Drones en el jard¨ªn de su casa
Los peque?os aviones no tripulados tienen infinidad de aplicaciones, pero amenazan el derecho a la intimidad Varios Gobiernos preparan normas para regular su uso
Que el cielo observe nuestras conductas ya no es solo una cuesti¨®n de fe. Peque?os veh¨ªculos a¨¦reos no tripulados (drones) equipados con instrumentos de vigilancia de gran precisi¨®n sobrevuelan no solo algunos escenarios de zonas en conflicto, sino tambi¨¦n la vida civil cotidiana de muchos ciudadanos. El director del FBI, Robert Mueller, reconoci¨® el pasado 19 de junio ante el Congreso estadounidense que su agencia ya los utiliza para tareas de investigaci¨®n en el espacio a¨¦reo nacional. ¡°Muy espor¨¢dicamente¡±, precis¨®. Pero, tras las recientes revelaciones sobre los masivos e indiscriminados registros de comunicaciones practicados por el espionaje estadounidense y autorizados por los jueces locales, la precisi¨®n de Mueller no resulta totalmente tranquilizadora.
Los ferrocarriles alemanes quieren utilizarlos para disuadir a grafiteros
Desarrollados por la industria de Defensa para fines militares, estos aparatos no tripulados tienen aplicaciones civiles que se perfilan extraordinariamente ¨²tiles tanto para organismos p¨²blicos como para privados. Equipos de distintas dimensiones y caracter¨ªsticas pueden desempe?ar con gran eficacia tareas de detecci¨®n temprana de incendios, vigilancia y cuidado de terrenos agr¨ªcolas (necesidades de riego, lanzamiento de fertilizantes o insecticidas, etc¨¦tera), inspecci¨®n de la seguridad de infraestructuras como oleo y gasoductos, control de fronteras, misiones cient¨ªficas, transporte de mercanc¨ªas o cobertura de asuntos de inter¨¦s medi¨¢tico. La compa?¨ªa ferroviaria alemana Deutsche Bahn anunci¨® recientemente su intenci¨®n de utilizar helic¨®pteros no tripulados y equipados con c¨¢maras de radiaci¨®n infrarroja para defender los trenes de los grafiteros y del vandalismo. Las posibilidades son realmente infinitas y permiten ahorrar costes e incluso vidas humanas.
Pero entre los escenarios que se abren tambi¨¦n figuran nuevas e inquietantes oportunidades de vigilancia. Estos aparatos pueden ser muy peque?os, muy precisos y muy baratos, con lo cual podr¨ªan utilizarse de manera masiva y sin ser apenas percibidos. Algunos modelos pesan menos de un kilogramo y cuestan pocos miles de euros. Es decir, que no solo est¨¢n al alcance de administraciones p¨²blicas o ej¨¦rcitos, sino tambi¨¦n de un buen n¨²mero de potenciales compradores privados.
De momento, el uso de estos aparatos por parte de usuarios privados no est¨¢ regulado en la mayor¨ªa de los pa¨ªses occidentales. Por lo general, solo se autoriza el uso por parte de determinadas autoridades p¨²blicas. O, como en el caso alem¨¢n, se permite un uso privado muy restringido, sustancialmente para aparatos de tama?o muy reducido, que vuelen a baja altura y a la vista del operador. En Espa?a, a falta de un marco legal espec¨ªfico, las autoridades del sector no han expedido ninguna certificaci¨®n de aeronavegabilidad para estos aparatos, que por lo tanto no pueden legalmente volar.
El presidente de Google ha pedido que se proh¨ªban para fines privados
Pero existe una intensa presi¨®n de la industria del sector y de los potenciales beneficiarios para que se liberalice su uso. En Estados Unidos, por ejemplo, el Congreso ha requerido a las autoridades a¨¦reas que fijen las reglas de esa liberalizaci¨®n para septiembre de 2015. En Espa?a, el Gobierno tambi¨¦n prepara un borrador de real decreto sobre la materia.
