Detectives bajo la lupa
La nueva ley de Seguridad Privada obliga a comunicar las pesquisas a Interior El sector acusa al Gobierno de exceso de regulaci¨®n Los investigadores temen que ahuyente a los clientes
La polic¨ªa y la fiscal¨ªa irrumpieron en la antigua sede de M¨¦todo 3 en Barcelona, el pasado mes de febrero, en busca de los archivos de la agencia. Pero no les interesaban todos. Ellos quer¨ªan encontrar una carpeta concreta que les resolviese el sudoku: qui¨¦n encarg¨® la grabaci¨®n de la comida en el restaurante La Camarga entre la presidenta del Partido Popular, Alicia S¨¢nchez-Camacho, y Victoria ?lvarez, la exnovia de Jordi Pujol Ferrusola, primog¨¦nito del expresidente de la Generalitat.
Pero no result¨® tan sencillo como esperaban. No hab¨ªa ning¨²n documento donde constase directamente qui¨¦n encarg¨® grabar esa conversaci¨®n, ni ning¨²n otro detalle del trabajo. Solo una hoja, inserta en otra carpeta, con la matr¨ªcula de la moto de ?lvarez, que permiti¨® a los polic¨ªas tirar de un hilo que les llev¨® hasta el PSC. Pero la investigaci¨®n dur¨® meses, y requiri¨® que se interviniesen los ordenadores de diversos implicados, de M¨¦todo 3 y del PSC.
Esto no hubiese ocurrido con la nueva norma que ultima el Gobierno. En junio se aprob¨® el proyecto de Ley de Seguridad Privada, que ahora deber¨¢ ratificar el Congreso, que define el campo de juego de los detectives privados y de las empresas de seguridad, y que les obliga a dar cuenta de sus investigaciones en diversos informes, bajo pena de severas sanciones. El texto ha sido recibido con enorme recelo por las agencias, que creen que dificultar¨¢ sensiblemente su labor.
¡°Quien quiera cometer una ilegalidad seguir¨¢ haci¨¦ndolo¡±, asegura un fiscal, que conoce de primera mano el trabajo de algunos detectives. Sin embargo considera que la nueva ley clarifica y acota las obligaciones de los investigadores privados. ¡°Tiene que haber un control de los informes que se est¨¢n realizando, eso es algo que no puede ser arbitrario, en manos ¨²nicamente del cliente y de la agencia¡±, a?ade, y pide que se establezca un ¡°protocolo de actuaci¨®n¡± con el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa para prevenir casos como el de M¨¦todo 3.
¡°No se establecer¨¢ un control leonino¡±, dice el secretario de Estado
La nueva ley precisamente ahonda en el control y en los informes que deben elaborar los detectives para rendir cuentas. Cada vez que reciban un nuevo encargo de un cliente, las agencias tendr¨¢n que ¡°formalizar por escrito un contrato¡± y deber¨¢n comunic¨¢rselo al Ministerio del Interior. El art¨ªculo est¨¢ redactado de forma gen¨¦rica, sin detallar el contenido del contrato, que deber¨¢ definir el futuro reglamento que desarrolle la ley, pero se trata de una de las cuestiones que m¨¢s suspicacias despierta en el sector.
¡°Si viene un cliente a tu despacho es confidencial, como la consulta de un m¨¦dico o de un abogado. Si tenemos que estar comunicando cada vez qui¨¦n nos contrata y cu¨¢l es el objeto del contrato, tal y como est¨¢ la ley, habr¨¢ gente que no quiera acudir a nosotros¡±, augura la abogada y detective Maria ?ngeles Valls, responsable del Grupo Valen Detectives. ¡°Esperemos que no supongan una quiebra del principio de confidencialidad. Quedar¨¢ al albur del reglamento¡±, afirma David Sanmartin, detective del Grupo HAS. Pero Enrique Arranz, el presidente del Colegio Oficial de Detectives Privados de Catalunya, habla directamente de ¡°sobrerregulaci¨®n¡±.
