La mosca tse-ts¨¦ ya vuela bajo
Un tratamiento combinado simplifica el proceso para eliminar la pesadilla La enfermedad del sue?o afecta al 2% de poblaci¨®n en las zonas end¨¦micas
La enfermedad del sue?o tiene un nombre injustamente rom¨¢ntico. Su denominaci¨®n m¨¦dica, tripanosomiasis [africana] humana (HAT por sus siglas en ingl¨¦s) define mejor lo que sucede: un par¨¢sito, el Trypanosoma brucei, es transmitido por la mosca tse-ts¨¦ a los humanos, y, tras una primera etapa asintom¨¢tica produce una afectaci¨®n neuronal (de ah¨ª el sue?o) que es mortal si no se recibe tratamiento. Pero eso puede acabar si se consigue eliminar la enfermedad, un objetivo que se ha planteado en Nairobi la ONG Iniciativa por los Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDi, por sus siglas en ingl¨¦s), en un congreso al que acudi¨® invitado EL PA?S. Fue el regalo que se hizo la organizaci¨®n para celebrar su d¨¦cimo aniversario y el premio Fronteras del Conocimiento de la Fundaci¨®n BBVA, que recibieron ayer junto al resto de premiados.
No era solo autobombo. Uno de los ¨¦xitos de los que presume DNDi es de que ha conseguido, en una d¨¦cada, seis tratamientos para enfermedades olvidadas (t¨ªpicas y exclusivas de pa¨ªses pobres y que, por tanto, no suscitan el inter¨¦s de las grandes farmac¨¦uticas), uno de ellos para la tripanosomiasis. Se trata de una combinaci¨®n llamada con el acr¨®nimo NECT, y que, tras aprobarse en 2009, ya ha conseguido ser usado en m¨¢s del 95% de los casos.
La HAT es una enfermedad c¨ªclica, explica Augustin Kadima, coordinador de la plataforma sobre esta enfermedad organizada por DNDi. En ella est¨¢n los pa¨ªses m¨¢s afectados: Angola, Rep¨²blica Centroafricana, Chad, Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, Congo, Uganda, Sud¨¢n del Sur y Sud¨¢n. De ellos, la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (RDC, el antiguo Zaire), registra m¨¢s del 90% de los casos, indica Kadima. En total, unos 6.000 de los 7.000 casos que HAT calcula que hubo en 2012.
Pero esta cifra est¨¢ en duda. La situaci¨®n del RDC es tan compleja que un equipo de M¨¦dicos sin Fronteras acaba de descubrir una zona al noreste donde el 3% de la poblaci¨®n est¨¢ afectada, dice el espa?ol Olaf Valverde, director de Investigaci¨®n Cl¨ªnica de DNDi.
Las cifras son complicadas de ajustar, y no solo por las dificultades de trabajar en pa¨ªses donde la epidemiolog¨ªa est¨¢ en mantillas. Tambi¨¦n hay intereses detr¨¢s. Jorge Alvar, encargado del programa de leishmania de DNDi, lo explica as¨ª: ¡°Hay miedo a decir que son muy pocos. Los donantes podr¨ªan pensar que ya est¨¢ todo hecho, y dirigir sus fondos a otra enfermedad¡±.
Sean 7.000 o 20.000, en lo que todos coinciden es en que la enfermedad del sue?o est¨¢ en sus horas bajas. Y que es el momento de darle la puntilla. Sin embargo, en la propia conferencia hay voces que lo ven complicado, como el de una investigadora brit¨¢nica. ¡°A¨²n faltan m¨¦todos diagn¨®sticos fiables y sencillos. Y f¨ªjate c¨®mo es el nuevo medicamento¡±.
Apunta la cient¨ªfica que el tratamiento a¨²n tiene mucho que mejorar. Para empezar, sigue siendo inyectable, aunque haya que darlo menos tiempo que el melarsoprol que se usaba antes (se ha bajado de 14 a 7 d¨ªas), y menos veces (se ha pasado de 56 a 14 inyecciones), tras lo que siguen 10 d¨ªas de tratamiento oral, explica Kadima.
