¡°La novela negra triunfa en la crisis porque es cr¨ªtica¡±

Dos paradojas gobernaron las cerca de dos horas de conversaci¨®n con Paco Camarasa en su barcelonesa librer¨ªa Negra y Criminal. La primera, la de estar en una de las pocas librer¨ªas, ?la ¨²nica?, de Espa?a con cocina (no un bar, un caf¨¦ o un restaurante con el que redondear ingresos, no, una cocina) y apa?arnos solo con dos botellas de vino tinto y un mont¨®n de patatas fritas, en caja y ¡°de churrer¨ªa¡±, dice con orgullo el librero. La segunda paradoja es la de estar en un templo de la novela negra que ha vivido sus peores momentos cuando el g¨¦nero se ha puesto de moda. ¡°Hace dos a?os ¨ªbamos a cerrar. Hab¨ªamos currado much¨ªsimo, pero nos est¨¢bamos quedando sin clientes porque el resto de librer¨ªas m¨¢s grandes hab¨ªan ampliado mucho su secci¨®n y el lector terminaba all¨ª¡±, asegura Camarasa antes de explicar c¨®mo ide¨® junto a su mujer, Montse Clav¨¦, librera y parte esencial del proyecto, los C¨®mplices de Negra y Criminal, un heterog¨¦neo grupo de aficionados, escritores, editores, expertos y amantes del g¨¦nero que pagan una cuota para que la librer¨ªa no muera. Crowdfounding antes del crowdfounding.

La crisis econ¨®mica, la p¨¦rdida generalizada de lectores, el cambio de modelo hacia el libro electr¨®nico o los precios de los alquileres han ido matando el negocio con consecuencias nefastas. ¡°Una ciudad sin librer¨ªas es una urbanizaci¨®n con un gran centro comercial en el que no hay ciudadanos¡±, afirma el librero mientras llenamos los vasos de vino y seguimos con las patatas. ¡°La prueba de esto est¨¢ en Valencia: desaparecieron las librer¨ªas y el PP de la trama G¨¹rtel lleva mandando a?os. Cuando la gente permiti¨® que cerraran y algunos autores incluso pensaron que lo moderno era comprar en FNAC conseguimos lo que tenemos ahora¡±.

El librero cre¨® un

De consumarse, la desaparici¨®n del sector traer¨¢ como consecuencia la p¨¦rdida de un tipo muy particular de trabajador. ¡°Los libreros somos unos artesanos, unos se?ores que sabemos un mont¨®n simplemente por acumulaci¨®n. Cuando vayamos cerrando, desapareciendo, porque no s¨¦ qui¨¦n aguantar¨¢, c¨®mo lo va a hacer una librer¨ªa que tenga que pagar el mismo alquiler que una tienda de Loewe, desaparece un se?or con un valor que es muy dif¨ªcil de transmitir¡±.

Puede que sea el vino que vuelve a llenar nuestros vasos, pero el panorama no parece tan negro si se mira en su conjunto. Eventos como la feria BCNegra, con el propio Camarasa como uno de sus art¨ªfices, triunfan y cada a?o re¨²nen a miles de lectores en torno al g¨¦nero policiaco. ¡°La crisis ha llevado en masa al lector a la novela negra por su marcado car¨¢cter cr¨ªtico. ?Por qu¨¦, por ejemplo, Petros M¨¢rkaris ¡ªescritor griego¡ª vende m¨¢s ahora que con sus primeros libros que eran mejores? Pues muy sencillo: gracias a la se?ora Merkel, a la que deber¨ªa pasar derechos¡±, asegura Camarasa con media sonrisa.

La librer¨ªa sigue abierta durante la entrevista y el protagonista no para. Rechaza una llamada, vende dos libros, pone m¨¢s vino en los vasos. Al final, suspira y resume: ¡°Si me tengo que quedar con algo es con lo que hemos disfrutado y con haber conocido y haber gozado de la amistad del maestro Francisco Gonz¨¢lez Ledesma, el jefe de la banda. Nos estamos quedando sin balas, pero queremos seguir disparando¡±.