¡°Han hecho sufrir demasiado tiempo a Beatriz¡±, dice su madre
La salvadore?a que pidi¨® abortar tuvo una ni?a por ces¨¢rea que muri¨® al poco de nacer ¡°Las que tienen dinero salen a hacerlo fuera¡±, admite el Gobierno


Su voz ya no es un hilillo cansado. Beatriz est¨¢ m¨¢s animada, con unas ganas tremendas de irse a casa, con su familia, con su hijo de 14 meses al que apenas ha podido ver unas pocas veces en las ocho semanas que lleva ingresada en el hospital. ¡°Estoy mejor, m¨¢s tranquila. Antes me dol¨ªan las costillas y ya no¡ Pero creo que esto ten¨ªa que haber sido antes¡±, dice por tel¨¦fono. De fondo se escucha un pitido uniforme y pautado: el de las m¨¢quinas de la unidad de cuidados intensivos donde permanece desde hace 24 horas. El lunes por la tarde, m¨¢s de dos meses despu¨¦s de solicitar al Gobierno de El Salvador que le permitiera interrumpir un embarazo ¡ªalgo ilegal en el pa¨ªs¡ª que estaba poniendo en riesgo su vida, los m¨¦dicos practicaron una ces¨¢rea. Estaba entrando en la semana 27 de gestaci¨®n. El hijo que esperaba, una ni?a, naci¨® con anencefalia (sin cerebro) y con otras anomal¨ªas muy graves, como los expertos hab¨ªan diagnosticado. Sobrevivi¨® cinco horas. ¡°Me siento un poco mal por todo. Me entristece, pero la pobrecita ya no est¨¢ sufriendo¡±, apunta la joven, de 22 a?os.
Esas cinco horas que la criatura ha vivido le inquietan. Los m¨¦dicos creen que por la ausencia del hipot¨¢lamo no percibi¨® dolor, pero eso no tranquiliza mucho tampoco a Delmy, su madre. A sus 40 a?os es una mujer fuerte. La mayor parte de los d¨ªas recorre dos horas de camino de ida y otras dos de vuelta para visitar a Beatriz en el hospital desde Jiquilisco, el pueblo donde vive. ¡°Han hecho sufrir demasiado a mi hija. Esto ten¨ªa que haber acabado antes. No ten¨ªan que haber llegado a este punto¡±, reclama. Hace meses que los m¨¦dicos recomendaron a Beatriz interrumpir su embarazo. Padece lupus y problemas renales importantes, dos patolog¨ªas que pon¨ªan en serio riesgo su vida si llegaba a dar a luz. Pero la interrupci¨®n del embarazo es una pr¨¢ctica prohibida en El Salvador y penada con c¨¢rcel. Una nube demasiado negra para los m¨¦dicos que la atend¨ªan que, aseguran, apenas ten¨ªan capacidad de maniobra.
El caso de Beatriz, reconoce la ministra de Salud, Mar¨ªa Isabel Rodr¨ªguez, de 90 a?os y primera m¨¦dica de El Salvador, no es ¨²nico: ¡°Las mujeres con m¨¢s capacidad econ¨®mica salen del pa¨ªs a cada rato para interrumpir el embarazo. Pero las que no tienen posibilidades son las m¨¢s vulnerables, quienes al final est¨¢n sujetas a las leyes punitivas y pueden terminar en la c¨¢rcel¡±, recalca. Para Rodr¨ªguez es necesario, tal y como han recomendado organismos internacionales, como la ONU, que el pa¨ªs abra un debate serio y honesto sobre su restrictiva regulaci¨®n sobre la interrupci¨®n del embarazo: ¡°Pero no es f¨¢cil. El pa¨ªs tiene grupos tremendamente cerrados. Tenemos que ir convenciendo a los j¨®venes para que luchen por sus derechos. Y, sobre todo, tenemos que evitar por todos los medios que haya m¨¢s Beatrices¡±.
¡°Estoy mejor. Antes me dol¨ªan las costillas y ya no¡±, dice la joven
Beatriz fue una de esas j¨®venes que ha luchado por sus derechos. Empez¨® una traves¨ªa legal para solicitar al Estado salvadore?o que le permitiese abortar. Sus abogados ¡ªmiembros de la Agrupaci¨®n Ciudadana para la Despenalizaci¨®n del Aborto¡ª se basaban en que el Gobierno deb¨ªa proteger el derecho a la vida de esta mujer, que estaba siendo vulnerado. Tras m¨²ltiples recursos, el mi¨¦rcoles pasado, la Sala de lo Constitucional deneg¨® ese amparo. En su resoluci¨®n, recordaba que la Constituci¨®n proh¨ªbe el aborto, aunque incid¨ªa en que los m¨¦dicos deb¨ªan proporcionar a Beatriz el ¡°tratamiento que resulte id¨®neo para su condici¨®n m¨¦dica¡±.
