Ni?os con discapacidad: la puerta de la marginaci¨®n
93 millones de menores integran este colectivo en todo el mundo Un informe de Unicef insta a luchar contra la invisibilidad y favorecer la inclusi¨®n social
Alrededor de 93 millones de ni?os y ni?as de todo el mundo ¡ªuno de cada 20¡ª tienen m¨¢s papeletas para ser pobres que el resto de los menores. Cuentan con menos probabilidades de recibir atenci¨®n m¨¦dica o de ir a la escuela. Y son m¨¢s vulnerables a la violencia, el abuso, la explotaci¨®n y el abandono. ?La raz¨®n? Conviven con una discapacidad. As¨ª lo revela un informe de Unicef que sit¨²a al colectivo entre los m¨¢s marginados. La ONG aboga por luchar contra la exclusi¨®n y anima a que se adopte un modelo inclusivo que permita a los chicos y chicas formarse e integrarse en la sociedad.
La invisibilidad es el peor lastre para estos menores. La discriminaci¨®n comienza en ocasiones desde su mismo nacimiento. Por desconocimiento de las familias y por miedo a ser estigmatizados, incluso llegan a ocultar a los ni?os, recluy¨¦ndolos en casa o ingres¨¢ndolos en instituciones, algo que ocurre con frecuencia debido al estigma social y al coste que supone su crianza. As¨ª lo pone de manifiesto el informe El Estado Mundial de la Infancia de 2013: Ni?as y ni?os con discapacidad, elaborado por UNICEF. La ONG realiza este estudio anualmente y en esta ocasi¨®n se ha centrado en la discapacidad, recopilando distintos estudios. Entre ellos, uno elaborado en 14 pa¨ªses en desarrollo que determina que las personas con discapacidad tienen m¨¢s probabilidades de encontrarse en situaciones de pobreza que las personas sin discapacidad, y que tienden a estar en situaci¨®n menos favorable en lo referente a educaci¨®n, empleo, consumo, salud y condiciones de vida.
Pero Unicef llega a la conclusi¨®n de que la invisibilidad no afecta a los ni?os solo en cuanto a la exclusi¨®n social se refiere. Tambi¨¦n se manifiesta en la falta de cifras fiables: hay pocos datos precisos sobre el n¨²mero de menores que conforman este colectivo, qu¨¦ discapacidades tienen y la forma en que afectan a sus vidas. Como resultado, pocos Gobiernos disponen de una orientaci¨®n fiable para la asignaci¨®n de recursos a fin de ayudar y apoyar a las familias. Pilar Villarino, directora ejecutiva del Comit¨¦ Espa?ol de Representantes de Personas con Discapacidad, ha se?alado esta ma?ana que en Espa?a hay alrededor de 140.000 menores de 16 a?os con discapacidad, aunque ha puntualizado que se basaba en una encuesta del Instituto Nacional de Estad¨ªstica "no muy detallada" que fue elaborada en 2008 y que no cuantifica el n¨²mero de menores que sufren violencia.
Si bien todos los ni?os que viven en situaci¨®n de pobreza tienen menos probabilidades de asistir a la escuela o acudir a un centro sanitario, esta posibilidad es a¨²n menor en quienes, adem¨¢s, poseen una discapacidad. Y en el caso de las ni?as esta circunstancia se agrava: ellas tienen menos posibilidades que los chicos de recibir alimentos y atenci¨®n. Una encuesta de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud en 51 pa¨ªses determina que los porcentajes de finalizaci¨®n de la escuela primaria son los siguientes: 51% en ni?os con discapacidad, frente al 61% en ni?os sin discapacidad, y 42% en ni?as con discapacidad, frente al 53% en ni?as sin discapacidad.
El informe de Unicef se?ala que subestimar el potencial de estas personas es uno de los factores que m¨¢s atentan contra su inclusi¨®n y su disfrute de la igualdad de oportunidades. Por ello, la ONG insta a las familias, las comunidades y a los Estados a dar protecci¨®n social a los ni?os con discapacidad. Seg¨²n recoge el estudio, esta ayuda ha de sostenerse sobre una base s¨®lida, que remarque los esfuerzos en salud ¡ªpor ejemplo, en cuanto a la inmunizaci¨®n; muchos menores no tienen accesos a las vacunas, por lo que contraen enfermedades que agravan su estado¡ª, en nutrici¨®n ¡ªentre 250.000 y 500.000 ni?os corren riesgo de padecer ceguera debido a una carencia de vitamina A, que podr¨ªa solucionarse con simples suplementos vitam¨ªnicos; adem¨¢s, los ni?os con discapacidad suelen recibir una alimentaci¨®n peor o inadecuada a su situaci¨®n¡ª y en una educaci¨®n de calidad. La ONG defiende que los menores con discapacidad asistan a clase junto a compa?eros sin discapacidad en el grado que le corresponda ¡°con el apoyo individual que necesiten¡±. Es la inversi¨®n en la formaci¨®n de este colectivo la que puede contribuir a su eficiencia en un futuro como miembros de la poblaci¨®n activa. Unicef asegura que el potencial de ingresos de una persona puede aumentar hasta en un 10% por cada a?o de escolarizaci¨®n adicional.
Sin embargo, los esfuerzos por mejorar la calidad de vida de estos ni?os son insuficientes si no se hace tambi¨¦n hincapi¨¦ en la protecci¨®n de sus derechos. Las personas con discapacidad son especialmente vulnerables a la violencia, el abandono y los malos tratos. Seg¨²n un estudio de la Universidad John Moores de Liverpool y de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud realizado en 17 pa¨ªses de altos ingresos, las estimaciones de riesgo indican que los menores con discapacidad son entre tres y cuatro veces m¨¢s proclives a sufrir abusos, incluidos los sexuales. Unicef anima a los Gobiernos a ratificar la Convenci¨®n sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad ¡ªa principios de 2013, 127 pa¨ªses y la Uni¨®n Europea lo hab¨ªan hecho¡ª y la Convenci¨®n sobre los Derechos del Ni?o ¡ªrefrendada por 193 pa¨ªses¡ª para, de esta forma, manifestar su compromiso en la lucha contra la exclusi¨®n y por la inclusi¨®n social de este colectivo.
"Ni siquiera puedo permitirme comprar pa?ales"
Elham tiene ocho a?os y vive en un campo de refugiados con sus padres y sus tres hermanos. No puede caminar ni hablar. Tampoco sentarse, comer o ir al ba?o sin ayuda. Su familia huy¨® de la guerra de Siria y busc¨® cobijo en Domiz, al norte de Irak.
Su madre, Newshin, descubri¨® que Elham era discapacitada a los tres d¨ªas de su nacimiento, cuando cay¨® enferma. "Era mejor en Siria", recuerda la mujer. All¨ª la ni?a recib¨ªa atenci¨®n m¨¦dica. "Aqu¨ª siempre est¨¢ enferma y tiene m¨¢s ataques. Est¨¢ d¨¦bil. Yo intento conseguirle pastillas, pero no puedo", se lamenta Newshin. "Ni siquiera puedo permitirme comprar pa?ales", a?ade.
La madre habla continuamente con la ni?a, pero ella permanece en silencio. "Me gustar¨ªa poder prestarle m¨¢s atenci¨®n a mis otros hijos [de entre dos y 10 a?os], pero dedico todo mi tiempo a Elham. Ojal¨¢ alg¨²n d¨ªa pueda cuidar de s¨ª misma", afirma Newshin.
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