?frica, granero del mundo
Siete de los 15 pa¨ªses en los que m¨¢s est¨¢ creciendo la producci¨®n agr¨ªcola son africanos Los expertos ven un gran potencial, pero tambi¨¦n importantes riesgos
El Banco Mundial y las Naciones Unidas est¨¢n convencidos de que ?frica puede convertirse en el gran granero que alimente al resto del planeta. Sin embargo, hay voces que alertan de que ello podr¨ªa tener implicaciones negativas para la seguridad alimentaria de la propia poblaci¨®n africana. La pregunta que suena cada vez m¨¢s en determinados c¨ªrculos pol¨ªticos y econ¨®micos es: ?debe vender cantidades masivas de alimentos una regi¨®n donde el hambre y la escasez siguen presentes?
El continente africano, y en particular el ?frica subsahariana, es una zona de amplios contrastes. Mientras la sequ¨ªa extrema y el hambre golpean a pa¨ªses como Namibia, un reciente trabajo de la Fundaci¨®n Mo Ibrahim, que promueve el buen gobierno en la regi¨®n, destaca que de los 15 pa¨ªses del planeta donde m¨¢s ha crecido la producci¨®n agr¨ªcola entre 2000 y 2008, siete son africanos: Angola (13,6%), Guinea (9,9%), Eritrea (9,3%), Mozambique (7,8%), Nigeria (7%), Etiop¨ªa (6,8%) y Burkina Faso (6,2%). ?C¨®mo interpretar situaciones tan dispares? En 2050, la poblaci¨®n africana se duplicar¨¢ y ya ser¨¢n 2.000 millones de personas que atender. ?Tendr¨¢ ?frica capacidad para alimentar a los 54 pa¨ªses que la dibujan y al mismo tiempo a un planeta que le exige cada vez m¨¢s alimentos?
¡°?Desde luego que ?frica podr¨ªa ser el granero del mundo!¡±, exclama Mercy Wambui, experta de Uneca (Comisi¨®n Econ¨®mica para ?frica de Naciones Unidas). ¡°Pero antes tienen que producirse una serie de cambios internos. Comenzando por una gesti¨®n m¨¢s eficaz de los recursos¡±. Sin embargo, el terreno es s¨®lido. ¡°?frica posee el 60% de las tierras [la mayor extensi¨®n del mundo] potencialmente cultivables del planeta¡±, incide Aaron Flohrs, socio especialista en esta regi¨®n de la consultora McKinsey. De hecho, seg¨²n el Anuario Estad¨ªstico de la FAO (Organizaci¨®n de Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura), un 79% de los campos que podr¨ªan cultivarse en el continente est¨¢n sin trabajar. Y la gestora de fondos de inversi¨®n Fidelity asegura que solo se explota el 10% de los 400 millones de hect¨¢reas de tierra cultivable situadas entre Senegal y Sud¨¢frica. Suficiente, apunta Fidelity, no solo para alimentarse ellos mismos sino para satisfacer la creciente demanda mundial.
¡°El potencial es enorme, pero hace falta impulsarlo con pol¨ªticas de desarrollo sostenible¡±, reflexiona Mercy Wambui. Dicen los expertos que para lograrlo hay que romper el ciclo de la agricultura de subsistencia (el 85% de las explotaciones africanas ocupan menos de dos hect¨¢reas), invertir en infraestructuras que apoyen el crecimiento del sector (carreteras, puentes, embalses) y alcanzar econom¨ªas de escala. Pero estas son ideas que parecen sacadas de un manual de econom¨ªa, la vida en ?frica impone sus propias ense?anzas.
?frica genera al a?o 700 millones de toneladas de productos agr¨ªcolas, que le reportan 313.000 millones de d¨®lares (230 millones de euros), seg¨²n el Banco Mundial. O sea, la agricultura explica el 15% de su riqueza. Sin embargo, la exportaci¨®n de alimentos b¨¢sicos cay¨® del 3,8% en 2003 al 3,5% en 2012. As¨ª lo revela la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, en sus siglas inglesas).
?frica alberga m¨¢s de la mitad de la tierra cultivable del planeta
Sud¨¢frica, uno de los pa¨ªses africanos con mayor desarrollo agrario, es un importador neto de comida. ?C¨®mo es posible? Thabo Ncalo y Humphrey Gathungu, responsables de la gestora de fondos Stanlib Africa Equity Fund Managers, aportan varias pistas. ¡°Muchas explotaciones a¨²n dependen de la lluvia y carecen de sistemas de irrigaci¨®n propios. Adem¨¢s, la producci¨®n aumentar¨ªa dr¨¢sticamente si utilizaran fertilizantes y mejores t¨¦cnicas de labranza¡±, aseguran. Pero no todo es una cuesti¨®n de rendimiento sino tambi¨¦n de ahorro. Las p¨¦rdidas que se producen al finalizar la cosecha se han convertido en un mal end¨¦mico. Solo en el cereal oscilan entre el 15% y el 20% de todo lo recogido. Es una merma que cuenta. ¡°Una reducci¨®n del 1% en ese tipo de p¨¦rdidas puede transformarse en una ganancia al a?o de hasta 40 millones de d¨®lares (30 millones de euros)¡±, calculan los analistas Ncalo y Gathungu.
La FAO lleva tiempo avisando de que en el mundo se desperdician 1.300 millones de toneladas de alimentos al a?o. Un tercio del total. Es m¨¢s, la organizaci¨®n advierte de que en 2050 el planeta necesitar¨¢ 71 millones de hect¨¢reas de cultivos adicionales para alimentarse. ?frica y su granero tendr¨¢n entonces que entrar en escena urgidos por la necesidad. ?Podr¨¢n responder al desaf¨ªo?
