, desvelando los detalles de c¨®mo fue el secuestro y el internamiento de las tres j¨®venes durante 10 a?os, seg¨²n la NBC. El FBI investiga ahora una posible conexi¨®n entre el rapto de Berry, DeJesus y Knight y la desaparici¨®n de Ashley Summers de la que se perdi¨® la pista en 2007. Durante mucho tiempo, el caso de Summers se relacion¨® con los de Berry y DeJesus, ha indicado un portavoz del FBI a The Cleveland Plain Dealer. La t¨ªa de DeJesus pidi¨® ayer frente a la casa de su sobrina la liberaci¨®n de Summers.
Muchas de las preguntas que el FBI formul¨® ayer a los acusados son las que tambi¨¦n se hacen muchos de sus vecinos. Los Castro, una familia de 20 hermanos repartida entre Estados Unidos y Puerto Rico, son muy conocidos y apreciados en el barrio. ¡°Yo me he criado en esta calle. Esta comunidad es muy fuerte y lo que han hecho mis primos no tiene nada que ver con los valores que nosotros defendemos¡±, asegur¨® la prima, que ofreci¨® su apoyo a sus familias; ella es amiga de la madre de DeJesus. ¡°Ellas son lo primero, necesitan su privacidad y su tiempo¡±, indic¨®. Unas palabras muy similares a las que pronunci¨®, a 10 minutos en coche de donde se encontraba Castro, la hermana de Berry, Beth Serrano, y la t¨ªa de DeJesus, Sandra Ruiz. ¡°Pedimos comprensi¨®n y respeto. En cuanto estemos listos hablaremos¡±, asegur¨® Ruiz.
Desde que el lunes recuperaran la libertad, Berry y DeJesus han permanecido junto a sus familiares en paradero desconocido. Knight est¨¢ en buen estado de salud en un hospital. Ayer, Berry regres¨® a su hogar, que no pisaba desde que desapareciera el 21 de abril de 2003. Entr¨® acompa?ada de la ni?a de seis a?os que tambi¨¦n fue hallada en la casa de la que fueron rescatadas y que algunos medios han identificado como Jocelyn.
DeJesus volvi¨® a su casa horas m¨¢s tarde; precisamente, se dirig¨ªa hacia all¨ª cuando baj¨® del autob¨²s el 2 de abril de 2004 procedente de la escuela. Su familia no supo nada m¨¢s de ella hasta este lunes, aunque nunca dej¨® de buscar. Un dedo levantado a trav¨¦s de la ventanilla fue el ¨²nico gesto de DeJesus para asegurar a la multitud que se agolpaba en su calle que se encontraba bien.?
Al alivio y la alegr¨ªa por la liberaci¨®n de las tres j¨®venes se sumaron en las ¨²ltimas horas a las dudas y la indignaci¨®n por la actuaci¨®n policial durante la b¨²squeda de Berry, DeJesus y Knight, y sobre la reacci¨®n de quien respondi¨® a la llamada de auxilio de Berry el pasado lunes por la tarde. La forma abrupta de colgar el tel¨¦fono por el miembro del 911 provoc¨® en la tarde del martes infinidad de comentarios airados en las redes sociales y la creaci¨®n de una p¨¢gina en Facebook que pide su despido. La Polic¨ªa de Cleveland ha asegurado que va a investigar si se cumplieron todos los protocolos en la respuesta a la llamada que permiti¨® la liberaci¨®n de las tres j¨®venes.
Varios vecinos de Castro criticaron el martes a algunos medios de comunicaci¨®n por lo que consideran cierta negligencia policial a la hora de atender denuncias que varios vecinos realizaron en los a?os pasados advirtiendo de que hab¨ªan visto a una menor desnuda y gateando en el patio trasero de la casa de Castro.
El director de Seguridad P¨²blica de Cleveland, Martin Flask, asegur¨® que la Polic¨ªa nunca recibi¨® ninguna informaci¨®n que indicara que estuviera pasando algo anormal en la casa de la calle Seymour. Ayer, los vecinos reconocieron que nunca alertaron a las autoridades de lo que creyeron haber visto en la casa de Castro.