¡°Es la t¨ªpica ley t¨¦cnica, que se ha elaborado con polic¨ªas de la unidad de Seguridad Privada, y guardias civiles del Servicio de Protecci¨®n y Seguridad. Han detectado un problema de regulaci¨®n, y la ley le da respuesta¡±, alega el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Mart¨ªnez. Niega que con la norma se regule m¨¢s a los detectives. ¡°La remisi¨®n al reglamento no tiene por qu¨¦ suponer que se vaya a establecer un control leonino. No se dice que se tenga que dar todo el detalle del contrato. Adem¨¢s, si el reglamento fuese mucho m¨¢s all¨¢ de lo que establece la ley, ser¨ªa ilegal¡±.
Entre las nuevas obligaciones, la ley establece que los detectives deber¨¢n elaborar un exhaustivo informe de investigaci¨®n. Cada caso en el que trabajen deber¨¢ llevar aparejado un documento con ¡°el n¨²mero de registro asignado al servicio, los datos de la persona que encarga y contrata el servicio, el objeto de la contrataci¨®n, los medios, los resultados, los detectives intervinientes y las actuaciones realizadas, en las condiciones y plazos que reglamentariamente se establezcan¡±.
¡°Con la norma en vigor nos apa?amos bien¡±, afirma una profesional
Tanto la polic¨ªa como los jueces podr¨¢n adem¨¢s acceder a esos informes de investigaci¨®n, que, en la pr¨¢ctica, recoger¨¢n todos los pormenores de los trabajos de los detectives. Aunque el mismo proyecto especifica que solo podr¨¢n exigir esa informaci¨®n en el contexto de una investigaci¨®n criminal, o cuando se haya abierto un procedimiento sancionador a una agencia. En el primer borrador, la norma establec¨ªa que los agentes, en las tareas de inspecci¨®n, pod¨ªan pedir los informes de investigaci¨®n.
¡°El primer anteproyecto era una aberraci¨®n y conseguimos que se mejorase... Aunque el actual sigue si¨¦ndolo¡±, lamenta el presidente del Colegio Oficial de Detectives Privados de Valencia, Eloy de Paco. Considera que el Gobierno no trata a los detectives como lo que son: universitarios, formados y preparados para investigar asuntos privados. ¡°Somos chivos expiatorios¡±, sostiene De Paco. ¡°En el ministerio llev¨¢bamos trabajando en el proyecto de seguridad privada desde el inicio de la legislatura¡±, alega el secretario de Estado, que destaca que solo se pedir¨¢n los informes de investigaci¨®n en casos ¡°excepcional¨ªsimos¡±.
La ley, asegura, naci¨® por ¡°las insuficiencias y las lagunas¡± de la norma anterior. Los detectives se reg¨ªan por un texto del a?o 1992, que en la pr¨¢ctica solo les impone la obligaci¨®n de presentar anualmente a Interior un informe sobre los ¡°contratos de prestaci¨®n de los servicios¡± realizados con terceros, y un libro de registro. La de los detectives ¡°es una actividad fuertemente intervenida. Lo era, lo es y lo va seguir siendo¡±, admite Mart¨ªnez. Pero defiende que esa es la ¨²nica forma para garantizar que ¡°efectivamente la seguridad privada es complementaria a la p¨²blica¡±. ¡°Con la ley que est¨¢ en vigor nos apa?amos bastante bien, es mejor que la que hay en el proyecto¡±, rebate Valls.
Pero desde el ministerio insisten en que todos los informes, tanto el de investigaci¨®n como el de comunicaci¨®n de nuevos contratos, van a garantizar el principio de confidencialidad de su profesi¨®n. ¡°Todas las garant¨ªas o las cautelas preservan los datos relativos a la intimidad y la l¨®gica de la investigaci¨®n privada, para que no se altere la investigaci¨®n. Nunca se va a perjudicar su actividad¡±, insiste Mart¨ªnez.
