Amenazan de muerte a investigadores por defender a los guarij¨ªos en Sonora
Los guarij¨ªos desconocen el proyecto completo para la construcci¨®n de una presa en sus tierras
Varios investigadores y defensores de los derechos humanos que trabajan en la zona guarij¨ªa, al norte de ?lamos, en el Estado mexicano de Sonora, han sufrido acoso telef¨®nico, amenazas de muerte y ataques contra sus veh¨ªculos. Se trata de los investigadores Jes¨²s Armando Haro Encinas, del Colegio de Sonora, Cinthia Lizeth Moroyoqui Aldama y Yaneth Lara Hern¨¢ndez, de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM), y de Ram¨®n Mart¨ªnez Coria, licenciado por la Escuela Nacional de Antropolog¨ªa e Historia y presidente de la organizaci¨®n Foro para el Desarrollo Sustentable.
Todos ellos trabajan protegiendo los derechos de la tribu de los guarij¨ªos en el proyecto de construcci¨®n de la presa Pinares-Bicentenario, que afectar¨¢ a buena parte del territorio ind¨ªgena. Para llevarse a cabo, es necesario el consentimiento del pueblo.
Los asesores de la etnia, conformada por unas 378 familias y cinco poblados cada uno con su propio gobernador, denuncian que en ning¨²n momento se ha presentado ante los guarij¨ªos el proyecto oficial, algo prometido en noviembre del a?o pasado tras varias reuniones entre el Ejecutivo de Sonora, que dirige el panista Guillermo Padr¨¦s El¨ªas,?y las asambleas de las comunidades y que era condici¨®n indispensable para seguir con el di¨¢logo y las consultas sobre la obra.
En entrevista telef¨®nica, el presidente de Foro para el Desarrollo sustentable, Ram¨®n Mart¨ªnez Coria, ha se?alado que los gobernadores guarij¨ªos fueron presionados para firmar la autorizaci¨®n. ¡°En un discurso maniqueo las autoridades del Estado plantearon a los gobernadores tradicionales que la gesti¨®n ten¨ªa que ser de Gobierno a Gobierno, sin la necesidad de pasar por la asamblea de cada comunidad, que es la que toma las decisiones¡±. A cuatro de ellos les arrancaron la firma y el quinto est¨¢ recibiendo numerosas coacciones y el investigador teme por su integridad.
Ante esta situaci¨®n, los guarij¨ªos pidieron a los asesores que se trasladasen a la regi¨®n para apoyarlos. Nada m¨¢s llegar, comenzaron las agresiones contra ellos. Primero destruyeron las llantas de los veh¨ªculos que utilizaban Armando Haro y las investigadoras de la UNAM para que no pudieran trasladarse a las comunidades. Despu¨¦s, hostigaron por tel¨¦fono y v¨ªa correo electr¨®nico a Haro Encinas. ¡°Como asesores del grupo fuimos atacados y amenazados de muerte porque nos interpusimos para que el Gobierno de Sonora no ejerciera presi¨®n¡±, explica Mart¨ªnez. ¡°Hay una concordancia entre la vehemencia expl¨ªcita de las autoridades del Estado para que no estemos con las comunidades y las amenazas an¨®nimas recibidas¡±. Adem¨¢s de arrastrar a los gobernadores tradicionales, Mart¨ªnez asegura que el Ejecutivo ha presionado a la poblaci¨®n m¨¢s pobre jugando con la concesi¨®n de programas sociales.
Aunque Gobernaci¨®n los ha incluido en el Programa de Protecci¨®n de Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas no en todo momento han tenido escoltas.
Haro Encinas y Martinez Coria siguen trabajando en la zona, pero las dos investigadoras de la UNAM ya se han ido. Para el presidente de Foro para el Desarrollo sustentable el foco del problema no est¨¢ en ellos, sino en la divisi¨®n provocada en las comunidades y la violaci¨®n del derecho de la tribu a ser consultada. ¡°Exigimos que los Gobiernos se ci?an al marco de legalidad y respeten los derechos de los guarij¨ªos en toda la gesti¨®n de la obra¡±. Mart¨ªnez se?ala la disconformidad de los asesores con la evaluaci¨®n de impacto ambiental emitida por la Secretar¨ªa de Medio Ambiente federal, en la que, opinan, se han minimizado algunos aspectos. El documento refleja que la obra afectar¨¢ a nueve comunidades, de las cuales dos deber¨¢n ser reubicadas. Las siete restantes sufrir¨¢n consecuencias sobre las tierras de cultivo, los lugares sagrados, y el entorno. Entre las preocupaciones que manifestaron los guarij¨ªos en las reuniones con el Ejecutivo est¨¢n la p¨¦rdida de sus tierras por la inundaci¨®n, el peligro para los ni?os al cruzar la presa para ir a la escuela, la proliferaci¨®n de insectos por las aguas estancadas y la posible desaparici¨®n del pante¨®n y sus muertos, que quedar¨ªan bajo el agua.
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