Los primeros espa?oles que se casaron: ¡°Les decimos: ¡®Id a la guerra¡±
El primer matrimonio gay de Espa?a dice a a los novios franceses: "Tienen que exigir respeto" Emilio Men¨¦ndez y Carlos Batur¨ªn recuerdan su boda en julio de 2005
Emilio Men¨¦ndez y Carlos Batur¨ªn fueron los primeros gais que se casaron en Espa?a hace ocho a?os. Son los Vincent y Bruno que este mi¨¦rcoles contraer¨¢n matrimonio en Montpellier (Francia). Los espa?oles dieron el "s¨ª, quiero" el 11 de julio de 2005 en Tres Cantos (Madrid). Alrededor, amigos, familia y periodistas mascando la historia y la emoci¨®n.
Los franceses se casan entre 100 polic¨ªas. Las concentraciones de cientos de miles de personas y la violencia hom¨®foba han precedido la aprobaci¨®n de la ley. Los ataques y concentraciones siguen. Mientras, Vincent y Bruno comparecen delante de la alcaldesa de la ciudad para cambiar de estado civil. En Espa?a, por el contrario, hubo una manifestaci¨®n masiva pero pac¨ªfica contra el matrimonio homosexual. Acudieron los representantes m¨¢ximos de la Iglesia y altos cargos del PP, pero no el jefe de la oposici¨®n, Mariano Rajoy. Y eso que Espa?a, hace ocho a?os, se contaba entre los pocos pa¨ªses en que se permit¨ªan las bodas gais.
Emilio, un escaparatista de 59 a?os, manda un mensaje a la pareja francesa: "Tienen que ser valientes. Nosotros lo tuvimos muy f¨¢cil, ya lo sabes. Pero ante la intolerancia hay que plantar cara. Ellos tienen que ser los primeros en sentirse merecedores de respeto, y exigirlo. A mis 59 a?os, casi 60, yo les digo, 'id a la guerra'. Nos ha sorprendido la reacci¨®n all¨ª, pero Francia es el pa¨ªs de Le Pen y de Lefevre, entiendo que hay una burgues¨ªa muy carca".
"Yo les doy la enhorabuena y les deseo mucha felicidad", dice por su parte Carlos, un psiquiatra de ascendencia estadounidense, mayor que Emilio. Desea que la violencia francesa se quede solo una explosi¨®n inicial. "Puede que sea una ofensiva contra el presidente franc¨¦s, Fran?ois Hollande, aprovechando que su gesti¨®n est¨¢ siendo muy criticada". Le sorprende, tanto como a su marido, el clima galo contra las bodas igualitarias.
30 a?os, cuatro meses y 28 d¨ªas
El escaparatista y el psiquiatra espa?oles deseaban contraer matrimonio cuanto antes. Estaban hartos de esperar. Tanto como 30 a?os. As¨ª que fueron los primeros en ir al Registro Civil a arreglar los papeles, y sortearon todos los obst¨¢culos. El deseo de ascender en dignidad les llev¨® a escribir la historia el 11 de julio de 2005. A las 18.11 de aquel d¨ªa de calor infernal, un concejal de IU de Tres Cantos (Madrid), Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez, pronunci¨® una frase inolvidable: "Carlos y Emilio, yo os declaro unidos en matrimonio".
La hermana de Emilio pidi¨® al edil el favor. ¡°Era amiga m¨ªa y me pregunt¨® si pod¨ªa casarles. ?Por supuesto!, le dije¡±. La frase a¨²n resuena en su memoria. ¡°Fue un momento m¨ªtico de Espa?a. Estaba emocionado: entonces era algo que no era normal y que hoy, por fortuna, ya lo es¡±, evoca. ¡°Ofici¨¦ la boda con la satisfacci¨®n de haber participado en algo que dice mucho sobre la igualdad y la libertad¡±, a?ade el hoy coordinador de esta formaci¨®n en Tres Cantos. Fue su ¨²nica boda gay. La que dio inicio a todo, por otro lado.
Mi madre me dijo en la boda: "Se acabaron los insultos, hijo", pero no terminaron
?"Recuerdo cada momento", dice Carlos, ocho a?os despu¨¦s de aquello, hablando desde el gimnasio, al que acude a diario ahora que est¨¢ retirado. "Cuando cogimos el coche -un peque?o Twingo- y nos llam¨® Boris Izaguirre para entrevistarnos de camino a Tres Cantos, nuestra entrada por el ascensor..." La pareja tuvo que llegar por el s¨®tano del Ayuntamiento, porque periodistas de todo el mundo (m¨¢s que invitados) les esperaban. "S¨ª, se dice muchas veces, pero sigo recordando aquello como el sue?o que se repite durante 30 a?os y se cumple. Hay una foto muy bonita, en la que yo me estoy apoyando en el hombro de Emilio y le dije: "Mira la que hemos montado"
Emilio va camino al trabajo mientras rememora: "Fue el triunfo de conseguir algo por lo que estuvimos luchando desde siempre, la felicidad. Recuerdo la frase por la que nos declararon casados, ten¨ªa curiosidad por saber como se formular¨ªa. Despu¨¦s abrac¨¦ a mi madre, y me dijo: "Se acabaron los insultos, hijo".
Han pasado ocho a?os casi. Emilio tiene el pelo cano y usa gafas. La madre, aquella mujer cat¨®lica que les regal¨® un crucero por el Adri¨¢tico de viaje de bodas, ha fallecido. Muchos de sus seres queridos, tambi¨¦n. Carlos se ha jubilado y pasa m¨¢s tiempo en el gimnasio. Miles de gays y lesbianas han seguido sus pasos. Emilio lleva una alianza que le equipara en derechos con cualquier heterosexual pero, ?realmente se acabaron los insultos?
"No, yo me siento insultado cada vez que abre la boca Rouco Varela, lo siento cuando dicen 'Pero bueno, los homosexuales ?para qu¨¦ se quieren casar?' y me pregunto, ?es que soy un perro? Lo que ocurre es que en Espa?a la homofobia est¨¢ m¨¢s encubierta que en Francia. Aqu¨ª aseguran que defienden la familia en vez de decir abiertamente que no quieren que tengamos los mismos derechos. Como si los heterosexuales no se pudiesen casar porque s¨ª lo hacen los gais. Yo creo que piensan que somos gentuza y que si la gentuza entra en la instituci¨®n, esta se deval¨²a".
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