Habr¨¢ obligaci¨®n de acreditar que el encargo aceptado
Otras fuentes aseguran que el problema de los detectives no es la regulaci¨®n. ¡°Lo de M¨¦todo 3 es algo excepcional, no se puede generalizar al mundo de la investigaci¨®n privada. La mayor¨ªa de los detectives saben qu¨¦ pueden y qu¨¦ no pueden hacer¡±, asegura un cargo de la Unidad de Seguridad Privada, del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa, que particip¨® en la investigaci¨®n denominada Pitiusa, que destap¨® una presunta red de compra y venta de datos privados entre funcionarios, trabajadores de entidades financieras, bancos y detectives privados. A su entender, el problema real es el acceso a la informaci¨®n. ¡°No tienen herramientas legales para hacer su trabajo. Han tenido que recurrir a empleados de banco, de telefon¨ªa m¨®vil, a funcionarios que han accedido a dar datos, que son completamente ilegales y penados por la ley¡±, sostiene este agente. Algo en lo que coincide De Paco: ¡°Que ni siquiera podamos acceder a los datos de la seguridad social es absurdo¡±.
¡°Si no se regula su acceso a determinadas bases de datos, con determinados requisitos, dif¨ªcilmente podr¨¢n llegar a ning¨²n sitio. En los a?os cincuenta y sesenta, los detectives se basaban en investigaciones familiares, de matrimonios, en las que un seguimiento simple y unas fotograf¨ªas val¨ªan para conseguir unas conclusiones. Con el avance de los a?os, aquello no interesa a casi nadie, y no da dinero. Interesan las empresas, los antecedentes de los empleados, las historias laborales¡±, coincide ese mismo polic¨ªa. Pero desde Interior alegan que el acceso a ese tipo de informaci¨®n topa con la normativa de protecci¨®n de datos, ¡°que es muy estricta y garantista¡±, sostiene Mart¨ªnez. En su opini¨®n, esta protecci¨®n es adecuada porque ¡°detr¨¢s de eso hay derechos fundamentales que se deben proteger¡±.
Algunos detectives reclaman adem¨¢s cambios en el terreno de las materias que pueden o no investigar. En estos momentos no pueden indagar en ning¨²n delito que se pueda investigar de oficio por la Administraci¨®n, como un asesinato o un secuestro. M¨¦todo 3 intervino en el caso de la ni?a Madeleine McCann, desaparecida en un hotel del Algarve portugu¨¦s. En 2007, los padres contrataron a la agencia, que afirm¨® que la ni?a estaba viva y la encontrar¨ªan. ¡°Se pudo hacer porque la investigaci¨®n se realizaba en Portugal¡±, explica Sanmart¨ªn, que defiende que los detectives tambi¨¦n deber¨ªan poder actuar en este tipo de casos, como ocurre en otros pa¨ªses como Italia. ¡°Por ejemplo, poder reunir pruebas para demostrar la inocencia, en su d¨ªa, de Dolores V¨¢zquez¡± sobre el asesinato de Roc¨ªo Wanninkhof, reflexiona.
Eso restringe el campo de actuaci¨®n a estas agencias de investigaci¨®n, que pese a todo no han dejado de crecer en los ¨²ltimos a?os. En Espa?a hay 1.270 despachos de detectives (128 m¨¢s que el a?o anterior), seg¨²n la memoria anual del Ministerio del Interior de 2012. Ya muy pocos de ellos se dedican a investigar cuestiones sentimentales. La mayor¨ªa de los encargos ¡°son temas empresariales, relacionado con el fraude a las compa?¨ªas aseguradoras¡±, explica Arranz. Como el de un hombre con toda la familia en paro que se seccion¨® un brazo para cobrar 600.000 euros. ¡°Pero no solo son lesiones, tenemos fraudes de todo tipo, tambi¨¦n de personas que incendian su empresa fingiendo un accidente¡±, explica el presidente de Winterman, la compa?¨ªa que descubri¨® el fraude del brazo, Josep Maria Vilamaj¨®, que lleva m¨¢s de 40 a?os en el sector. Entre sus clientes, se cuentan tambi¨¦n muchas empresas internacionales, de capital riesgo, ¡°que piden conocer la moralidad de otra compa?¨ªa¡± en la que est¨¢n interesados.
