Entre rejas por abortar
Al menos 49 mujeres han sido condenadas por interrupci¨®n del embarazo en El Salvador Algunas p¨¦rdidas involuntarias se consideran provocadas
Aquella noche le dol¨ªa el est¨®mago. Era temprano para dar a luz, se dijo. A¨²n faltaban un par de meses. Finalmente, se levant¨® a la letrina. All¨ª sinti¨® un dolor horrible. Y un l¨ªquido caliente que le bajaba. Cristina Quintanilla recuerda poco m¨¢s. Se desmay¨®. Sus padres, alertados por el ruido de su casita con paredes casi de papel, la encontraron cubierta de sangre en el suelo del ba?o. Pensaron que se mor¨ªa. Viven a varios kil¨®metros del centro de salud, y sin veh¨ªculo, as¨ª que llamaron a los guardias para que trasladaran a la muchacha. En el hospital confirmaron que ya no estaba embarazada. Y la denunciaron por provocarse un aborto. Ingresada y bajo efectos de la anestesia, recuerda, fue interrogada por polic¨ªa. ¡°Ve¨ªa borroso, notaba trajes azules en vez de batas blancas, pero me hac¨ªan preguntas. Me dijeron ¡®desde este momento est¨¢s detenida porque mataste a tu hijo¡±. La acusaron de homicidio. El d¨ªa anterior hab¨ªa cumplido 18 a?os.
Cristina Quintanilla pas¨® tres d¨ªas esposada a la cama del hospital. De all¨ª al calabozo de la comisar¨ªa y despu¨¦s al penal de Ilopango, la mayor c¨¢rcel de mujeres de El Salvador, en San Salvador. Un a?o despu¨¦s fue informada de su condena en un proceso que luego se demostrar¨ªa lleno de irregularidades. Comenz¨® acusada de homicidio imprudente, penado con hasta cinco a?os de prisi¨®n, y sali¨® de la sala condenada por homicidio agravado y una pena de 30 a?os, a pesar de que los peritos de medicina legal no pudieron determinar que la muerte del feto fuese provocada. ¡°Del hospital pas¨¦ a la c¨¢rcel, enferma, sin cuidados, deprimida¡ Acababa de perder a mi hijo y adem¨¢s me estaban condenando por eso¡±, reclama.
No est¨¢ sola. Marlene, Mar¨ªa Teresa, Manuela... Historias calcadas. La interrupci¨®n del embarazo est¨¢ prohibida en El Salvador. Bajo cualquier circunstancia. Una legislaci¨®n en la que se dan abortos espont¨¢neos o partos prematuros que se consideran provocados por la mujer. Suelen ser gestaciones avanzadas en las que la embarazada expulsa al feto, que no sobrevive. ¡°Por eso, como est¨¢n de muchas semanas, las acusan de homicidio imprudente u homicidio agravado por parentesco¡±, explica Dennis Mu?oz, abogado experto en estos casos. Las interrupciones voluntarias del embarazo, muchas realizadas con f¨¢rmacos y en etapas m¨¢s prontas de la gestaci¨®n ¡ªa veces no hay huella del feto¡ª, se condenan como aborto consentido o propio, penado con hasta ocho a?os; aunque la mayor¨ªa son condenadas a tres y nunca entran en prisi¨®n.
Cristina fue condenada pese a que no se demostr¨® el aborto provocado
Entre 2000 y 2011, al menos 129 mujeres fueron procesadas por aborto, homicidio agravado u homicidio imprudente. 49 fueron condenadas, seg¨²n una investigaci¨®n de la Agrupaci¨®n para la Despenalizaci¨®n del Aborto (pendiente de publicaci¨®n). En esa estad¨ªstica est¨¢ Cristina, a la que el Estado le conmut¨® la pena cuando hab¨ªa cumplido cuatro a?os. Es una mujer fuerte, hasta con las palabras. Originaria de una zona rural e incomunicada del departamento de Oriente, fue madre a los 16 a?os de un ni?o que adora. ¡°He salido del penal, estoy contenta, pero me perd¨ª cuatro a?os de la vida de mi hijo, su primer d¨ªa de escuela¡ Eso el Gobierno no me lo va a devolver¡±, dice.
Tampoco a Marlene Ponce le resarcir¨¢n el tiempo que pas¨® privada de libertad. De mirada dulce y voz suave, asegura que no sab¨ªa que estaba encinta cuando una tarde de 2009, con 18 a?os, empez¨® a sentirse mal, con dolor de est¨®mago; rara. ¡°Estaba en el instituto y decid¨ª volver a la casa. Fui al ba?o y not¨¦ sangre, me desmayaba as¨ª que mis hermanas me llevaron a una cl¨ªnica privada y all¨¢ el doctor me dijo que estaba embarazada y que probablemente lo que me hab¨ªa pasado era un aborto¡±, cuenta. Aqu¨¦l facultativo la deriv¨® al hospital. All¨ª fue denunciada por los sanitario.
