Un salvamento hist¨®rico
Italia inicia hoy el mayor reflote de un barco jam¨¢s realizado, el del ¡®Costa Concordia¡¯ Los t¨¦cnicos enderezar¨¢n y remolcar¨¢n una mole de 300 metros y 114.000 toneladas
La noche del 13 de enero de 2012, un capit¨¢n llamado Francesco Schettino, al mando de una mole de 17 pisos y 114.500 toneladas, con 4.200 pasajeros a bordo ¡ªentre ellos 3.216 turistas de 60 nacionalidades¡ª, tuvo la ocurrencia de acercarse a la isla toscana del Giglio para que los paisanos de su jefe de comedor disfrutaran de un espect¨¢culo ¨²nico, pero calcul¨® mal y la nave Costa Concordia encall¨®, 32 personas murieron y dos contin¨²an desaparecidas. Despu¨¦s de 21 meses de trabajo y de 600 millones de euros gastados, a las seis de la ma?ana del lunes comenzar¨¢n las labores para reflotar el buque.
La isla ser¨¢ cerrada y hasta los vecinos necesitar¨¢n una acreditaci¨®n especial para acercarse al puerto. Despu¨¦s de que, a las seis en punto, el ¨²ltimo transbordador salga hacia Porto de Santo Stefano, la navegaci¨®n quedar¨¢ suspendida en la zona. Tambi¨¦n se cerrar¨¢ el espacio a¨¦reo. Unas 500 personas de 26 nacionalidades ¡ªlas mismas que han trabajado por turnos 24 horas al d¨ªa, incluidas fiestas y fines de semana¡ª estar¨¢n atentas a las ¨®rdenes que se ir¨¢n dando desde una de las 28 embarcaciones situadas a unos metros del Costa Concordia. La peque?a isla toscana ¡ªapenas un millar de habitantes que se multiplican por 20 durante las vacaciones¡ª contendr¨¢ la respiraci¨®n. El desaf¨ªo no es solo enderezar 65? la nave hasta que recupere su verticalidad, sino tambi¨¦n evitar que el combustible y las aguas negras que a¨²n puedan quedar en los tanques contaminen la costa. Se han colocado barreras absorbentes para frenar el posible vertido.
Schettino, el capit¨¢n hundido
El capit¨¢n napolitano Francesco Schettino, de 52 a?os, se enfrenta a una condena de 20 a?os por los delitos de naufragio por negligencia, homicidio involuntario, abandono del buque y da?os medioambientales. Es el ¨²nico que se sienta en el banquillo ¡ªel resto de los imputados pact¨® sus condenas con la fiscal¨ªa para evitar la c¨¢rcel¡ª y tiene a todos contra ¨¦l, empezando por la naviera Costa Cruceros, que el pasado mes de abril lleg¨® a un acuerdo con la fiscal¨ªa para pagar un mill¨®n de euros como sanci¨®n administrativa y ser¨¢ una de las 242 partes demandantes, entre las que se encuentra el Ayuntamiento de Giglio. En cualquier caso, sea cual sea finalmente la sentencia, Schettino ya soporta una dura condena, la de la verg¨¹enza p¨²blica. Su apellido ya estar¨¢ ligado a la chapuza, a la prepotencia, a la cobard¨ªa.
Tal vez su maniobra final, la de intentar acercar el barco a la costa despu¨¦s de la colisi¨®n, sirviera ¡ªcomo ¨¦l presume¡ª para salvar a buena parte del pasaje. Pero su decisi¨®n alocada de ponerse a salvo y, sobre todo, la conversaci¨®n con el capit¨¢n Gregorio de Falco, jefe de la capitan¨ªa de Livorno, que escuch¨® toda Italia pr¨¢cticamente en directo, hacen que su prestigio sea m¨¢s dif¨ªcil de reflotar que todas las toneladas de la nave que arruin¨®.
¡ª?Schettino, vuelva a bordo! ?Es una orden! Usted ha abandonado la nave y ahora estoy yo al mando. ?Vuelva a bordo! ?Est¨¢ claro? (¡). Ya hay cad¨¢veres, Schettino, ?vamos!
¡ª?Cu¨¢ntos cad¨¢veres hay?
¡ªNo lo s¨¦. Solo s¨¦ de uno. ?T¨² eres el que tendr¨ªas que estar dici¨¦ndome cu¨¢ntos, Cristo!
¡ª?Pero no se da cuenta de que aqu¨ª est¨¢ todo oscuro y no se ve nada?
¡ª?Es que quiere irse a casa, Schettino? ?Est¨¢ oscuro y te quieres ir a casa? Suba a la nave usando la escala y me dice qu¨¦ se puede hacer, cu¨¢ntas personas hay y qu¨¦ necesitan. ?Ahora!
¡ªYo quiero subir a bordo pero¡
¡ªHace una hora que me est¨¢ diciendo esto. ?Vaya a bordo y me llama desde all¨ª! ?R¨¢pido!