¡°Alguno pide saber la clave de hotmail de su hijo¡±, dice un detective
Esas compa?¨ªas son precisamente las que han mostrado por ahora m¨¢s recelo con los cambios producidos por el caso de M¨¦todo 3. Pero Vilamaj¨® se muestra menos cr¨ªtico con la nueva ley. ¡°Legaliza la colaboraci¨®n con la polic¨ªa, y se nos otorga car¨¢cter de autoridad cuando estemos desarrollando la actividad. La Administraci¨®n tiene mayor control, y eso va a poner a cada cual en su sitio. En ese sentido soy positivo, es un proyecto aperturista¡±, afirma.
¡°Las infidelidades representan desde hace mucho tiempo un 10% del sector¡±, a?ade Sanmart¨ªn. Pero no han desaparecido, sino que han mutado en otro tipo de investigaciones, con un cariz econ¨®mico. ¡°Ahora muchas personas quieren modificar el convenio que regula su separaci¨®n. El caso, por ejemplo, de un hombre que quiere demostrar que su mujer trabaja, tiene buen sueldo, y vive con otra persona. En definitiva, demostrar que ella gana m¨¢s que ¨¦l para as¨ª poder bajar la pensi¨®n que le paga¡±, ejemplifica Arranz.
¡°Esta profesi¨®n es fruto del sistema pol¨ªtico y econ¨®mico que tenemos, las investigaciones van surgiendo conforme cambia la situaci¨®n de las personas¡±, reflexiona la detective y abogada Valls. Entre sus encargos, destaca una novedad: las investigaciones sobre violencia machista. ¡°El sistema no llega a muchas situaciones, como por ejemplo las de la violencia consentida. En casos en los que hay condena de violencia, con ¨®rdenes de alejamiento, algunas mujeres todav¨ªa consienten y aceptan el acercamiento. Hay familiares de v¨ªctimas que lo saben y piden nuestra ayuda¡±, cuenta. Otro caso que tambi¨¦n ha empezado a llegar a los despachos de detectives es el de las plazas en las escuelas. Los investigadores se centran en demostrar si la persona que ¡°dice estar empadronada en un lugar para inscribir a su hijo en una escuela determinada¡± est¨¢ mintiendo o no, explica Arranz.
Las nuevas obligaciones de la ley
El art¨ªculo 25 del proyecto de Ley de Seguridad Privada establece que los detectives deber¨¢n ¡°formalizar por escrito un contrato por cada servicio de investigaci¨®n que les sea encargado, comunicando su celebraci¨®n al Ministerio del Interior¡±.
El art¨ªculo 48, en el punto 2, establece que en cada encargo ¡°el despacho de detectives privados requerir¨¢, en todo caso, la acreditaci¨®n, por el solicitante de los mismos, del inter¨¦s leg¨ªtimo alegado¡±. Tambi¨¦n proh¨ªbe en el siguiente punto que se investigue la vida ¨ªntima de las personas, dentro de sus domicilios, o lugares reservados.
El art¨ªculo 49 de la normativa obliga a que por cada servicio se redacte ¡°un ¨²nico informe en el que se reflejar¨¢n el n¨²mero de registro asignado al servicio, los datos de la persona que encarga y contrata el servicio, el objeto de la contrataci¨®n, los medios, los resultados, los detectives intervinientes y las actuaciones realizadas¡±. El juez y la polic¨ªa podr¨¢n acceder a esos informes.