Una grieta a la que el Ministerio de Salud y los facultativos ¡ªapoyados tambi¨¦n en una resoluci¨®n hist¨®rica de la Corte Interamericana de Derechos humanos¡ª se han agarrado para practicarle la intervenci¨®n. Los sanitarios insisten en que, con resoluci¨®n o sin ella, hubieran actuado igual. ¡°Si por hacer nuestro trabajo nos van a meter presos, adelante¡±, recalca Guillermo Ortiz Avenda?o, jefe de Perinatolog¨ªa del Hospital Maternidad de San Salvador. Los m¨¦dicos, el hospital y las autoridades sanitarias han sido objeto de grandes presiones, remarcan, de las organizaciones antiabortistas y de la Conferencia Episcopal de El Salvador, que se ha opuesto radicalmente a cualquier tipo de intervenci¨®n que supusiera interrumpir el embarazo artificialmente. Aunque fuera para salvar la vida de la joven.
Finalmente, sin embargo, Beatriz fue sometida a una ces¨¢rea. ¡°No fue necesario interrumpir el embarazo. Empez¨® con alguna contracci¨®n el domingo por la noche, el lunes tuvo m¨¢s s¨ªntomas y, ante el riesgo de que se desencadenara el parto, se decidi¨® hacer una ces¨¢rea porque hab¨ªa serios indicios de riesgo para su vida si el alumbramiento segu¨ªa delante de manera natural¡±, explica Ortiz Avenda?o.
¡°Si nos meten presos por nuestro trabajo, adelante¡±, retan los m¨¦dicos
Este m¨¦dico, como la familia de Beatriz y la propia joven, cree que habr¨ªa que haber intervenido antes, pero insiste en que ten¨ªan las manos atadas. Cree, adem¨¢s, que los avances m¨¦dicos no se corresponden con la ley absolutamente restrictiva de su pa¨ªs que pone en riesgo a decenas de mujeres cada a?o. ¡°Se someti¨® a la mujer a un riesgo innecesario. Una intervenci¨®n hace semanas y un legrado habr¨ªa sido menos arriesgada y con una recuperaci¨®n mejor que una ces¨¢rea, que es una cirug¨ªa mayor¡±, apunta. Este periodo posoperatorio, insisten los facultativos, es cr¨ªtico y se pueden presentar complicaciones.
¡°El proceso ha sido demasiado largo y eso ha causado un enorme sufrimiento a Beatriz. Es tremendo que la torturaran as¨ª y la obligaran a llegar a esta altura por una criatura inviable¡±, incide Morena Herrera, portavoz de la Agrupaci¨®n Ciudadana para la Despenalizaci¨®n del Aborto.
Carrera contra reloj para salvar una vida
? La lucha de Beatriz, de 22 a?os, con graves problemas renales y afectada de lupus, empez¨® en abril pasado, cuando los m¨¦dicos le dijeron que su vida corr¨ªa peligro por su embarazo. El beb¨¦ era anencef¨¢lico ¡ªcarec¨ªa de cerebro¡ª. En su pa¨ªs, El Salvador, el aborto est¨¢ prohibido en cualquier caso. Las mujeres se enfrentan a penas de 50 a?os de c¨¢rcel y los m¨¦dicos que lo realicen, hasta a 12 a?os. La mujer, que tiene otro hijo, solicit¨® amparo ante la Corte Constitucional y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para poder abortar.
? Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de El Salvador rechaz¨® la solicitud de amparo de Beatriz el 30 de mayo. Consider¨® que la intervenci¨®n terap¨¦utica que solicitaba es contraria a la Constituci¨®n. El fallo recog¨ªa, sin embargo, que los m¨¦dicos deb¨ªan proporcionar a Beatriz el ¡°tratamiento que resulte id¨®neo para su condici¨®n m¨¦dica¡±.
? La CIDH concedi¨® el 31 de mayo a la joven el amparo que hab¨ªa solicitado y exigi¨® a El Salvador que cumpliera con el tratamiento recomendado por el comit¨¦ m¨¦dico que la estaba atendiendo: la interrupci¨®n del embarazo. En una resoluci¨®n vinculante e hist¨®rica (es la primera vez que se pronuncia sobre aborto) les inst¨®, adem¨¢s, a hacerlo sin dilaci¨®n. El 2 de mayo, una portavoz de la Agrupaci¨®n Ciudadana para la Despenalizaci¨®n del Aborto Terap¨¦utico, que representa a la mujer, asegur¨®: ¡°Llevamos 21 d¨ªas esperando la resoluci¨®n del Gobierno. La situaci¨®n de Beatriz es dram¨¢tica¡±.
? La operaci¨®n. Finalmente, ya con contracciones, a punto de entrar en la semana 27 de embarazo y tras dos meses hospitalizada, este martes los m¨¦dicos practicaron una ces¨¢rea a Beatriz. El beb¨¦ apenas sobrevivi¨® cinco horas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