Entre 2000 y 2011 al menos 129 mujeres fueron procesadas por este motivo
La acusaron de homicidio agravado e ingres¨®, convaleciente, en el penal de Ilopango, uno de los m¨¢s saturados del mundo. ¡°Nunca imagin¨¦ como es estar en la c¨¢rcel. Es muy duro, por la gente que hay all¨¢, comes en el suelo¡ No hab¨ªa ni fuente para tomar agua, apenas te puedes ba?ar¡±, relata Marlene. En el penal, un rollo de papel higi¨¦nico pod¨ªa costar 1 d¨®lar. Y no hab¨ªa catres para todas las reclusas. La joven pas¨® semanas durmiendo en una colchoneta bajo una fila de literas. Estuvo presa ocho meses. Luego fue absuelta. La polic¨ªa investig¨® su casa, en una aldea del centro del pa¨ªs, incluso el huerto; y desenterraron huesos que luego se demostr¨® que eran de animal. No hubo pruebas del delito.
Mujeres solteras o con la pareja lejos, pobres, de zonas rurales o barrios deprimidos, poco formadas e informadas. As¨ª son las mujeres procesadas por delitos relacionados con la interrupci¨®n del embarazo en El Salvador, seg¨²n el informe de la Agrupaci¨®n. Como Mar¨ªa Teresa Rivera, de 30 a?os, trabajadora de la maquila textil que lleva dos a?os en la c¨¢rcel condenada por homicidio agravado ¡ªcomo ella hay otras 22 internadas¡ª. Su familia la llev¨® al hospital tras encontrarla desmayada y cubierta de sangre en su casa. En su declaraci¨®n judicial relat¨® que no sab¨ªa que estaba embarazada. Siempre tuvo menstruaciones irregulares, y aunque hac¨ªa tres meses que no sangraba no se alarm¨®. Los m¨¦dicos no determinaron de cu¨¢ntas semanas de embarazo estaba; aunque el juez acept¨® el testimonio de su jefa de la f¨¢brica, que relat¨® que en enero de 2011 la mujer le hab¨ªa contado que sospechaba que pod¨ªa estar encinta. El episodio de la sangre en el ba?o fue 11 meses despu¨¦s de esa fecha.
¡°La falta de una definici¨®n legal de lo que es exactamente interrupci¨®n del embarazo y la dur¨ªsima legislaci¨®n hace que se produzcan situaciones dantescas. Cristina tuvo una complicaci¨®n obst¨¦trica y a¨²n as¨ª fue condenada. Y adem¨¢s a una pena severa, injusta, desproporcionada; como se determin¨® despu¨¦s", se?ala el abogado Dennis Mu?oz. ?l la conoci¨® cuando ya estaba en prisi¨®n y llev¨® su caso, como lo hace ahora con Mar¨ªa Teresa Rivera desde la Agrupaci¨®n para la Despenalizaci¨®n del Aborto. "Lo que est¨¢n haciendo con estas mujeres no es justo. Hace falta corregir la legislaci¨®n, pero tambi¨¦n apuntalar los casos mediante pruebas y m¨¦dicos especializados, algo que ahora no siempre se hace con todos los medios deseables", considera.
¡°La prohibici¨®n total del aborto genera desprotecci¨®n. Como las de estas mujeres, consideradas sospechosas de un primer vistazo; tambi¨¦n condena a las que necesitan abortar a la clandestinidad¡±, sostiene Lesbia Guti¨¦rrez, experta de la organizaci¨®n contra el aborto inseguro IPAS. No hay datos oficiales sobre interrupci¨®n del embarazo en El Salvador, pero un informe del Instituto Guttmacher y la Organizaci¨®n Mundial de la Salud indica que 25 de cada mil mujeres han pasado por esta intervenci¨®n en la regi¨®n. ¡°Las ricas salen del pa¨ªs para hacerlo, pero las pobres recurren a pr¨¢cticas que pueden ser fatales. Tanto por el riesgo sanitario como por el de la denuncia¡±, asegura. De hecho, el 60% de las mujeres procesadas por estos delitos fueron denunciadas por el personal sanitario. ¡°Algunos m¨¦dicos se escudan en un art¨ªculo del C¨®digo Penal que dicta que cualquier delito de sangre debe ser denunciado, y en ocasiones lo hacen r¨¢pidamente y sin indicios de que el aborto es provocado. Aunque lo fuera, est¨¢n vulnerando el secreto profesional¡±, dice el ginec¨®logo Juan Carlos Barahona.
Mery, universitaria de 27 a?os, acudi¨® al hospital con una fuerte hemorragia en 2012. Asustada, explic¨® que estaba embarazada de ocho semanas y que hab¨ªa conseguido por Internet unas pastillas de misoprostol, un f¨¢rmaco para la ¨²lcera que puede provocar aborto. Los facultativos la denunciaron y fue condenada a dos a?os de prisi¨®n. El juez dict¨® que deb¨ªa cumplirlos en el penal. Pas¨® all¨ª una semana. Hasta que se cort¨® las venas y fue internada en una instituci¨®n mental. Estuvo all¨ª seis meses. Luego le concedieron medidas sustitutorias. Hoy sigue en tratamiento, pero se ve coartada por sus antecedentes penales para hallar empleo. Prefiere no hablar del caso, su pareja explica que no lo ha superado.
Cristina y Marlene s¨ª lo han hecho. La primera cuenta que ha canalizado su rabia en estudiar. Retom¨® los libros donde los hab¨ªa dejado a?os antes y consigui¨® graduarse. Ahora, a sus 26 a?os, aprende ingl¨¦s. Marlene estudia Educaci¨®n Infantil y est¨¢ deseando ser profesora. Forman parte de un grupo de recuperaci¨®n de mujeres que pasaron por la misma situaci¨®n. Mujeres que pasaron del hospital a la c¨¢rcel.
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