Fobia en el pa¨ªs de la fraternidad
La ley de bodas homosexuales cataliza los odios de la ultraderecha francesa Gitanos, extranjeros, gais e izquierdistas son la excusa para desgastar al Gobierno de Hollande
La Francia de las fobias est¨¢ sorprendiendo en todo el continente. Primero contra los gitanos, despu¨¦s a por los extranjeros; la paliza a una pareja de gais a mediados de abril fue la guinda hom¨®foba a todo un sarpullido social contra la ley de matrimonio homosexual que legislaban los socialistas, ya aprobada. Y esta semana, la ultraderecha en su versi¨®n m¨¢s amarga ha matado a un joven estudiante, Cl¨¦ment M¨¦ric, de un brutal pu?etazo. A los nazis, como los cabezas rapadas que asisten a los m¨ªtines del Frente Nacional de Marine Le Pen, les molestaba la afiliaci¨®n sindical y de izquierdas del muchacho. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando en el pa¨ªs de los derechos humanos? Los expertos creen que hay que girar de nuevo la mirada hacia la pedagog¨ªa.
Unos combaten por principios y otros por oportunismo, dice un soci¨®logo
La derecha parlamentaria ha experimentado una radicalizaci¨®n antes y despu¨¦s de su derrota electoral. Pero la tramitaci¨®n de las bodas gais ha removido a la ultraderecha ultracat¨®lica y han aflorado las fobias cl¨¢sicas. Dos manifestaciones de m¨¢s de 300.000 personas. Cerca de 250 detenidos. Un fot¨®grafo apaleado. Los Inv¨¢lidos y los Campos El¨ªseos convertidos en campos de batalla. Millones de euros gastados en fletes, globos, banderas, camisetas, pancartas, luz y sonido, da?os y desperfectos. M¨¢s de 5.000 antidisturbios movilizados. Rezos callejeros de integristas cat¨®licos. El grupo neofascista Bloque Identitario ocupando la sede del Partido Socialista para pedir la dimisi¨®n del presidente de la Rep¨²blica. Movimientos neonazis como el GUD (Grupo Uni¨®n y Defensa, creado en 1968) agrediendo f¨ªsica y verbalmente a parejas, locales, asociaciones. Militantes de la asociaci¨®n estadounidense contra el matrimonio gay NOM, ligada al Opus Dei, invocando en Par¨ªs el nacimiento de la internacional contra las bodas gais. Un debate parlamentario crispado y la eclosi¨®n de una improbable l¨ªder de masas apodada Frigide Barjot (Fr¨ªgida Chiflada, en castellano). Un movimiento popular, rosa y azul, llamado la Manif por Tous. Y, por fin, el 29 de mayo, el primer matrimonio homosexual de Francia.
Este es, a grandes rasgos, el balance de la tramitaci¨®n de la Ley Matrimonio para Todos o Ley Taubira, llamada as¨ª en honor de la ministra de Justicia, Christine Taubira. Culta, serena y tan dotada para la iron¨ªa como para la oratoria, Tuabira ha replicado a los insultos de la Iglesia, la derecha y la extrema derecha recitando versos de Antonio Machado y citando de memoria textos jur¨ªdicos para tratar de explicar lo obvio: que el matrimonio homosexual es un derecho republicano m¨¢s.
Pero lo l¨®gico y lo obvio no contaban esta vez. Como pas¨® a finales de los a?os noventa con la tramitaci¨®n de la Ley de Parejas de Hecho, la norma que permite casarse y adoptar ni?os a las parejas homosexuales ha crispado y dividido a la sociedad francesa, y ha sacado a la calle a una legi¨®n de cat¨®licos, conservadores y extremistas de todas las edades y clases sociales.
Alentada desde el Vaticano, y forjada y financiada en las parroquias de la Francia profunda, la Manif pour Tous se define como un movimiento espont¨¢neo, pac¨ªfico, popular, apol¨ªtico y antihom¨®fobo. Aunque fue apoyada desde el inicio por grupos integristas como Civitas y otros cercanos a los lefebvrianos de extrema derecha, la protesta se visti¨® de colores pastel y llen¨® las calles de canciones de Abba, de familias que marchaban en un ambiente amable y festivo, entre kitsch y Disney, lanzando esl¨®ganes como ¡°todos nacemos de un padre y una madre¡±.
