Un trabajoso encaje legal

La aprobaci¨®n del matrimonio entre personas del mismo sexo en Espa?a en 2005 supuso revisar no solo tres art¨ªculos del C¨®digo Civil. El PSOE, entonces en el Gobierno, analiz¨® decenas de leyes, todas las que en un pa¨ªs con un derecho de familia heredero del napole¨®nico y del romano mencionaban expresamente derechos o deberes del hombre y la mujer, el marido y la esposa o del padre y la madre. Pedro Zerolo, hasta poco antes presidente de lo que ahora es la Federaci¨®n Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales ¡ªy que se incorpor¨® a la Ejecutiva del PSOE como responsable de Pol¨ªticas Sociales y ONG¡ª calculaba entonces que se hab¨ªan modificado m¨¢s de 60 art¨ªculos de otras leyes.

Pero pronto se vio que aquella revisi¨®n hab¨ªa dejado flecos. Y la Ley de Reproducci¨®n Humana Asistida hab¨ªa sido una de las peor atendidas. Por ejemplo, se mantuvo una discriminaci¨®n clara: cuando una mujer casada se somet¨ªa a un procedimiento de fecundaci¨®n asistida, su marido se consideraba autom¨¢ticamente padre del hijo concebido. En el caso del matrimonio de dos mujeres, la esposa de la gestante no era considerada autom¨¢ticamente madre del beb¨¦, y se ve¨ªa abocada a iniciar un proceso de adopci¨®n (algo que casos como el del juez Ferr¨ªn Calamita, quien demor¨® todo lo que pudo una petici¨®n de este tipo, demostraron que no era ni much¨ªsimo menos inmediato).

La situaci¨®n era m¨¢s chocante, porque, en cambio, se permit¨ªa una adopci¨®n conjunta (tanto por una uni¨®n de hombres como de mujeres), en las que ambos miembros de la pareja eran considerados progenitores en igualdad desde el principio.

Tambi¨¦n hubo problemas para que una mujer donara sus ¨®vulos (o el embri¨®n concebido a partir de ellos) a su pareja. Los maridos o parejas de hecho varones pod¨ªan hacerlo con su esperma, pero en el caso de dos mujeres se consideraba que la donaci¨®n de gametos deb¨ªa ser altruista y an¨®nima. La f¨®rmula de que el ¨®vulo de una se implantara en el ¨²tero de la otra era la escogida por parejas que, de esta manera, quer¨ªan participar ambas biol¨®gicamente en la concepci¨®n del hijo que iba a ser de las dos.

Curiosamente, la redacci¨®n de la ley ten¨ªa una especificaci¨®n que favorec¨ªa a las parejas de mujeres: exig¨ªa el permiso del marido para que se sometiera al proceso de inseminaci¨®n, pero esto no suced¨ªa en el caso de que la mujer tuviera una esposa. Lo que no se dec¨ªa en la ley en ning¨²n caso es que estos tratamientos debieran ser financiados con fondos p¨²blicos, lo que permiti¨® que hubiera m¨²ltiples interpretaciones seg¨²n la comunidad aut¨®noma.

La modificaci¨®n de la Ley de Reproducci¨®n Humana Asistida que hizo el PSOE salv¨® parte de estos inconvenientes.