Vicent Caselles, matem¨¢tico

Es muy f¨¢cil hacer un r¨¢pido resumen de los logros cient¨ªficos de Vicent Caselles, fallecido el pasado 14 de agosto a los 53 a?os: es el matem¨¢tico espa?ol m¨¢s citado internacionalmente. Algunos de sus art¨ªculos han sido hasta la fecha referenciados 4.189, 2.035 y 1.534 veces y varios de ellos poseen cientos de citas. Para poner estas cifras en su contexto, el n¨²mero de citas de toda la obra completa de un profesional reconocido en esta ¨¢rea puede oscilar entre 500 y 1.000. Es, por el momento, el ¨²nico espa?ol que ha sido conferenciante plenario en ICIAM, uno de los dos congresos internacionales m¨¢s importantes que se celebran cada 4 a?os en nuestra ciencia. Era editor de numerosas revistas de gran prestigio y referencia internacional. Su producci¨®n cient¨ªfica se completa con tres libros, m¨¢s de doscientos trabajos de investigaci¨®n, dos patentes y la direcci¨®n de quince tesis doctorales, siendo un referente internacional indiscutible en su campo. Todas estas cifras, m¨¢s all¨¢ de su literalidad, desvelan el valor y la originalidad que la comunidad cient¨ªfica le otorgaba.

Natural de Gata de Gorgos (Alicante), Vicent Caselles se licenci¨® en 1982 y se doctor¨® en 1985 por la Universidad de Valencia. Su relaci¨®n posdoctoral con el Profesor Philippe Benilan en la Universidad de Franche-Comt¨¦ (Francia) y sus estancias en la Universidad de Paris-Dauphine le ayudaron a encontrar nuevos horizontes en sus l¨ªneas de investigaci¨®n. Mantuvo una fruct¨ªfera relaci¨®n con centros internacionales de investigaci¨®n: la Escuela Normal de Pisa, la Universidad de T¨¹bingen, la Universidad de Valencia o el programa de doctorado FisyMat de la Universidad de Granada, entre otros. Fue profesor en la Universidad de las Islas Baleares, y desde 1999 ocupaba una c¨¢tedra en la Universitat Pompeu Fabra, donde desarrollaba su fecunda y discreta carrera acad¨¦mica, con un destacado compromiso social y humano con su entorno y colaboradores.

He conocido pocas personas con la finezza y capacidad de abstracci¨®n matem¨¢tica de Vicent y a la vez con una orientaci¨®n tan clara hacia las aplicaciones. En este sentido, entre sus ¨²ltimos proyectos se puede mencionar el an¨¢lisis y reconstrucci¨®n de la imagen m¨¦dica; el de reconstruir en tiempo real una secuencia visual desde cualquier ¨¢ngulo a partir de la informaci¨®n aportada por un n¨²mero optimizado de secuencias desde otros ¨¢ngulos, o el de la modelizaci¨®n de la comunicaci¨®n celular relacionada con la proliferaci¨®n de tumores, en el que trabaj¨¢bamos conjuntamente. Su filosof¨ªa de la ciencia fue estudiar problemas reales y, partiendo de ellos, construir y desarrollar las herramientas matem¨¢ticas necesarias para resolverlos; un acercamiento cl¨¢sico a la ciencia, pero, indiscutiblemente, muy moderno y actual y no tan frecuente en nuestro ¨¢mbito. Su enorme capacidad de estudio y estos principios le permitieron desarrollar una cultura global, realmente profunda en muchos campos, lo que acrecentaba su car¨¢cter singular.

Pertenecemos a una colectivo que ha contribuido de forma significativa al reconocimiento internacional de la actividad matem¨¢tica de este pa¨ªs: la generaci¨®n de los sesenta, que, al menos en nuestra ¨¢rea de investigaci¨®n, vinculada a la modelizaci¨®n y las ecuaciones en derivadas parciales, ha producido matem¨¢ticos de enorme val¨ªa. Apenas quince d¨ªas antes de su muerte jug¨¢bamos con una idea que, a pesar de involucrar un cierto concepto de homenaje, le motivaba y que me ha decidido, finalmente, a escribir estas l¨ªneas: la puesta en valor de los logros de este grupo, desde el reconocimiento a los pioneros que hicieron posible el despegue de nuestra ciencia a finales de los setenta. Esta generaci¨®n, dispar donde las haya, ha perdido con Vicent a uno de sus antil¨ªderes m¨¢s destacados; la ciencia espa?ola, con su prematura ausencia, a uno de sus baluartes m¨¢s s¨®lidos e insustituibles; yo, a un amigo. Sirvan estas l¨ªneas a modo de reconocimiento de esta generaci¨®n hacia Vicent.

Durante los ¨²ltimos 25 a?os tuve la suerte de contar con su amistad y de compartir largas conversaciones, algunos sue?os y varios proyectos de investigaci¨®n. Con su barba, su abrigo, su bufanda y su gorra luc¨ªa habitualmente un porte decimon¨®nico que le otorgaba un aire sabio, de buena gente, una impronta entra?able y afable, reflejo de su calidad humana.

Juan Soler es catedr¨¢tico de Matem¨¢tica Aplicada en la Universidad de Granada.