Y todo ello, con dos importantes ventajas a?adidas. La primera, que en pa¨ªses donde las infraestructuras son muy deficitarias no necesita estar conservado en nevera. Y, sobre todo, que no mata. Porque el anterior, dice Pere Simarro, director del Programa de la OMS sobre la Tripanosomiasis Humana Africana, lo hac¨ªa con el 5% de los pacientes. ¡°Era mi obsesi¨®n desde que empec¨¦ hace 20 a?os: conseguir un tratamiento sin ars¨¦nico. Nunca olvidar¨¦ un paciente que, cada vez que le pon¨ªa la inyecci¨®n, me dec¨ªa que lo dejara, que se encontraba fatal. Yo le dec¨ªa que no se preocupara, Pero muri¨® por el ars¨¦nico del melarsoprol¡±, comenta Simarro.
Kadima admite que a¨²n hay mucho que hacer. ¡°No podemos bajar la guardia. Estamos trabajando en un medicamento oral¡±. Pero, mientras, est¨¢ dispuesto a intentarlo. Prudente, evita la palabra m¨¢gica en salud p¨²blica: erradicaci¨®n. En la historia de la humanidad, esto solo se ha conseguido con la viruela, y se intenta con la poliomielitis. La diferencia, explica Kadima, es que ¡°hay reservorios de par¨¢sito en los animales¡±. ¡°Cuando solo hay en personas se puede erradicar, pero aqu¨ª, con que haya una prevalencia mantenida por debajo del 0,01% de casos, en vez del 1% o el 2% de ahora, podremos considerarlo un ¨¦xito¡±.
Las otras olvidadas
La ONG DNDi se dedica a enfermedades olvidadas (que afectan solo a pa¨ªses pobres aunque en su conjunto supongan mil millones de personas en riesgo), y, dentro de estas (unas 20 seg¨²n la lista de la OMS) ha escogido seis. Aparte de la enfermedad del sue?o, son las siguientes:
? VIH en ni?os. Cada a?o nacen unos 330.000 ni?os con el VIH que les es transmitido por sus madres. Esto se puede evitar f¨¢cilmente tratando a las mujeres, pero para eso hay que hacerles la prueba y darles medicaci¨®n. Es lo que se hace casi al 100% en los pa¨ªses ricos, pero no en los pobres. Las desigualdades siguen despu¨¦s del nacimiento. Mientras un 57% de los adultos con VIH que lo necesitan reciben tratamiento, en los ni?os la proporci¨®n cae al 28%. Pero "el problema no es solo de acceso; tambi¨¦n de retenci¨®n". La OMS establece que lo ideal es tratar a todos los menores de cinco a?os, pero eso enfrenta a problemas que parecen banales, pero no lo son en absoluto. Al principio, no hab¨ªa medicamentos con dosis pedi¨¢tricas. Luego aparecieron formulaciones infantiles, pero su sabor ¡ªa v¨®mito, seg¨²n adultos que los probaron¡ª las hac¨ªan muy dif¨ªcil de administrar. DNDi est¨¢ desarrollando con el laboratorio indio Cipla otra forma, en gr¨¢nulos que se puedan mezclar con la comida, para d¨¢rselo a los ni?os. Espera que est¨¦ disponible en un a?o o poco m¨¢s.
? Leishmaniasis. Esta enfermedad, transmitida por un flebotomo (un insecto volador peque?o) supone la infecci¨®n por el par¨¢sito leishmania. Tiene dos formas, dermatol¨®gica y visceral. Esta ¨²ltima es la m¨¢s grave. Afecta a unas 300.000 personas al a?o, y se manifiesta por la inflamaci¨®n del bazo y el h¨ªgado, y puede ser mortal. DNDi ha participado en desarrollar un tratamiento combinado que permite que se pase de 30 d¨ªas de inyecciones a 17 (dos diarias, una intravenosa y la otra muy dolorosa, porque es un antibi¨®tico que cristaliza).
? Malaria. Ya es una enfermedad olvidada por DNDi, tras la introducci¨®n de unas terapias combinadas. Las investigaciones sobre una vacuna y la entrada de otros actores, como la Fundaci¨®n Bill y Melinda Gates o el Fondo Mundial han hecho que DNDi d¨¦ por amortizada su participaci¨®n.
? Chagas. Otra enfermedad parasitaria, en la que DNDi ha desarrollado una forma pedi¨¢trica.
? Filaria. M¨¢s de 120 millones de personas est¨¢n infectadas por gusanos. DNDi trabaja en desarrollar un tratamiento que sirva en todas las fases del desarrollo del gusano, con lo que se podr¨ªa generalizar la medicaci¨®n.
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