¡°La homofobia nos ha hecho retroceder, hay que volver a hacer pedagog¨ªa¡±
Pero a medida que los meses pasaban y la desesperaci¨®n crec¨ªa, el tono cambi¨®, la homofobia sali¨® del armario y el movimiento se radicaliz¨®. Unos intentaron apropiarse de la ret¨®rica de la Resistencia ante los nazis, otros apelaron a las revoluciones ¨¢rabes hablando de la ¡°Primavera francesa¡±, la asesora del Consejo de la Familia de la Santa Sede Christine Boutin emple¨® la expresi¨®n ¡°guerra civil¡±, y Frigide Barjot afirm¨®: ¡°Si quieren sangre, tendr¨¢n sangre¡±.
Seg¨²n el fil¨®sofo y soci¨®logo Sami Na?r, las protestas han revelado ¡°el grado alt¨ªsimo de militancia del catolicismo tradicionalista franc¨¦s, que desde el siglo XIX se agita contra el laicismo casi dogm¨¢tico de la izquierda. Pero lo que hemos visto es sobre todo un movimiento pol¨ªtico que ha canalizado la frustraci¨®n de la derrota electoral de la Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP), el partido de Nicolas Sarkozy, que sali¨® de las presidenciales y las legislativas totalmente alejado del poder¡±.
El polit¨®logo Patrick Moreau, experto en nacional-populismo europeo, coincide en que la ley ha sido la excusa empleada por la derecha y la Iglesia m¨¢s conservadoras para atacar al Gobierno socialista. ¡°La mayor¨ªa de los franceses son tolerantes con los homosexuales y m¨¢s del 60% son partidarios de que se casen. Las protestas han unido a muchos grupos distintos en torno a un solo objetivo: debilitar a Hollande¡±, sostiene Moreau. ¡°La derecha no ha digerido su fracaso electoral y tras partirse en dos mitades, una de ellas, la m¨¢s populista, ha aprovechado para legitimarse en la calle. Ha pasado lo mismo en la ultraderecha. El Frente Nacional ha sido muy tibio, porque pens¨® que no obtendr¨ªa r¨¦ditos electorales, y una decena de grupos marginales ha aprovechado para ganar visibilidad¡±.
Na?r y Moreau creen que la derecha parlamentaria y la extrema derecha m¨¢s radical han cabalgado tambi¨¦n el malestar y el miedo a la crisis. ¡°Han intentado convertir un tema identitario o social en un asunto pol¨ªtico aprovechando la crisis de representaci¨®n simb¨®lica que vive Francia¡±, apunta Na?r, ¡°a ra¨ªz del desplome de Hollande en los sondeos. Mi peluquero resume as¨ª esa idea com¨²n: ¡®Ahora necesitamos trabajo para todos, no el matrimonio para todos¡±.
La ¨²ltima manifestaci¨®n mostr¨® que los opositores a la ley ten¨ªan m¨¢s de un enemigo: adem¨¢s de contra el matrimonio gay y la adopci¨®n, la gente gritaba contra la ¡°dictadura socialista¡±.
Moreau cree que ¡°la movilizaci¨®n se ha acabado pareciendo a la de los partidarios de Beppe Grillo en Italia. Una parte de la sociedad ha salido a la calle para decir que las cosas van mal y que las prioridades deben ser otras¡±.
¡°Sarkozy abraz¨® la modernidad sexual para marginar a los musulmanes¡±
El soci¨®logo de la Universidad Paris 8 Eric Fassin matiza que ¡°la salida del armario de la minor¨ªa hom¨®foba ha coincidido con una estrategia pol¨ªtica de corto plazo de la Iglesia y la derecha. Todos est¨¢n contra Hollande y contra la izquierda, pero no todos libran la misma batalla. Los que se visten de rosa militan contra los homosexuales. Los l¨ªderes de la UMP como Jean-Fran?ois Cop¨¦ han buscado un espacio de oposici¨®n porque las ideas econ¨®micas de Hollande se parecen mucho a las de Sarkozy. Unos combaten por unos principios, otros por oportunismo¡±.
