El temido pirata Bezos
Con 33 a?os sacaba a bolsa la librer¨ªa 'online' y hoy, con 49, es uno de los 30 hombres m¨¢s ricos. El nuevo propietario del ''Post' sigue siendo un misterio
La f¨¢bula del audaz sue?o americano le sit¨²a en el asiento de copiloto de un Chevrolet en 1994. Mientras teclea fren¨¦ticamente en un port¨¢til el plan de negocio, su esposa Mackenzie conduce de costa a costa. Atr¨¢s queda el futuro prometedor de la joven y exitosa pareja empleada en Wall Street; por delante, la excitante incertidumbre de un negocio que, como el Oeste o las pepitas de oro, est¨¢ a¨²n por ser conquistado y cribado.
Lo cierto es que esta sugerente historia en torno al arranque de Jeff Bezos, due?o y fundador de la galaxia Amazon, ?¨Cuno de los 30 hombres m¨¢s ricos del mundo, seg¨²n Forbes¨C ha quedado varias veces desmontada: el plan de negocio en realidad deriv¨® de su trabajo de investigaci¨®n del mercado online para un fondo de inversi¨®n; ¨¦l y su esposa fueron en avi¨®n hasta Texas; su padre les regal¨® el coche, y se turnaron al volante hasta Seattle. Poco tiempo despu¨¦s los progenitores del futuro magnate le dar¨ªan sus ahorros, 300.000 d¨®lares (casi 225.000 euros), como capital inicial para montar una librer¨ªa online; las estimaciones de crecimiento de consumo en la web eran apabullantes y las distribuidoras de libros ya ten¨ªan digitalizados sus cat¨¢logos. Y a esas alturas, como corresponde a todo buena historia de ¨¦xito cibern¨¦tico, el chiringuito de Bezos ya estaba instalado en un garaje. Originalmente la empresa estaba registrada como Cadabra (de abracadabra), pero sonaba demasiado como ¡°cad¨¢ver¡± y, adem¨¢s, el nombre del r¨ªo m¨¢s caudaloso del planeta, encajaba mejor con sus ambiciosos planes.
Dos d¨¦cadas despu¨¦s de aquel viaje (por aire y carretera) que condujo a Bezos y a su esposa a la cima del mundo empresarial estadounidense, ante el anuncio de la compra con un 1% de su fortuna personal del diario The Washington Post el pasado lunes, este hombre de 49 a?os se ha convertido en el centro de todas las miradas. Aunque a medida que ha crecido su negocio ¨¦l ha ido marcado una f¨¦rrea distancia frente al ojo p¨²blico, Bezos, su sonora risa y su agresivo estilo empresarial no han pasado desapercibidos.
Desde la muerte de Steve Jobs (creador de Apple), parece haber ocupado en cierta medida su lugar como ic¨®nico empresario-visionario; ese a quien todos quieren conocer y emular. ¡°Steve fue un maestro para cualquiera que prestara atenci¨®n, y se ha ido demasiado pronto¡±, declaraba hace unos meses a Wired. Ambos fueron hijos adoptivos (en el caso de Bezos solo por parte de padre), ambos se granjearon un buen n¨²mero de enemigos e hicieron frente a duras batallas. Pero si el enigm¨¢tico genio detr¨¢s de Mac valoraba la est¨¦tica y el dise?o ¨Cconfeso adicto a las prendas de Issey Miyake¨C, y no tem¨ªa el precio de sus productos, la m¨¢xima del hombre de Amazon ha sido ¡°en tu margen de beneficio, est¨¢ mi oportunidad¡±. A pesar de tener una fortuna de unos 25.000 millones de d¨®lares, no se quita los chinos y las camisas de algod¨®n. Su salto a la moda ha tenido m¨¢s que ver con el negocio, por ejemplo cuando lanz¨® una macro operaci¨®n el mayo pasado para potenciar la venta de ropa de grandes marcas en su web, y acudi¨® como patrocinador a la gala del Costume Institute del Museo Metropolitan.
