Las infecciones por VIH han ca¨ªdo un 33% desde 2001

Entre 2001 y 2012 las transmisiones del VIH (el virus que, si no se trata, causa el sida) han descendido un 33% en el mundo, un porcentaje que sube al 52% cuando se refiere a ni?os. Estos son los datos que, con dos meses sobre la fecha habitual, la Agencia de la ONU para el Sida y el VIH (Onusida) ha adelantado sobre la situaci¨®n de la epidemia. Lo ha hecho con motivo de una pr¨®xima conferencia sobre Objetivos del Milenio que se va a celebrar. En concreto el que se refiere a la mejor¨ªa de la salud general, que en un subapartado especifica que hay que frenar la expansi¨®n del VIH/Sida.

Detr¨¢s de estos avances est¨¢ la extensi¨®n de los tratamientos. Ya 9,7 millones recibe la medicaci¨®n. Ello representar¨ªa un 61% de quienes la necesitan seg¨²n los par¨¢metros que la Organizaci¨®n Mundial de la Salud usaba hasta este a?o, en que los endureci¨®. Con los criterios nuevos, supone el 34%. Esa revisi¨®n dela OMS va en l¨ªnea con el creciente n¨²mero de trabajos que demuestran que la medicaci¨®n es el principal freno a la transmisi¨®n del virus: al reducirlo hasta niveles m¨ªnimos en la sangre (lo que en los an¨¢lisis se describe como indetectable), deja sin capacidad infectiva a las personas afectadas. Con ello no solo se impide que el virus deteriore su propio sistema inmunitario, lo que llevar¨ªa a la aparici¨®n del sida, sino tambi¨¦n que infecten a otras personas si mantienen relaciones sin protecci¨®n (o durante el embarazo y el parto, en el caso de mujeres gestantes). De hecho, estas ¨²ltimas son el primer objetivo en la mayor¨ªa de los programas de prevenci¨®n de los pa¨ªses m¨¢s pobres (y evitar la transmisi¨®n es m¨¢s f¨¢cil porque implica medicar durante un corto periodo de tiempo y con solo un f¨¢rmaco, en vez de las combinaciones que se usan en adultos), entre otras cosas porque antes o despu¨¦s suelen acudir al sistema sanitario, lo que explica la mayor reducci¨®n en los ni?os que en los adultos.

La mejor¨ªa relativa no oculta una situaci¨®n que a¨²n es preocupante. Ese descenso del 33% quiere decir que a¨²n hay 2,3 millones de nuevas infecciones de VIH al a?o, de las que 260.000 es en ni?os (la inmensa mayor¨ªa, al nacer).

La extensi¨®n de la medicaci¨®n ha hecho que, desde 2005, a?o en que alcanzaron su m¨¢ximo, las muertes por sida (una manera gen¨¦rica de describir los fallecimientos por infecciones que se ceban en las personas con sistema inmunitario debilitado por el virus) fueron al a?o pasado 1,6 millones, un 30% menos que siete a?os antes.

La pandemia, aunque en retroceso, sigue teniendo su principal ¨¢rea de actuaci¨®n en el ?frica subsahariana, donde se produjeron el 70% de las nuevas infecciones por VIH. Pero las pol¨ªticas en Asia (sobre todo el sureste) parecen estar dando sus frutos, y no hay una explosi¨®n generalizada como se tem¨ªa hace 10 a?os.

Todo este trabajo no se ha hecho sin un importante coste. Onusida calcula que entre 2002 y 2012 se han dedicado 122.500 millones de d¨®lares (90.500 millones de euros al cambio actual) a la lucha contra la enfermedad. Pese a planteamientos como el de Espa?a, que dej¨® de aportar los fondos ofrecidos al Fondo Mundial contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria en 2011, el total ha crecido desde los 3.800 millones de d¨®lares (2.800 millones de euros) de 2002 hasta los 18.900 millones de d¨®lares (14.000 millones de euros) del a?o pasado. Solo entre 2009 y 2010 hubo una casi congelaci¨®n de las aportaciones, en parte por la crisis de credibilidad que pas¨® el Fondo por unos casos de malversaci¨®n en pa¨ªses donantes. Aquella crisis se solvent¨® con un cambio en la organizaci¨®n y ahora los compromisos de pago est¨¢n en sus m¨¢ximos (casi 4.000 millones de d¨®lares en 2013, algo menos de 3.000 millones de euros). Lo que sucede con el fondo es muy importante, porque representa alrededor del 20% del dinero dedicado a la lucha contra el sida en el mundo y es, junto al programa especial del presidente de EE UU, Pepfar, (6.400 millones de d¨®lares, 4.700 millones de euros, incluidos 1.600 para el fondo de la ONU en 2013), m¨¢s contestado porque se basa en acuerdos bilaterales abiertos a que se impongan condiciones como no financiar abortos o dedicar un porcentaje a promover la castidad, aparte de posibles presiones econ¨®micas, el principal contribuyente mundial en esta tarea.