Fassin cree que la alianza entre Sarkozy y Benedicto XVI en torno al laicismo positivo es el origen del papel fundamental jugado por la Iglesia en el actual movimiento. ¡°En 1999, la Iglesia jug¨® un rol muy discreto en la oposici¨®n a las uniones civiles: distribuy¨® un texto de un folio sin referencias religiosas. Christine Boutin, el brazo pol¨ªtico del Vaticano en Francia, se qued¨® totalmente aislada cuando agit¨® la Biblia en la Asamblea Nacional. Ahora, los obispos se han empleado a fondo¡±.
Seg¨²n Fassin, ¡°el ensayo general de la movilizaci¨®n actual fue la pol¨¦mica de 2011 sobre la presencia de la teor¨ªa de g¨¦nero en los libros de texto de biolog¨ªa, comandada tambi¨¦n por Boutin. G¨¦nero y homosexualidad son la misma batalla para el Vaticano¡±. Su an¨¢lisis es que Sarkozy jug¨® un doble juego con el laicismo que ha acabado haciendo mucho da?o a la derecha laica francesa: ¡°Si el laicismo positivo es el cristiano, el Islam no tiene sitio en nuestra cultura. Sarkozy abraz¨® la modernidad sexual como una forma de marginar a los inmigrantes musulmanes: nosotros tratamos bien a las mujeres y a los homosexuales, vosotros los margin¨¢is. Al reivindicar la identidad nacional y las ra¨ªces cristianas de Francia, la jerarqu¨ªa cat¨®lica se sinti¨® legitimada para salir a escena. Y el discurso de Sarkozy ha quedado anulado con el sesgo tradicionalista de la protesta: si la homofobia une a cat¨®licos y musulmanes, parece dif¨ªcil criticar al Islam. La identificaci¨®n entre Iglesia y derecha margina, a medio plazo, a las dos¡±.
Esta reflexi¨®n sirve para explicar tambi¨¦n el tibio papel jugado en las protestas por Marine Le Pen, la l¨ªder del Frente Nacional. ¡°De forma inteligente, Le Pen no cree que los derechos de los gais sean el principal problema, lo considera una lucha de corto plazo y sabe que una vez aprobado, el asunto se ha acabado. Su principal batalla es otra: la inmigraci¨®n, la identidad nacional, la islamizaci¨®n¡±, dice Fassin.
Hay otra vertiente interesante y poco conocida de la Manif pour Tous: su vocaci¨®n internacionalista. Seg¨²n una investigaci¨®n del diario digital Mediapart, el Vaticano ha movido los hilos en la sombra para forjar una alianza atl¨¢ntica de la homofobia. Dirigentes y militantes de la asociaci¨®n estadounidense National Organization for Marriage (NOM), muy ligada al Opus Dei, y de la agencia de comunicaci¨®n Opus Fidelis, especializada en redes sociales, han ayudado a ¡°profesionalizar¡± la organizaci¨®n y la comunicaci¨®n de las protestas en Francia. El consejero delegado de Opus Fidelis es David Lejeune, miembro de la rama americana de la Fundaci¨®n Lejeune, una asociaci¨®n tradicionalista contra el aborto. En enero, Brian Brown, l¨ªder de la californiana NOM, areng¨® a los dirigentes de la Manif pour Tous y particip¨® en la primera marcha de Par¨ªs. El 26 de marzo, numerosos activistas franceses desfilaron con la NOM en Washington.