La compra del diario ha supuesto apenas el 1% de su fortuna personal
Atuendo aparte, Bezos destac¨® desde la infancia. Naci¨® el 12 de enero de 1964 en Albuquerque (Nuevo M¨¦xico), fruto de un matrimonio que apenas dur¨® un a?o cuando su madre, Jackie, era a¨²n adolescente. Cuatro despu¨¦s ella contrajo nupcias con Miguel Bezos, un joven cubano que hab¨ªa llegado a los 15 a?os gracias a la Operaci¨®n Pedro Pan, el proyecto de un p¨¢rroco cat¨®lico de Florida que llev¨® a cientos de adolescentes a EE UU, tras el ascenso de Fidel Castro. El cubano Bezos vivi¨® en una misi¨®n cat¨®lica, se gradu¨® en un instituto de Delaware y se mud¨® a Nuevo M¨¦xico para estudiar en la universidad. M¨¢s adelante se incorpor¨® al gigante petrolero ExxonMobile. Tuvo dos hijos con Jackie y adopt¨® a Jeff, que no supo que ¨¦l no era su verdadero padre hasta los 10 a?os. Sus padres hoy dirigen la Bezos Family Foundation, dedicada a promover mejoras en la educaci¨®n y defensora de escuelas concertadas.
Criado en Texas y m¨¢s adelante en Florida, Jeff siempre destac¨® en los estudios, asisti¨® a escuelas para ni?os dotados, gan¨® varios premios de ciencias, pronunci¨® el discurso de graduaci¨®n en su instituto y entr¨® en Princeton, donde se gradu¨® cum laude en Ciencias Inform¨¢ticas e Ingenier¨ªa Electr¨®nica en 1986. Trece a?os despu¨¦s la revista Time le coronaba como el personaje del a?o. Un ascenso estelar, muy en l¨ªnea con la pasi¨®n por los cohetes de este millonario. De adolescente quer¨ªa ser astronauta y en m¨¢s de una ocasi¨®n ha hablado del impacto que le caus¨® ver a Armstrong pisar la luna: ¡°Ten¨ªa cinco a?os y aquello me convirti¨® en un apasionado de las matem¨¢ticas, la ciencia, la f¨ªsica, la exploraci¨®n¡±. Aunque su carrera se ha centrado en el ciberespacio, m¨¢s que en ninguna otra galaxia, nunca ha renunciado a esta peculiar pasi¨®n, al punto de que en 2004 fund¨® la empresa Blue Origin dedicada a explorar la comercializaci¨®n a gran escala de viajes al espacio. El proyecto New Shepard (Nuevo Pastor) trabaja en la construcci¨®n de una nave para pasajeros que los trasladar¨¢ fuera de ¨®rbita. Bezos tambi¨¦n ha donado millones de d¨®lares para la operaci¨®n de rescate la nave que traslad¨® a Armstrong, del oc¨¦ano Atl¨¢ntico. En Amazon alquilan servidores a la NASA.
A los 28 a?os Bezos era vicepresidente senior en D. E. Shaw & Co, y all¨ª conoci¨® a su futura esposa, Mackenzie, alumna de Toni Morrison en Princeton. ?l ha dicho que buscaba una mujer tan resuelta como para ser capaz de sacarle ¡°de una prisi¨®n en el Tercer Mundo¡± y en aquellos a?os de Wall Street se especializ¨® en las citas a ciegas, algo de lo que le liber¨® esta californiana. ¡°Mi mujer tiene recursos, es lista, cerebral y sexy, pero adem¨¢s tuve la suerte de ver su curriculum antes de conocerla, as¨ª que conoc¨ªa su expediente acad¨¦mico¡±, declaraba a Vogue el empresario. No deja de ser ir¨®nico que el tibur¨®n que ha resquebrajado el tradicional negocio de los libros, est¨¦ casado con una escritora al viejo estilo, autora de dos novelas literarias: ¡°The test of Luther Albright¡± y, este invierno, ¡°Traps¡±. Seg¨²n Mackenzie, uno de los autores favoritos de Bezos es Cormac McCarthy. Juntos han tenido tres hijos y han adoptado a una ni?a de origen chino.
