¡°Cada usuario que incorporemos al sistema legal lo perder¨¢ el ¡®narco¡±
La seguridad se ha convertido en la mayor preocupaci¨®n de la sociedad uruguaya
Julio Calzada (Dolores, 1956) recuerda que en su juventud la gente dejaba bajo el felpudo de su casa el dinero para el lechero. El Secretario Nacional de Drogas, el hombre a cargo de la instituci¨®n coordinadora de la lucha contra el narcotr¨¢fico en Uruguay, tambi¨¦n asegura que era costumbre que los coches y las casas se dejaran abiertos. Los escasos ajustes de cuentas hasta los noventa no pasaban de propinar una paliza con un palo, despu¨¦s pasaron a un disparo por debajo de la cintura. ¡°En los ¨²ltimos cinco a?os, sin embargo, ha aparecido el fen¨®meno del sicariato, que para nosotros es nuevo, solo lo ve¨ªamos en las pel¨ªculas colombianas o venezolanas¡±, explica Calzada. La realidad es que en ese periodo la tasa de homicidios de Uruguay subi¨® de 5 por cada 100.000 habitantes a 6.4, una cifra mucho m¨¢s cercana a los pa¨ªses europeos que a la gran mayor¨ªa de los latinoamericanos. ¡°Una cosa es la realidad y la otra la percepci¨®n¡±, analiza, ¡°la inseguridad va a ser el tema de las pr¨®ximas elecciones¡±. En Uruguay, seg¨²n las encuestas, la mayor preocupaci¨®n de la sociedad es la seguridad. ¡°Nosotros nos comparamos con nosotros mismos, no con Colombia o M¨¦xico, y para los uruguayos Montevideo se ha convertido en Ciudad G¨®tica (Gotham, la urbe de Batman)¡±.
Las organizaciones criminales de Uruguay no se parecen en nada a los Carteles de M¨¦xico o a las Bacrim (Bandas Criminales) de Colombia. Son familias que se dedicaban al contrabando y se han pasado a un negocio m¨¢s rentable, pero sin el nivel econ¨®mico, la capacidad de infiltraci¨®n en las instituciones y el armamento de otras latitudes. Sin embargo, explica Calzada: ¡°Hemos visto que el incremento de la violencia est¨¢ muy asociado a las narcotr¨¢fico y no necesariamente al consumo. Entonces nos preguntamos: ¡®?cu¨¢l es el papel de la marihuana?¡¯. Y la marihuana es una sustancia con da?os similares a los del alcohol. ?Por qu¨¦, si tenemos uno regulado, no el otro?¡±.
¡°Esta ley es para este pa¨ªs. No podr¨ªa aplicarse a otros como Guatemala¡±
El modelo holand¨¦s, aunque con notables diferencias, ha sido la referencia para elaborar el proyecto. ¡°La idea es que por cada usuario que incorporemos al sistema legal es un usuario que le quitamos a los narcotraficantes, y los debilitamos un punto. El presidente (Jos¨¦ Mujica) es un convencido de que un negocio con la rentabilidad de las drogas no se puede vencer con represi¨®n¡±. Esta corriente de pensamiento, que ha ido ganando adeptos en los ¨²ltimos a?os, asegura Calzada, ha hecho posible que la iniciativa de Uruguay de convertirse en el primer pa¨ªs latinoamericano que rompe con el paradigma prohibicionista sea posible. ¡°Es cierto que ning¨²n presidente ha hecho nada. Pero oyes a Santos (presidente de Colombia), que fue ministro de Defensa, o al General ?scar Naranjo, que luch¨® contra los grandes carteles en Colombia, y te da que pensar¡±.
El objetivo del Gobierno de Mujica es separar el mercado de la marihuana ¨C22 toneladas se consumen al a?o en el pa¨ªs- del de la pasta base y otro tipo de drogas. Con ello, se le quitar¨ªa al narcotr¨¢fico un 80 % de las ganancias.
?Se podr¨ªa extender en un futuro la legalizaci¨®n a otras drogas? ¡°Hoy no est¨¢ sobre la mesa en el mundo. Se habla de legalizar el uso de la marihuana y nosotros lo tenemos legalizado desde 1974¡±, responde Calzada.
El proyecto uruguayo ha levantado gran expectaci¨®n en otros pa¨ªses del entorno. Calzada, sin embargo, no cree en el efecto contagio. La ley se plantea como una soluci¨®n posible para Uruguay y su realidad. ¡°Un pa¨ªs que tiene este Estado, que tiene legitimidad del sistema judicial, un pa¨ªs que resuelve 95% de los cr¨ªmenes que se producen. No creemos que sea una realidad posible para Guatemala, que no resuelve un 98% de los cr¨ªmenes, para Honduras o Venezuela¡±. El secretario incluso duda de la posibilidad de que la ley genere un impacto en las pol¨ªticas mundiales por su tama?o y condiciones. ¡°Pero ?qu¨¦ va a suceder, en 2016, cuando cuatro o cinco estados m¨¢s de Estados Unidos hagan plebiscitos para legalizar la producci¨®n y la venta de marihuana en sus mercados? ?Eso s¨ª que va a tener un impacto! Capaz que en los pr¨®ximos 20 a?os vamos a mirar el 31 de julio de 2013 como parte de la prehistoria¡±.
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