Condenados a morir en la horca cuatro de los autores de la violaci¨®n de Amanat
La joven estudiante de medicina falleci¨® dos semanas despu¨¦s en un hospital de Singapur La agresi¨®n levant¨® una ola de indignaci¨®n que llev¨® a modificaciones legislativas El cabecilla del grupo fue hallado muerto en prisi¨®n en marzo pasado El sexto violador es un menor de edad condenado a tres a?os de reformatorio
Cuatro de los acusados de violar a una estudiante en Nueva Delhi en diciembre pasado morir¨¢n en la horca. Esa fue la sentencia que dict¨® un tribunal que est¨¢ justo en frente del centro comercial donde la v¨ªctima, a la que la prensa llam¨® Amanat para identificarla, sali¨® con un amigo despu¨¦s de ver una pel¨ªcula. Seis hombres los atacaron en un autob¨²s en movimiento. A ¨¦l lo golpearon. A ella, estudiante de medicina, la violaron y con una barra de acero le provocaron heridas internas que le causaron la muerte dos semanas despu¨¦s en un hospital de Singapur. Antes de desaparecer, los agresores dejaron a la pareja semidesnuda en la calle. La violaci¨®n desat¨® una ola de protestas en India y un debate sobre la situaci¨®n de las mujeres en el pa¨ªs asi¨¢tico que entre otras cosas ha llevado a penas m¨¢s duras para los cr¨ªmenes contra las mujeres.
De los seis acusados el supuesto cabecilla, Ram Singh, fue encontrado muerto en su celda en marzo pasado. Los oficiales de la prisi¨®n aseguran que se suicid¨®. Su familia, que fue asesinado. A otro de los acusados le faltaban seis meses para cumplir 18 a?os y hace dos semanas fue condenado a cumplir tres a?os en un reformatorio, la pena m¨¢xima para menores de edad.
Esta tarde en Nueva Delhi se ley¨® la sentencia a los otros cuatro inculpados, un fallo muy esperado en India y fuera de sus fronteras. ¡°Muerte para todos¡±, dijo el juez Yogesh Khanna. Asegur¨® que los acusados actuaron inhumanamente y que la brutalidad de la violaci¨®n, que sacudi¨® la conciencia colectiva de India, no debe ser tolerada. El crimen fue de gravedad excepcional, como es necesario para que se aplique la pena m¨¢xima, sentenci¨® el juez. Adem¨¢s de muerte, fueron encontrados culpables de violaci¨®n en grupo, destrucci¨®n de la evidencia y secuestro, entre otros.
Tras escuchar al juez, uno de los condenados rompi¨® a llorar. Mientras, la familia de la v¨ªctima se mostr¨® satisfecha: ¡°Ahora estamos tranquilos. Agradecemos a toda la gente y a los medios¡±, dijo la madre. Tambi¨¦n pidi¨® que las v¨ªctimas denuncien a los violadores. El ministro de Interior, Sushilkumar Shinde dio la bienvenida a esta sentencia que ¡°ser¨¢ un ejemplo para los culpables: si cometen un crimen tan atroz, recibir¨¢n un castigo severo¡±.
Los manifestantes que estaban fuera del tribunal rompieron en aplausos y gritos al conocer la sentencia. Poco antes gritaban ¡°queremos justicia, cu¨¦lguenlos¡±. Cuando sali¨® el abogado de la familia de la v¨ªctima lo cargaron a hombros. ¡°Esta fue una victoria. Aunque apelaremos a la sentencia del menor, que tambi¨¦n debe ser colgado¡±, asegur¨® con una amplia sonrisa a EL PA?S. Seg¨²n dijo, la pena podr¨ªa ser ejecutada en tres o cuatro meses.
Los abogados de los sentenciados, que se declararon inocentes, han dicho que apelar¨¢n la sentencia. ¡°Es un castigo desproporcionado. Y est¨¢ hecho solo en base a la presi¨®n de los medios y la gente. El Gobierno se apresur¨® a dar un castigo ejemplar¡±, esboz¨® fuera del tribunal Sadashiv Gupta, abogado defensor de Pawan Gupta. Tambi¨¦n manifest¨® que su cliente hab¨ªa bebido mucho alcohol y no recuerda que pas¨® en esas horas.
Las evidencias en contra de los enjuiciados eran bastante s¨®lidas. La v¨ªctima dio su testimonio antes de morir en un hospital de Singapur. Tambi¨¦n el amigo con el que viajaba en el autob¨²s identific¨® a los hombres. Se encontr¨® sangre de Amanat en la ropa de los acusados y marcas de sus dientes en sus cuerpos.
¡°Esta es una ciudad muy insegura para las mujeres. Esperemos que con este fallo haya menos violaciones¡±, dice Sadaf Mirza, una estudiante de 19 a?os que esper¨® durante horas la sentencia.
Sin embargo, seg¨²n alegan los detractores de las ejecuciones, "no hay evidencia de que la pena de muerte disuada de cometer este tipo de cr¨ªmenes". Suhas Chakma, director del Centro Asi¨¢tico para los Derechos Humanos, pone de ejemplo el caso de Dhananjoy Chatterjee, un guardia de seguridad que abus¨® y mat¨® a una menor de 14 a?os que viv¨ªa en el edificio que ¨¦l cuidaba. Fue ejecutado en 2004 en Bengala Occidental. ¡°Y esto no ha evitado que en este Estado sea donde m¨¢s cr¨ªmenes contra la mujer se denuncian¡±, asegura. Seg¨²n estudios de su organizaci¨®n, que lucha por la abolici¨®n de la pena de muerte, el mayor n¨²mero de condenados son gente pobre, que no pudieron pagar una mejor defensa.
La ejecuci¨®n de los cuatro violadores servir¨¢ solo como distracci¨®n de otros asuntos m¨¢s importantes, asegura el abogado Yug Mohit Chaudhry, uno de los activistas m¨¢s reconocidos contra la pena de muerte. ¡°Eso no lograr¨¢ una mejor situaci¨®n para las mujeres¡±, dice.
En India de 2001 a 2011 fueron sentenciadas a muerte 5.776 personas, la mayor¨ªa por terrorismo o asesinato, seg¨²n los datos de la Agencia Nacional de Registro de Cr¨ªmenes. De ellos 1.455 casos fueron confirmados y al resto les fue conmutada la pena capital por cadena perpetua. Sin embargo, adem¨¢s del violador de la menor en 2004, solo se han llevado a cabo dos ejecuciones m¨¢s por terrorismo en los ¨²ltimos a?os. En febrero de 2013 se colg¨® a Afzal Guru por el ataque al Parlamento de India en 2001 y en noviembre de 2012 a Ajmal Kasab, el ¨²nico terrorista superviviente a los atentados en Bombay en 2008.
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