Manuel Mart¨ªn Ferrand, un periodista de los de antes
Era algo m¨¢s que un experto en radio, era, sobre todo, un representante egregio de una especie en extinci¨®n, la de los profesionales a la antigua
La misma ma?ana en que Manuel Mart¨ªn Ferrand (La Coru?a, 1940) dio la noticia de su propia muerte, Bieto Rubido, el director de Abc, el peri¨®dico en el que ¨¦l escrib¨ªa una vibrante columna diaria, elogi¨® como maestro de la radio al columnista que se acaba de ir. Mientras en la tertulia de la COPE sonaba de fondo una canci¨®n pegadiza de Alejandro Sanz, Rubido cont¨® que Mart¨ªn Ferrand le hab¨ªa ense?ado que, ante el riesgo de decir una estupidez, era preferible poner un disco. Era una de las variadas lecciones que Mart¨ªn Ferrand iba impartiendo, con humor, a lo largo de una larga carrera, cuajada de ¨¦xitos, en todos los terrenos en los que ejerci¨® su oficio.
Porque Manuel Martin Ferrand era algo m¨¢s que un experto en radio, asignatura que ense?¨® en los tiempos inaugurales del Instituto de Periodismo de Navarra, creado por Antonio Font¨¢n como alternativa privada a la Escuela Oficial de Periodismo, en la que el coru?¨¦s se hab¨ªa graduado en 1963 con el n¨²mero 1 de su promoci¨®n, la misma de la de su compa?era entonces y su mujer hasta el final, Rosal¨ªa. Mart¨ªn Ferrand ha sido, sobre todo, un representante egregio de una especie en extinci¨®n, la de los profesionales a la antigua, que sirven lo mismo para un roto que para un descosido. Un periodista de los que no van quedando, culto, excelente escritor, conversador incansable, aficionado al teatro, desde?oso con lo que merec¨ªa desd¨¦n, distante de los pol¨ªticos, gastr¨®nomo y mel¨®mano ad libitum. Era un ¨¢rbol que destacaba en mitad del bosque, porque adem¨¢s hab¨ªa emprendido innovadoras aventuras empresariales y no pod¨ªa definirse, como Neruda, como ¡°horrendo administrador¡±, sino m¨¢s bien lo contrario. En una profesi¨®n que a veces se arroga un papel desmedido, y en la que la gloria es tan ef¨ªmera como las propias noticias, Manuel Mart¨ªn Ferrand era un abanderado del periodismo que se limita a contar lo que pasa y, si a uno le dejan, a opinar sobre lo que pasa. Lo explica con sencillez en El americano impasible Graham Greene un periodista que luego, como novelista, pas¨® a mayores: ¡°Yo era s¨®lo reportero, y no pod¨ªa opinar de nada; pero me hicieron editorialista, y ya pude opinar de todo¡±.
Antes de opinar todo, sagaz, ir¨®nica y documentadamente, y de ganar los premios de rigor, Manuel Mart¨ªn Ferrand pas¨® por todos los escalones del oficio: meritorio en Diario de C¨¢diz, articulista en Pueblo, innovador en la TV y en la radio (¨¦l invent¨® Hora 25, en la SER, un memorable programa informativo cuando a la radio privada no la dejaban informar), director de peri¨®dicos (uno de los cuales, Nivel, conquist¨® el record, frente a misma censura tardofranquista que cerr¨® el diario Madrid, de salir un solo d¨ªa a la calle) y fundador de Antena 3 Radio y Antena 3 TV. O sea, que en esta hora de despedidas (y las recibidas por Manolo han sido muchas y generosas, lo que prueba la multitud de afectos que conquist¨® desde su independencia), lo que uno se pregunta es en d¨®nde no estuvo Mart¨ªn Ferrand. Un periodista de los antes, que tanto ha representado en ese periodismo que llena la Transici¨®n y que va del teletipo a Internet. Un periodista que no aspiraba m¨¢s que a comportarse como cordial redactor-jefe y a hacer sonar con alegr¨ªa una campana cuando hubiese cosas que contar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.