En sustancia son dos los aspectos que hay que regular: el c¨®digo de conducta que discipline c¨®mo estos aparatos pueden utilizar el espacio a¨¦reo; y los requerimientos a fabricantes, operadores, empresas de mantenimiento, etc¨¦tera, para garantizar la seguridad de los mismos.
En la era de la vigilancia total en la que de forma cada vez m¨¢s evidente nos adentramos, este nuevo frente despierta serias preocupaciones. En EE UU, especialmente, el asunto ha causado un intenso debate. Eric Schmidt, presidente ejecutivo de Google, ha pedido que se proh¨ªba el uso privado de estos aparatos mediante tratados internacionales aduciendo que pueden suponer un gran riesgo para la privacidad y la seguridad.
El FBI ya los emplea en el espacio a¨¦reo interno para tareas de vigilancia
Ya en 2011 la American Civil Liberties Union (ACLU, por sus siglas en ingl¨¦s) public¨® un informe titulado Protegiendo la intimidad de la vigilancia a¨¦rea en el que llamaba el legislador a adoptar normativas muy precisas que reduzcan los riesgos de abusos por parte de autoridades p¨²blicas.
Catherine Crump, una de las abogadas de la organizaci¨®n y coautora del citado estudio, explica en conversaci¨®n telef¨®nica que la ¡°preocupaci¨®n primaria [de la ACLU] es que los drones no se conviertan en un instrumento de vigilancia total¡±. ¡°Hay que crear un marco legal¡±, prosigue Crump, ¡°por el que las fuerzas de seguridad puedan hacer volar estos aparatos solo de forma puntual, cuando haya una sospecha determinada, cuando permitan hallar pruebas o detener un espec¨ªfico crimen. Hay que evitar que la polic¨ªa pueda ponerlos en el aire sin una buena raz¨®n. Eso ser¨ªa una violaci¨®n de la privacidad. Adem¨¢s, si bien el uso por parte de las autoridades es nuestra preocupaci¨®n principal, tambi¨¦n hay que ser conscientes de que si se permite el uso a privados, estos tambi¨¦n pueden abusar de esos aparatos¡±, argumenta Crump.
En Estados Unidos se ha visto recientemente c¨®mo los jueces no han dudado en autorizar masivos e indiscriminados registros de comunicaciones. ?Qui¨¦n garantiza que no ocurra lo mismo con los drones? ?Es necesaria una legislaci¨®n ad hoc?
Existen modelos cada vez m¨¢s reducidos, precisos y baratos
Mario Mairena, responsable de relaciones gubernamentales de la Asociaci¨®n Internacional para Aparatos A¨¦reos no Tripulados (AUVSI, en sus siglas en ingl¨¦s), sostiene que no. En conversaci¨®n telef¨®nica desde EE UU, presenta el punto de vista del sector: ¡°Nosotros estamos por supuesto a favor del respeto absoluto de la privacidad. Quienes la violen tienen que responder. Pero creemos que, por lo general, la legislaci¨®n vigente representa una garant¨ªa suficiente. Simplemente habr¨¢ que aplicarla a estos casos. Por otra parte, hay mucha confusi¨®n al respecto. Los aviones no tripulados no representan de por s¨ª una revoluci¨®n en la tecnolog¨ªa de la vigilancia. Estos sistemas tecnol¨®gicamente sofisticados ya se usan en aparatos tripulados. La ¨²nica diferencia es que el operador est¨¢ en tierra¡±, dice Mairena.
Los cr¨ªticos se?alan sin embargo que las reducidas dimensiones y costes que pueden tener los drones facilitan much¨ªsimo m¨¢s la tarea de vigilancia con respecto a los tripulados ¡ªy por tanto los riesgos¡ª. Respecto a la idoneidad de los principios generales de la legislaci¨®n vigente, Crump sostiene que no son una garant¨ªa suficiente. ¡°En EE UU, por ejemplo, todav¨ªa no se ha aplicado a este sector la cuarta enmienda [de la Constituci¨®n, que protege al ciudadano ante pesquisas o registros arbitrarios]. No sabemos c¨®mo se har¨¢, y creemos que es arriesgado confiar todo el asunto a que se consolide una interpretaci¨®n jurisprudencial adecuada. Es m¨¢s prudente definir la protecci¨®n espec¨ªficamente por la v¨ªa legislativa¡±, sostiene Crump.
