?Fue habitable Marte?
Los hallazgos de los robots ¡®Curiosity¡¯ y ¡®Opportunity¡¯ indican que el planeta pudo acoger diferentes formas vivas
El veh¨ªculo Curiosity, explorando el planeta Marte, ha descubierto que el fondo del cr¨¢ter Gale, donde se encuentra, fue un lugar habitable para organismos del tipo de los que habitamos la Tierra en alg¨²n momento durante las primeras fases de la evoluci¨®n geol¨®gica marciana. En aquel tiempo, el suelo y las rocas de Gale se vieron alterados por la presencia de agua en cantidades importantes y, adem¨¢s, estas masas acuosas no eran ni excesivamente ¨¢cidas ni muy saladas. Se trata sin duda de un descubrimiento extraordinario, especialmente para un robot que no lleva ni diez meses trabajando en Marte.
El suelo y las rocas del cr¨¢ter Gale se vieron alterados por la presencia de agua
Pero el relato de los hallazgos de Curiosity suele ir acompa?ado con el argumento de que su predecesor, el rover Opportunity, est¨¢ explorando una regi¨®n marciana hostil para formas vivas similares a las terrestres. Esta afirmaci¨®n se fundamenta en los propios descubrimientos del Opportunity, que lleva m¨¢s de nueve a?os analizando las planicies de Meridiani. El suelo y el subsuelo de Meridiani tambi¨¦n fueron alterados por agua l¨ªquida en tiempos remotos, pero en este caso el agua era ¨¢cida y salada, lo que ha servido para extender la noci¨®n de que Meridiani nunca fue habitable. Esta idea se incorpora con frecuencia a la narraci¨®n del viaje del Curiosity, y sirve para sugerir que en el Marte primitivo existieron entornos habitables y no habitables, resaltando as¨ª, por contraposici¨®n, la importancia de los descubrimientos en el cr¨¢ter Gale. Pero esta valoraci¨®n es err¨®nea, y es importante analizar por qu¨¦ lo es.
Diversos modelos geoqu¨ªmicos nos han ayudado a reconstruir las caracter¨ªsticas del agua primitiva de Meridiani a partir de las rocas analizadas por el Opportunity, y as¨ª hemos descubierto que era agua salada y ¨¢cida.
En la Tierra conocemos una gran cantidad y variedad de masas de agua con elevadas acidez y salinidad, comparables o incluso superiores a las que caracterizaban los entornos acuosos de Meridiani. En estos lugares, la vida es abundante y diversa. Podemos fijarnos, por ejemplo, en los ambientes ¨¢cidos m¨¢s extensos de la Tierra, como los lagos ¨¢cidos de la regi¨®n del r¨ªo Yilgarn, en Australia Occidental. All¨ª, algunos lagos tienen un pH muy bajo, en algunos casos cerca de 1.5. Otro enclave con acidez extrema en la Tierra lo constituyen algunas de las fuentes del r¨ªo Tinto, en Huelva, que llegan a alcanzar un pH de tan s¨®lo 1. En las aguas del Tinto la biodiversidad es extraordinaria: se han descrito m¨¢s de mil especies distintas de hongos y un centenar de algas, adem¨¢s de protistas y bacterias.
En la Tierra la vida es abundante y diversa en entornos extremos
En lo que se refiere a entornos salinos, en la Tierra existen masas de agua estables muy saladas, como por ejemplo el lago Assal, en la Rep¨²blica de Yibuti, que contiene hasta un 40% de sales. Otros lagos con m¨¢s del 30% de sal en su composici¨®n son el Mar Muerto, entre Jordania, Palestina e Israel; o el Gran Lago Salado, en Utah, Estados Unidos. Los lagos salados albergan una gran riqueza de comunidades de seres vivos, entre otras cosas, por la disponibilidad de nutrientes y por la escasez de predadores.
Estos entornos ¨¢cidos y salados est¨¢n habitados por comunidades densas y diversas, que incluyen diferentes especies de bacterias, arqueas, algas y hongos. Adem¨¢s, a¨²n no sabemos si la vida en la Tierra se origin¨® precisamente en lugares con elevadas acidez y/o salinidad, o en entornos menos extremos. Ambos escenarios han sido contemplados en diferentes hip¨®tesis. Es evidente que, en el primer supuesto, carece de sentido poner en duda la habitabilidad de Meridiani en el pasado.
En los entornos ¨¢cidos y salados hay comunidades densas y diversas
Pero la hip¨®tesis de que la vida no puede formarse en entornos extremos, y que por lo tanto s¨®lo puede adaptarse a ellos y colonizarlos una vez que se ha originado en un ambiente no extremo, tampoco parece un argumento de peso para borrar a Meridiani del mapa de los posibles lugares habitables en el Marte primitivo. El Curiosity y el Opportunity est¨¢n colaborando para revelar una historia del agua en Marte hasta ahora desconocida: los sedimentos m¨¢s antiguos en los lugares de estudio de ambos veh¨ªculos coinciden en mostrarnos un planeta muy h¨²medo en origen, con un ciclo h¨ªdrico posiblemente global, caracterizado por aguas generalmente ni saladas ni ¨¢cidas. Algunos cientos de millones de a?os despu¨¦s de su formaci¨®n, Marte perdi¨® la mayor¨ªa de su atm¨®sfera y de su hidrosfera, y el agua en superficie se torn¨® escasa y, entonces s¨ª, ¨¢cida y salada. Por lo tanto, es muy posible que Meridiani evolucionara desde un estado primitivo, caracterizado por la presencia de aguas no excesivamente saladas ni ¨¢cidas, hasta convertirse en un entorno tan extremo y ex¨®tico en el Marte antiguo como puedan serlo el lago Assal o el r¨ªo Tinto en la Tierra hoy. Pero, de ser as¨ª, es evidentemente insostenible catalogarlo como hostil para la vida en ninguna de las fases de su evoluci¨®n geoqu¨ªmica, ya que los posibles habitantes originales de Meridiani habr¨ªan tenido la oportunidad de adaptarse a las nuevas condiciones impuestas por la transici¨®n hacia la acidez y salinidad elevadas.
No parece que la mejor estrategia en el intento de destacar las enormes posibilidades que ofrec¨ªa el cr¨¢ter Gale para el establecimiento de comunidades biol¨®gicas en el pasado sea precisamente infravalorar la importancia astrobiol¨®gica de Meridiani.
El planeta vecino fue muy h¨²medo en origen, con un ciclo h¨ªdrico global
Las dos regiones son esenciales para que podamos reconstruir la evoluci¨®n de Marte, justamente porque se trata de dos entornos habitables que ofrecieron condiciones favorables para la vida en momentos y lugares muy distantes durante la temprana historia geol¨®gica del planeta. Adem¨¢s, las diferencias entre ambas regiones permiten aventurar que, en conjunto, hubieran podido acoger una gran variedad de formas vivas semejantes a las terrestres, de manera similar a como distintos organismos habitan entornos extraordinariamente diferentes en la Tierra. Es innecesario recurrir a argumentos competitivos cuando comentamos los descubrimientos de nuestros veh¨ªculos en Marte: s¨®lo tenemos dos.
Alberto Gonz¨¢lez Fair¨¦n es investigador en el Departamento de Astronom¨ªa de la Universidad Cornell, en Nueva York (EE.UU.), y es miembro de los equipos cient¨ªficos de los veh¨ªculos de exploraci¨®n planetaria Curiosity y Opportunity.
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