¡°El verdadero h¨¦roe soy yo¡±
A primera hora de este jueves, ?ngel Cordero observaba c¨®mo una limusina acud¨ªa a recoger a Charles Ramsey para su ronda televisiva de entrevistas. Ramsey se ha convertido en un h¨¦roe nacional tras dar a conocer c¨®mo rescat¨® a Amanda Berry, Gina DeJesus y Michelle Knight de la casa de su vecino en la que hab¨ªan permanecido cautivas durante 10 a?os. Desde entonces, Ramsey tiene un representante y McDonalds le patrocina gracias a la publicidad que ha hecho a la cadena al comentar que se estaba comiendo una de sus hamburguesas cuando oy¨® los gritos de Berry. Cordero, sin embargo, deber¨¢ regresar el lunes a conducir su cami¨®n.
Probablemente, si Cordero -que naci¨® hace 32 a?os en la Rep¨²blica Dominicana - hablara ingl¨¦s de manera m¨¢s fluida, habr¨ªa sido ¨¦l qui¨¦n se hubiera subido en esa limusina. Porque fue Cordero y no Ramsey quien primero acudi¨® a socorrer a Berry y tambi¨¦n qui¨¦n tir¨® abajo la puerta que manten¨ªa encerradas a las tres j¨®venes. La gloria de la que ahora goza Ramsey esquiv¨® a Cordero por el hecho de que no pudiera contar lo que pas¨® a los medios estadounidenses.
?ngel Cordero, sin embargo, no contempla esta carambola ling¨¹¨ªstica del destino como una injusticia. "Yo hice lo que ten¨ªa que hacer y cuando Berry salga dir¨¢ realmente qui¨¦n fue la que la rescat¨® de all¨ª", cont¨® a EL PA?S.
El lunes a las seis de la tarde, su vecina, la se?ora Aurora Mart¨ª, corri¨® a advertirle de que hab¨ªa una chica chillando en la casa de enfrente. "Cruc¨¦ y v¨ª a Berry gritando y aporreando la puerta", explic¨® Cordero. "Le pregunt¨¦ que si se hab¨ªa incendiado algo en la vivienda y me contest¨® que no, que llevaba secuestrada 10 a?os". Entonces, seg¨²n la versi¨®n del joven, trat¨® de abrir la puerta. "No pude porque estaba enganchada con una cadena, as¨ª que empec¨¦ a darle patadas a la parte de abajo hasta que se rompi¨®", indic¨®.
Berry sali¨® como un rayo de la casa que hab¨ªa sido su c¨¢rcel durante una d¨¦cada. "Le dije que corriera no fuera a ser que regresara Castro y nos pasara algo", relat¨® Cordero. "Entonces ella volvi¨® a entrar a por la ni?a". Cordero cuenta que Berry estaba muy nerviosa, con el pelo revuelto y la cara demacrada.
?En qu¨¦ momento aparece Ramsey en esta historia? Angel Cordero dice que cuando Berry explic¨® que hab¨ªa otras dos chicas m¨¢s encerradas en la casa, la se?ora Mart¨ª llam¨® a Ramsey para pedir ayuda. "?l hizo el amago de entrar para sacarlas, pero luego se arrepinti¨®", indica Cordero. "Y s¨ª, llam¨® al 911, pero mucho despu¨¦s de que lo hiciera Berry". Otra vecina, Altagracia Mart¨ª, fue quien le proporcion¨® el tel¨¦fono a la joven.
"Si llaman h¨¦roe a quien rompi¨® la puerta, pues ese soy yo", reconoce con una media sonrisa. "Si el moreno se quiere hacer el h¨¦roe, ese es su problema".
Cordero lleva 13 a?os viviendo en Cleveland. Vive frente a la casa de Castro, cuya puerta ayud¨® a destrozar. En todo este tiempo, el joven nunca sospech¨® que entre sus paredes su vecino tuviera encerradas a tres j¨®venes. Tras ayudarlas recuperar su libertad, Cordero s¨®lo siente felicidad. "Me siento muy bien y muy contento de que sus familias y ellas puedan por fin rehacer sus vidas".
Los curiosos que escuchan el relato de Cordero y saben espa?ol no salen de su asombro. Los que s¨®lo hablan ingl¨¦s siguen creyendo que el h¨¦roe del rescate es el hombre cuya valent¨ªa alabaron todos los medios.
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