Nadie permanecer¨¢ a bordo de la nave accidentada durante la operaci¨®n. ¡°Por los datos que tenemos¡±, explica Franco Gabrielli, jefe de Protecci¨®n Civil y delegado del Gobierno para las operaciones de rescate, ¡°el riesgo de que se parta es casco es m¨ªnimo, pero es verdad que la principal interrogante es la capacidad de aguante de la estructura despu¨¦s de dos inviernos al vaiv¨¦n de las olas. Por eso no podemos esperar otro invierno¡±. Gabrielli explica con pasi¨®n el trabajo desarrollado hasta ahora. Solo un ¨¦xito rotundo ¡ªretransmitido en directo a todo el mundo por los m¨¢s de 300 periodistas acreditados¡ª podr¨ªa ayudar a borrar la nefasta imagen que Italia dio de s¨ª misma por culpa de la temeridad del capit¨¢n Schettino y, sobre todo, de su cobard¨ªa al abandonar la nave cuando todav¨ªa la tripulaci¨®n y los pasajeros luchaban por ponerse a salvo en medio de la noche.
La visi¨®n del Costa Concordia recostado sobre estribor, a escasos metros de la costa y del puerto de la isla del Giglio, siempre fue impresionante. Pero ahora lo es m¨¢s s¨ª cabe, porque por el lado de babor se han colocado unas gigantescas cajas de acero a modo de flotadores. Dos de ellas tienen la altura de un edificio de 11 plantas y pesan m¨¢s de 500 toneladas. Las siete restantes alcanzar¨ªan los nueve pisos. Junto al barco se pueden observar ahora seis plataformas desde las que se han ido organizando las distintas fases de la operaci¨®n. La primera, que termin¨® en noviembre de 2012, consisti¨® en estabilizar el barco para evitar que se desplazara hacia aguas m¨¢s profundas. A continuaci¨®n se construy¨® un fondo marino artificial, sobre el cual tendr¨¢ que reposar el Costa Concordia despu¨¦s de la maniobra de rotaci¨®n.
El fondo artificial est¨¢ compuesto por 1.180 sacos de cemento ¡ªalrededor de 12.000 metros c¨²bicos¡ª que han sido colocados por un equipo de 120 hombres rana. A partir de las seis de la ma?ana, una bater¨ªa de gatos hidr¨¢ulicos empujaran la parte sumergida del barco, mientras 56 cadenas ¡ªcada una de ellas de 26 toneladas¡ª jalar¨¢n del casco lentamente. La maniobra se llama parbuckling, un t¨¦rmino que procede del sistema que se utilizaba en el siglo XIX para hacer rodar los barriles con una doble cuerda y que luego ha sido incorporada al lenguaje de las operaciones de salvamento naval. Seg¨²n Franco Gabrielli, el jefe de Protecci¨®n Civil, ¡°jam¨¢s en la historia se ha llevado a cabo una operaci¨®n de reflote tan grande, no solo por las dimensiones de la nave ¡ª300 metros de larga y 114.000 toneladas¡ª sino tambi¨¦n por la situaci¨®n tan delicada en la que se encuentra; por su cercan¨ªa a la poblaci¨®n¡±.
Cuando la nave sea puesta en vertical y estabilizada sobre el fondo artificial ¡ªuna operaci¨®n que puede extenderse alrededor de 10 o 12 horas y a la que ayudaran los nueve gigantescos flotadores que se encuentran llenos de agua¡ª, el pr¨®ximo paso ser¨¢ colocarle otros flotadores sobre la parte de estribor que ahora se encuentra hundida. Tras ello se extraer¨¢ el agua de ambas filas de flotadores y el Costa Concordia, en teor¨ªa, volver¨¢ a flotar. El ¨²ltimo paso de la accidentada traves¨ªa no llegar¨¢, no obstante, hasta la primavera pr¨®xima. Ser¨¢ entonces, seg¨²n los c¨¢lculos de Protecci¨®n Civil, Costa Cruceros ¡ªel armador¡ª y la sociedad de salvamento Titan Micoperi, cuando la inmensa mole inv¨¢lida pueda estar lista para ser trasladada a otro puerto para su desguace. Aunque a¨²n no est¨¢ decidido, se valora la posibilidad de Piombino, por su cercan¨ªa.
La temeridad y, desde luego, la cobard¨ªa del capit¨¢n Schettino ¡ªa¨²n los jueces deber¨¢n determinar qu¨¦ adjetivo y qu¨¦ pena se ajustan m¨¢s a su comportamiento aquella noche¡ª habr¨¢n marcado para siempre la historia de la isla del Giglio. Su alcalde, Sergio Ortelli, se mostraba anoche optimista y confiado: ¡°Tengo la tranquila preocupaci¨®n que viene de una operaci¨®n nunca ejecutada antes, pero estoy convencido de que saldr¨¢ todo bien¡±. Los vecinos reconocen que el naufragio del Costa Concordia les ha reportado grandes ingresos en medio de la crisis. Pero tambi¨¦n sue?an con el d¨ªa en que el barco desaparezca por fin de sus ventanas.
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