Todos esos casos, variopintos, tienen una cuesti¨®n en com¨²n: la legitimidad, que defiende la nueva ley. El solicitante deber¨¢ ¡°acreditar el inter¨¦s leg¨ªtimo alegado¡±. ¡°?Es leg¨ªtimo que un c¨®nyuge investigue la fidelidad del su pareja? ?Es leg¨ªtimo que sea el vecino quien investigue la fidelidad de su vecina?¡±, explica Vilamaj¨®. ¡°Investigar al partido pol¨ªtico B para encontrar porquer¨ªa no ser¨ªa leg¨ªtimo, adem¨¢s de ser deontol¨®gicamente reprobable¡±, a?ade Arranz.
La literatura, el desconocimiento y el estallido de los ¨²ltimos casos que se han vinculado al espionaje fomenta una imagen de la profesi¨®n y de los l¨ªmites de la investigaci¨®n privada no siempre ajustados a la realidad. ¡°La gente no es consciente del nivel de ilegalidad que se puede cometer con seg¨²n qu¨¦ acciones. Hay veces que te llama alguien preguntando si puedes averiguar la contrase?a de Hotmail de su hijo. Aunque sea menor, tambi¨¦n tiene derechos y si le denunciase, podr¨ªa acabar en la c¨¢rcel¡±, se?ala Arranz. En cambio, otras cuestiones que han levantado ampollas y expectaci¨®n est¨¢n amparadas, como cuenta De Paco: ¡°Seguir a un trabajador, sea m¨¦dico, futbolista o lo que sea, y ver si rinde en su trabajo es absolutamente legal¡±. E insiste en la necesidad de desterrar del lenguaje vinculado a los detectives el espionaje. ¡°Esp¨ªas son los que esp¨ªan para la naci¨®n extranjera. Nosotros no espiamos, investigamos¡±, recalca.
Aunque algunos de los medios que utilizan pueden llevar a pensar lo contrario, como las microc¨¢maras, escondidas, por ejemplo, en el bot¨®n de una camisa. De Paco explica que no se trata de nada excepcional: ¡°Todo el mundo tiene su grabadora digital, est¨¢ al alcance de la calle, cualquiera puede meter un micr¨®fono aqu¨ª o all¨¢¡±. La clave, sostiene, no es la tecnolog¨ªa, sino el uso de la misma.
?Pero qui¨¦n se encarga de usar esa tecnolog¨ªa? En teor¨ªa, debe ser una persona con una diplomatura universitaria de tres a?os, sin antecedentes penales, y ser ciudadano de alguno de los pa¨ªses miembros de la Uni¨®n Europea. ?En qu¨¦ se traduce en la pr¨¢ctica? ¡°Me dijeron que quer¨ªan a alguien que supiera rastrear cuentas, documentos, auditor¨ªas y hacer fuentes¡±, explica una persona, que pide anonimato, que acudi¨® a una entrevista para ejercer de detective en una agencia especialista en propiedad intelectual. ¡°Me pusieron algunos ejemplos, como un empleado que se va de una compa?¨ªa, y se le vigila para ver que no se chive a la competencia. O que me dar¨ªan un nombre y deb¨ªa buscar todas sus relaciones empresariales¡±, a?ade. ¡°La gran mayor¨ªa trabajamos de 14 a 16 horas al d¨ªa, dignificando la profesi¨®n¡±, defiende la investigadora Cristina Potau, de Potaudetectives. ¡°La mejor m¨¢quina que tenemos es la constancia y el tes¨®n. Hay que estar en la calle 20 horas y trabajarla¡±, se suma De Paco.
¡°Esta es una profesi¨®n desconocida y de los ¨²ltimos casos que se habla fomentan la desconfianza. A las personas que est¨¢n empezando ahora las han condenado a una ruina total¡±, sentencia Vilamaj¨®.
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