Attali?cree que los j¨®venes ir¨¢n hacia una nueva Revoluci¨®n Francesa
El polit¨®logo Jean-Yves Camus ha explicado que ¡°las redes ultraconservadoras estadounidenses, mezclando intereses privados y p¨²blicos, han visto en la movilizaci¨®n (francesa) una oportunidad de desestabilizar a un presidente socialista, que para ellos equivale a un comunista¡±. Quiz¨¢ la mayor sorpresa es que este despliegue se haya aglutinado en torno a una l¨ªder tan heterodoxa como Virginie Tellenne, m¨¢s conocida como Frigide Barjot, la experiodista y exhumorista de sala de fiestas elegida por los obispos para coordinar el acoso a la ley. Aunque Barjot no tiene equivalente en Espa?a, es como si Rouco Varela hubiera puesto al frente de las operaciones a alguien como Paco Clavel. Su cuenta en Twitter resume as¨ª su perfil: ¡°Cronista del mundo convertida en alma y minifalda a Jes¨²s: nunca m¨¢s se callar¨¢ ante la faz del mundo ni se fundir¨¢ en la masa¡±.
Ahora, Barjot ha decidido reconvertir la Manif pour Tous en un partido llamado Avenir pour Tous. El programa afirma que ¡°el ni?o es un acto de amor, no un acto de compra¡±, y a?ade que ¡°las parejas homosexuales deben ser protegidas por la ley¡±. Quiere que la norma Taubira sea reformada y pase a tener rango constitucional ¡°restablecer la norma superior del nacimiento humano biol¨®gico, dejando que las parejas del mismo sexo conserven sus derechos de uni¨®n pero sin filiaci¨®n¡±. Sus comparecencias p¨²blicas, casi diarias, son publicitadas a trav¨¦s de tuits y newsletters elaborados por la Organizaci¨®n Internacional por el Matrimonio, que afirma tener sedes en Dubl¨ªn, Edimburgo, Londres, Par¨ªs y Washington.
Curiosamente, las otras dos caras visibles de la protesta son tambi¨¦n mujeres. Una es la integrista Christine Boutin, que ha asegurado: ¡°Es el pueblo de Francia el que se levanta, es la gente que no quiere los valores del 68 y de los liberal-libertarios¡±.
Y la tercera en discordia es Beatrice Bourges, responsable de la llamada Primavera francesa, una escisi¨®n de ultraderecha que apoya a las Juventudes Identitarias, los estudiantes del GUD (Grupo Uni¨®n Defensa, creado en 1968), y en la que se reconocen los fan¨¢ticos de Civitas. La intuici¨®n b¨¢sica de esta mujer de 52 a?os, seg¨²n ha declarado a Le Monde, es que ¡°la teor¨ªa de g¨¦nero es un atentado contra la humanidad que destruir¨¢ la civilizaci¨®n¡±.
Aunque los silogismos suenen a parvulario, los gais y lesbianas se sienten en el punto de mira. Judith Silberfield, periodista y fundadora del diario digital Yagg, siente que ¡°los hom¨®fobos han tomado la calle¡±, y recuerda que ¡°negar la igualdad de los derechos de los homosexuales es pura y simple homofobia¡±. ¡°Las protestas han usado los mismos argumentos que se utilizan en Estados Unidos, Reino Unido o Colombia, y all¨ª no gobierna Hollande¡±, a?ade. ¡°El odio a los homosexuales nos ha hecho retroceder muchos a?os atr¨¢s. Ahora habr¨¢ que volver a hacer pedagog¨ªa en los colegios¡±.
Con las primeras bodas celebr¨¢ndose por todo el pa¨ªs, y los primeros alcaldes haci¨¦ndose los locos para no cumplir la ley, la sensaci¨®n es que la peligrosa simbiosis entre el integrismo religioso y el malestar social y pol¨ªtico va m¨¢s all¨¢ del matrimonio gay y anticipa tiempos peores. ¡°Muchos franceses sienten que Hollande no es el capit¨¢n que necesita la nave¡±, dice Patrick Moreau, ¡°y las redes sindicales y comunistas anuncian que en oto?o habr¨¢ una doble movilizaci¨®n. La izquierda saldr¨¢ a la calle y la extrema derecha y la derecha populista tambi¨¦n. Hollande lo pasar¨¢ mal¡±.
M¨¢s apocal¨ªptico es Jacques Attali, exasesor de Econom¨ªa con Mitterrand, que en su libro, Urgences fran?aises, pronostica que, si el Gobierno no hace r¨¢pidamente las reformas que debe hacer, los j¨®venes liderar¨¢n ¡°una nueva Revoluci¨®n Francesa¡±.
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