Aguerrido, osado y tenaz en los negocios, Bezos conoce bien las aguas de Wall Street y no teme llevar la contraria a los accionistas. En 1999 cuando estall¨® la burbuja punto com le forzaron a aceptar un director en su empresa. Joseph Galli se despidi¨® apenas un a?o despu¨¦s. Ni siquiera un grave accidente en helic¨®ptero en 2003, del que sali¨® ileso, ha servido para que Bezos atienda la cuesti¨®n sucesoria, que a los accionistas tanto preocupa.
Bezos es conocido por su feroz batalla para no pagar impuestos por las ventas en la Rerd
Ni siquiera inversiones equivocadas han frenado a Bezos que supo esquivar la ca¨ªda, y todav¨ªa hoy resiste las presiones para repartir beneficios: reinvierte cuanto puede, copia sin rubor y compra empresas de la competencia, que a veces simplemente pone a competir con otras en su ¨®rbita. Al fin y al cabo, la salida a bolsa de Amazon en 1997 iba acompa?ada de una carta a los accionistas titulada El largo plazo es de lo que se trata. El tiempo es sin duda una de las claves esenciales en el credo empresarial de Bezos: si uno trabaja apurado por resultados trimestrales no tiene apenas margen de acci¨®n, pero si la estrategia es a siete a?os tus competidores quedan pr¨¢cticamente extinguidos. En l¨ªnea con esto, tuvo casi una d¨¦cada a un equipo trabajando en el Kindle (su libro electr¨®nico) y, en un plano m¨¢s personal, ha donado 42 millones de d¨®lares a la Long Now Foundation para la construcci¨®n de un reloj gigante que durara 10.000 a?os.
Firme creyente en que el cliente es la absoluta prioridad, Bezos ha sido uno de los pioneros en acercarse a este sujeto ya no tan abstracto a trav¨¦s de la recolecci¨®n detallada de datos de compra. En las reuniones de Amazon a veces coloca una silla vac¨ªa en la mesa para invitar al ¡°cliente¡± a la discusi¨®n. La brutal batalla de precios que ha guiado su negocio ¨Cy desangrado a la competencia¨C no es solo de puertas afuera: las oficinas de Amazon tienen las mesas m¨¢s baratas del mercado (hechas con maderas de conglomerado para puertas), no hay impresoras a color y nadie vuela en primera. Ning¨²n sueldo supera los 171.000 d¨®lares (128.000 euros) y Bezos cobra apenas 81.000 (60.700 euros). El dinero proviene de las stock options de la empresa. Partidario de equipos peque?os que compiten entre s¨ª (¡°si se necesitan m¨¢s de dos pizzas para dar de comer a un equipo, es que el equipo es demasiado grande¡±), su visi¨®n es admirada incluso por algunos de sus detractores como el ingeniero Steve Yegge, que se march¨® a Google tras varios a?os en Amazon y escribi¨® un post en el que contaba que el jefe era conocido como ¡°el temido pirata Bezos¡±.
La familia Graham de The Washington Post y Bezos son viejos conocidos. El patriarca Don asesor¨® al joven magnate sobre c¨®mo promocionar los peri¨®dicos en la plataforma de Kindle, y ¨¦ste a su vez es un inversor en el negocio de Internet de su yerno. Este ha sido un glorioso verano para Bezos que ha ganado el pleito contra Apple y los grupos editoriales y ha visto caer al presidente de la hist¨®rica librer¨ªa Barnes & Noble. La guinda parece ser The Washington Post. Tras cerrar la venta, el veterano Graham declar¨® que ya le hab¨ªa alertado de que el peri¨®dico cubrir¨ªa sus asuntos y a menudo de una forma, que no le pondr¨ªa contento. El mi¨¦rcoles el diario arrancaba con un art¨ªculo sobre las tendencias pol¨ªticas de su nuevo due?o. Destacaba su hist¨®rica donaci¨®n de dos millones y medio de d¨®lares para la campa?a a favor del matrimonio homosexual en el Estado de Washington, y su feroz batalla para evitar pagar impuestos por ventas online a nivel estatal. Encaja en la descripci¨®n de libertario (conservador en fianzas, liberal en asuntos sociales). Como tambi¨¦n le ha reflejado David Remnick en The New Yorker. El misterio en torno a Bezos no ha hecho m¨¢s que empezar.
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