El pasado manda en la Iglesia del futuro
El papa Francisco nombra nuevo secretario de Estado del Vaticano a Pietro Parolin para arreglar a su imagen y semejanza su frente interno: la curia romana
A los cinco meses del inicio de su pontificado, Francisco ha destituido al todopoderoso Tarcisio Bertone, de 78 a?os, salpicado por el esc¨¢ndalo de las filtraciones de los documentos vaticanos (el llamado Vatileaks), y ha nombrado nuevo secretario de Estado al nuncio apost¨®lico en Caracas, el arzobispo Pietro Parolin. Con este gesto, el Papa argentino vuelve a la vieja escuela diplom¨¢tica del Vaticano para arreglar a su imagen y semejanza el frente interno: la curia romana.
El nuevo secretario de Estado, un aut¨¦ntico vicepapa (le sustituye si est¨¢ enfermo, por ejemplo), tendr¨¢ control sobre la diplomacia y las finanzas del Vaticano. En declaraciones a Radio Vaticano, Parolin dijo que su nombramiento era ¡°una sorpresa de Dios¡± y expres¨® su ¡°renovada voluntad y total disponibilidad¡± a colaborar con el Papa por el bien de la Iglesia y el ¡°progreso y la paz de la humanidad¡±. Para asuntos clave como la corrupci¨®n y la pederastia contar¨¢ con el nuevo c¨®digo aprobado recientemente.
El nuevo n¨²mero dos de la Iglesia naci¨® en el norte de Italia, cerca de Venecia, el 17 de enero de 1955. Ordenado sacerdote en 1980, seis a?os m¨¢s tarde entr¨® en el servicio diplom¨¢tico vaticano. En noviembre de 2002 fue nombrado vicesecretario del departamento de Exteriores de la Secretar¨ªa de Estado, a las ¨®rdenes de Angelo Sodano. Su ¡°l¨ªnea de real politik, concreta y siempre dispuesta a mediar, abierta al di¨¢logo¡± ¡ªseg¨²n la descripci¨®n realizada por Lucio Brunelli, veterano vaticanista de la RAI 2¡ª, contribuy¨® a gestionar las delicadas relaciones con China y Vietnam.
El n¨²mero dos de Francisco? tendr¨¢ control sobre las finanzas
Hace cuatro a?os fue enviado a Caracas. ¡°Era una persona de mucho aprecio entre los embajadores en la Santa Sede¡±, afirma el analista del semanal Panorama Ignazio Ingrao. ¡°Recuerdo muy bien su disgusto cuando supieron que deb¨ªa dejar Roma¡±.
Antes de abandonar el T¨ªber, Ratzinger le ascendi¨® a arzobispo. Pero muchos leyeron aquella promoci¨®n como un alejamiento. Fue Bertone quien insisti¨® en destituir a Parolin. Quer¨ªa ¡ªy lo logr¨®¡ª sustituirle por Ettore Balestero, quien poco antes del c¨®nclave fue enviado por Benedicto XVI como nuncio a Bogot¨¢.
Las luchas entre bandos de inter¨¦s contrapuestos eran muy agudas en aquellos momentos, tanto que justo en la misa en la cual nombr¨® obispo a Parolin el Papa dijo: ¡°El sacerdocio no es un dominio, sino un servicio¡±. Es el mismo concepto que Francisco repite a menudo.
¡°Sin embargo¡±, subraya Rachel Donadio, corresponsal en el Vaticano de The New York Times, ¡°Ratzinger era un sutil te¨®logo, concentrado en detallar las cuestiones doctrinales m¨¢s que en regir con fuerza las riendas del Gobierno interno¡±. Los tiempos han cambiado. Y Parolin vuelve a los sagrados palacios como vicejefe de todo aquello. Termina la era de Bertone, que los documentos de Vatileaks pintan como el protagonista de un lobby de poder.
Estrena un c¨®digo que castiga m¨¢s la corrupci¨®n y la pederastia
El nuevo primer ministro entrar¨¢ en su despacho el 15 de octubre. Le queda tiempo a Parolin para cerrar los asuntos pendientes en Caracas y organizar su mudanza a Roma. Le queda tiempo a Bertone para llevar a cabo su ¨²ltimo encargo: presidir el peregrinaje internacional a F¨¢tima, en Portugal, del 12 y 13 de octubre.
Pero, sobre todo, este margen de 45 d¨ªas permite al Papa comentar en persona su decisi¨®n al Consejo de la Corona, los sabios nombrados para reformar la curia. Los ocho cardenales se espera que hagan su entrada simb¨®lica en la Santa Sede a principios del mes que viene. Son los d¨ªas marcados en rojo en el calendario vaticano. Los d¨ªas en los que arrancar¨¢ la revoluci¨®n de Francisco.
¡°Desde las primeras semanas tras el c¨®nclave¡±, escribe Paolo Rodari, vaticanista de La Repubblica, ¡°se sab¨ªa que Francisco iba a sustituir a Bertone por un diplom¨¢tico. El nombre m¨¢s sonado era el de Giuseppe Bertello, jefe de la Gobernaci¨®n del Estado de la Ciudad del Vaticano. Sobre Parolin, tambi¨¦n probable en las quinielas, pesaba la edad: con 58 a?os ser¨ªa el m¨¢s joven reclutado para este puesto desde la ¨¦poca de Eugenio Pacelli¡±.
Bertello ten¨ªa a su favor que es una figura de mediaci¨®n con el partido romano que prosper¨® en los ¨²ltimos a?os de Juan Pablo II y bajo el mandato de Ratzinger. Es considerado cercano a Bertone pero, a la vez, goza de mucha autonom¨ªa. ¡°Francisco ha querido dar un paso de discontinuidad m¨¢s radical¡±, sella Rodari.
¡°La ruptura es evidente¡±, comenta Donadio. ¡°Aquella ¨¦poca, en la que solo se miraba hacia dentro de los confines nacionales, ha terminado¡±. La nueva estrategia responde a lo que pidi¨® la mayor¨ªa de los cardenales en las congregaciones previas al c¨®nclave de marzo, preocupados por los esc¨¢ndalos y la lentitud de una curia superpoblada, dominada por un secretario de Estado que actuaba como un primer ministro. Fue este partido el que gan¨® en las elecciones secretas de la Capilla Sixtina y consigui¨® poner en el solio de Pedro al hombre ¡°que llega casi desde el final del mundo¡±. Un embajador en el centro del catolicismo es garant¨ªa de apertura.
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