¡°Los depredadores de tortugas baulas van ganando la batalla¡±
Los ambientalistas se retiran de la playa del Caribe costarricense donde fue asesinado uno de los suyos
En esta playa del Caribe costarricense, los saqueadores de huevos de tortuga van armados conduciendo veh¨ªculos nuevos todoterreno mientras que los ambientalistas aceleraban una camioneta vieja esquivando obst¨¢culos puestos por sus rivales para hacerlos llegar demasiado tarde a los nidos de tortugas baulas. Aceleraban. Ya no aceleran porque la contienda en esta playa de la provincia de Lim¨®n se suspendi¨® despu¨¦s de que el ambientalista Jairo Mora fuera asesinado el viernes en zona de guerra.
Queda su amiga Vanessa Lizano, que ahora reconstruye los meses de enfrentamiento, las persecuciones con machetes, los asaltos, las balaceras, las amenazas de muerte y el abandono de las autoridades en este pueblo llamado Mo¨ªn, un muestrario de la riqueza natural costarricense mezclada con la pobreza de sus pobladores y la presencia indudable de las redes de tr¨¢fico de coca¨ªna. Ella era la socia y colega del joven de 26 a?os cuyo cuerpo hallaron al amanecer del viernes con un balazo en la cabeza, aunque en los ¨²ltimos meses lo acompa?aba menos porque, tras amenazas directas, ella prefiri¨® trasladarse a la capital para matricular a su hijo en otra escuela.
¡°Les est¨¢bamos ganando. ?ramos algo serio a pesar de que trabajamos con las u?as, sin apoyo de la Polic¨ªa ni del Gobierno, enfrentando a esa gente que tiene todos los recursos. Ahora ellos, los depredadores de tortugas baulas, van ganando la batalla. Se quitaron de encima a Jairo, que era un gran obst¨¢culo porque no se guardaba nada. Conoc¨ªa mejor que nadie las tortugas y la playa. Por eso se fueron directo contra ¨¦l¡±, dice Lizano, copropietaria del refugio donde se alojaban espor¨¢dicos voluntarios extranjeros. Entre ellos estaban las tres estadounidenses y la veterinaria espa?ola que acompa?aban a Jairo en la noche del jueves, antes de la emboscada. A ellas las retuvieron en una casa abandonada y a ¨¦l, conocido por todos sus rivales por rostro, nombre y apellido, lo mataron de un balazo, sin que hasta este domingo hubiera sospechosos capturados.
Con esta noticia acab¨® de conocerse la contienda violenta en la playa costarricense donde llegan las tortugas baulas, una especie en extinci¨®n que puede llegar a medir dos metros y depositar huevos enormes que despu¨¦s se venden ilegalmente en las calles, con el mito de que poseen propiedades afrodis¨ªacas. Ese es el tesoro por el que se enfrentaban Jairo Mora Sandoval y su amiga Vanessa con el apoyo de la organizaci¨®n Widecast. A veces llegaban a los nidos al mismo tiempo que los saqueadores. Otras veces deb¨ªan negociar en plena oscuridad. En otras, los hueveros ense?aban sus armas y los conservacionistas ped¨ªan que al menos los dejaran tomarle medidas al animal, para las bit¨¢coras. ¡°No hab¨ªa una sola noche en paz¡±, cont¨® Vanessa.
As¨ª transcurrieron cientos de jornadas nocturnas en esta playa donde los patrullajes ambientalistas y policiales se hac¨ªan en conjunto tiempo atr¨¢s, pero no en este a?o. ¡°En 2012 y en este a?o siempre ten¨ªan un pretexto para no acompa?arnos. Este mismo jueves hab¨ªa polic¨ªas en la playa. Jairo los vio y ellos lo vieron, pero hasta ah¨ª¡±. No hab¨ªa respaldo oficial en esta playa que, adem¨¢s, carece de protecci¨®n gubernamental, lo que hizo al ministro de Ambiente, Ren¨¦ Castro, decir horas despu¨¦s del asesinato que su Ministerio no es responsable de vigilar esa zona.
Los saqueadores pueden conseguir un bot¨ªn de hasta 700 d¨®lares por noche
¡°Esto es un para¨ªso dejado a su suerte. Aqu¨ª se ven tortugas copulando y tiburones que se acercan. Pumas y lo que usted quiera. Por eso est¨¢bamos aqu¨ª, pero ahora el proyecto est¨¢ suspendido. No podemos trabajar as¨ª. Tenemos que pensar bien c¨®mo hacemos para reorientar la pelea, para que siga viva la causa por la que luch¨® mi negro¡±, dijo Vanessa en referencia a su amigo de pocas carnes y rostro expresivo que nunca crey¨® que se cumplieran las amenazas en su contra.
¡°Esos perros no nos van a ganar¡±, sol¨ªa decir el joven que conoc¨ªa bien la sensaci¨®n de ser apuntado por armas de fuego. Esa frase la repiti¨® por mensaje de texto en uno de los ¨²ltimos contactos que tuvo con su amiga Vanessa. Se refer¨ªa a un grupo de unos 40 saqueadores que frecuentan la playa de casi 18 kil¨®metros. Esta es la zona de mayor anidaci¨®n de tortugas baulas de Costa Rica, destino de muchos turistas que viajan para ver los espect¨¢culos naturales de desoves. En esta misma playa, Jairo cont¨® 1474 nidos en el a?o 2012, toda una mina para los hueveros, que pueden ganar 100 d¨®lares por cada dep¨®sito y saquear hasta siete nidos por noche. Un bot¨ªn de 700 d¨®lares que nadie protege.
¡°Mo¨ªn est¨¢ solo y est¨¢n masacrando tortugas¡±, se quejaba Didier Chac¨®n, director de Widecast, en la noche del s¨¢bado por televisi¨®n mientras Vanessa velaba a su amigo en un pueblo playero al sur del Caribe tico. A esa misma hora, un grupo de personas hac¨ªan una vigilia en homenaje a Jairo, una especie de h¨¦roe de la lucha por la protecci¨®n ambiental privada en este pa¨ªs reconocido en el exterior por sus prioridades ecol¨®gicas. Estaban ah¨ª algunos de los 200 voluntarios que cesar¨¢n su labor en distintos proyectos relacionados con Widecast, que financiaba su trabajo en Mo¨ªn con dinero de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Chac¨®n tambi¨¦n lamenta la respuesta del Gobierno. ¡°El ¨²nico acercamiento ha sido una llamada de un subalterno del Ministerio de Ambiente para proponer el nombre de Jairo para un premio que dan ellos. Ahora me dicen que la Polic¨ªa tiene tomada esa playa pero puedo suponer que en tres d¨ªas volver¨¢n a dejarla sola. Uno habr¨ªa esperado que alguien del Gobierno llamara para expresar solidaridad pero no ha ocurrido¡±, dijo Chac¨®n a EL PA?S.
Rendidos por la muerte de Jairo y fortalecidos con el apoyo popular tras la noticia del crimen, los ambientalistas de Mo¨ªn llevar¨¢n su lucha al ¨¢mbito pol¨ªtico, para presionar por una declaraci¨®n de protecci¨®n a la playa. Tambi¨¦n presionar¨¢n para endurecer la ley que proh¨ªbe el comercio y el consumo de huevos de tortuga baula, declarada ¡°cr¨ªticamente en peligro de extinci¨®n¡± por la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (IUCN en ingl¨¦s.) En los ¨²ltimos 15 a?os se redujo en 90% la poblaci¨®n de esta especie en el mundo.
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