Los fabricantes creen que la legislaci¨®n actual es suficiente
En el ¨¢mbito privado, hay sectores en los que las posibles aplicaciones de estos aparatos son claramente beneficiosas. Entre ellos figura el de los medios de comunicaci¨®n, que podr¨ªan abaratar los costes de algunas coberturas informativas realizadas ahora con ayuda de helic¨®pteros. Peque?os aparatos a¨¦reos no tripulados ampliar¨ªan adem¨¢s notablemente la capacidad de acceder a zonas especialmente peligrosas (conflictos b¨¦licos, desastres naturales, etc¨¦tera). Los derechos a la informaci¨®n y a la intimidad est¨¢n claramente estipulados en las legislaciones de los pa¨ªses desarrollados, con lo cual lo m¨¢s probable es que las normativas en este ¨¢mbito se extiendan a las coberturas realizadas con estos equipos.
Lo que inquieta a la ACLU es, sobre todo, que se produzcan abusos por parte de agencias gubernamentales. Seg¨²n Crump, la regulaci¨®n en el sector privado ¡°tiene serias complicaciones¡±. ¡°La libertad de los periodistas a fotografiar o grabar lugares p¨²blicos est¨¢ justificadamente asentada y es dif¨ªcil compaginar normativas que eviten violaciones de la intimidad a trav¨¦s del uso de aparatos a¨¦reos no tripulados con la libertad de prensa¡±, dice.
Asociaciones de derechos reclaman nuevas regulaciones espec¨ªficas
Al menos por ahora, el uso de drones sigue sin estar regulado en la gran mayor¨ªa de los pa¨ªses desarrollados. Francisco Gay¨¢, presidente de Flightech, una compa?¨ªa espa?ola que trabaja en el sector, espera con gran inter¨¦s que finalmente se regule la materia para poder dar un impulso decisivo al uso de estos aparatos. ¡°Ya lleg¨® el verano, y con ¨¦l desgraciadamente volver¨¢n los incendios¡±, se?ala Gay¨¢. ¡°Y un a?o m¨¢s, nosotros tenemos un modelo muy apto para realizar tareas antiincendios, pero no se podr¨¢ utilizar porque solo tenemos una certificaci¨®n para uso experimental. ?Llevamos m¨¢s de seis a?os en esto!¡± se lamenta. Juan Ayanz, director de comunicaci¨®n de Flightech, explica que Espa?a, a la espera de la aprobaci¨®n del real decreto, se encuentra actualmente en un ¡°limbo legal¡±. Las peticiones de este diario al Ministerio de Fomento y a la Agencia Espa?ola de Seguridad A¨¦rea para hablar sobre este asunto no fueron atendidas.
El Gobierno espa?ol prepara un decreto para establecer sus aplicaciones
Quienes abogan por la regulaci¨®n insisten en el uso beneficioso que se est¨¢ haciendo de estos aparatos en algunos pa¨ªses. En la otra orilla se colocan quienes ven sobre todo los peligros. En la comparecencia en la que el director del FBI admiti¨® que su agencia ya utilizaba aviones no tripulados en territorio nacional, la senadora dem¨®crata Dianne Feinstein, una de las voces m¨¢s respetadas de esa c¨¢mara, declar¨® que ¡°la mayor amenaza a la privacidad de los estadounidenses son los drones y su uso, y las muy pocas regulaciones que disciplinan su uso hoy¡±. En el intenso debate sobre privacidad y seguridad que agita estos d¨ªas a las grandes potencias, los drones est¨¢n llamados a desempe?ar un papel esencial.
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