El sector agr¨ªcola africano crece a una tasa limitada de entre el 2% y el 5% anual. Parte desde niveles bajos y todav¨ªa tiene un fuerte potencial de mejora. Y tierra donde hacerlo no le falta. ¡°Mozambique, Nigeria y Zambia comparten las mayores extensiones de campos infrautilizados del continente¡±, desgranan en Fidelity.
Las posibilidades se extienden a los territorios del sur, centro y este. Naciones como la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo cuentan con un vasto granero (el 52% de todas las tierras del pa¨ªs son cultivables) sin utilizar debido a las guerras civiles y los conflictos sociales. Y esto nos lleva a otra consideraci¨®n. Las estrategias agr¨ªcolas, para que tengan ¨¦xito, deben estar respaldadas por buenas pol¨ªticas de gobernanza, y aqu¨ª el continente falla. Tambi¨¦n flaquea en la gesti¨®n del agua, que seg¨²n los expertos del banco Citigroup ¡°es el verdadero desaf¨ªo en el ?frica subsahariana¡±, donde solo un 4% de los cultivos est¨¢n irrigados. Un reto que, por ejemplo, exige realizar inversiones en infraestructuras para extender el regad¨ªo.
Es una lectura del problema que encaja con la que el Banco Mundial plasmaba en el trabajo Growing Africa: Unlocking the Potential of Agribusiness, publicado en marzo pasado. Esta instituci¨®n piensa que ?frica podr¨ªa crear un mercado de alimentos en 2030 de un bill¨®n de d¨®lares (736.500 millones de euros) si abriera sus puertas a la entrada masiva de capitales, empresas y tecnolog¨ªa extranjera. Pero esta propuesta encuentra la oposici¨®n de varias organizaciones no gubernamentales, ya que esa idea, aseguran, transita justo en la direcci¨®n contraria. ¡°?A qui¨¦n beneficia este mercado si est¨¢ controlado por especuladores financieros de Londres, Nueva York o Pek¨ªn?¡±, se pregunta Henk Hobblink, coordinador de la organizaci¨®n Grain. ¡°Utilizar prioritariamente las tierras agr¨ªcolas para exportar mientras haya personas que pasan hambre en el continente es un crimen. Y echar a los campesinos de sus campos para d¨¢rselos a inversores for¨¢neos para que produzcan m¨¢s es, adem¨¢s, un error¡±.
Esta ¨²ltima frase de Henk Hobblink traslada el texto al fen¨®meno del acaparamiento de grandes extensiones de tierras (y agua) en ?frica. La ONG Grain denuncia que unos 60 millones de hect¨¢reas del continente (algo m¨¢s del tama?o de Espa?a) han sido puestas en manos de extranjeros para su explotaci¨®n, dejando fuera a las poblaciones rurales que tradicionalmente las hab¨ªan trabajado como medio de subsistencia. Es muy recomendable para entender la magnitud del problema echar un vistazo al detalle de las mismas en landmatrix.org, el ¨²nico portal del mundo que compila las transacciones. Hay 819 recogidas en todo el planeta. Nada menos que 383 corresponden a ?frica. Un 46% del total. Espa?a solo aparece en una operaci¨®n, de 15.000 hect¨¢reas, en el territorio de Mozambique.
¡°El acaparamiento de tierras y las inversiones extranjeras para convertir ?frica en el granero del mundo no son nada nuevo. Es un disfraz de neocolonizadores de corbata a caballo del libremercado: cultiven az¨²car, cacao, caf¨¦, caucho ¡ªdec¨ªan entonces¡ª y saldr¨¢n de la miseria. Cultiven soja, palma africana o cualquier cosa que necesite la agroindustria o nuestros autom¨®viles ¡ªdicen ahora¡ª y ver¨¢n c¨®mo les llueve el progreso. Mentiras criminales¡±, afirma, rotundo, Gustavo Duch, coordinador de la publicaci¨®n Soberan¨ªa alimentaria.
Las ONG alertan del peligro de da?ar la seguridad alimentaria de estos pa¨ªses
Sin duda ?frica necesita inversi¨®n en sus campos, pero con un modelo que incluya a sus agricultores, no que los excluya. Los consultores de Mckensey calculan que en el ?frica subsahariana son necesarios 38.000 millones de euros al a?o para que el sistema agr¨ªcola funcione mejor. A pesar de todo, hay optimismo. ¡°Ha llegado la hora de que la agricultura africana sea un catalizador del fin de la pobreza¡±, observa Makhtar Diop, vicepresidente del Banco Mundial para la regi¨®n africana.
Esta instituci¨®n cree que ?frica podr¨ªa ser uno de los principales exportadores del mundo de az¨²car, ma¨ªz, soja, arroz y biodi¨¦sel y tener el mismo ¨¦xito que en su d¨ªa tuvo Am¨¦rica Latina o el sudeste asi¨¢tico. Tambi¨¦n da su lista para el ?frica subsahariana: aceites vegetales, grano para el ganado, horticultura, aves de corral y arroz. ?Pero tiene capacidad de exportar quien a¨²n no es capaz de alimentar a toda su poblaci¨®n? La regi¨®n es uno de los mayores consumidores e importadores del planeta de un grano tan b¨¢sico como es el arroz. La mitad de lo que consume viene de fuera y los africanos pagan un precio muy alto por ello, unos 3.500 millones de d¨®lares al a?o (2.578 millones de euros). ?frica ha hecho un esfuerzo produciendo un 5% m¨¢s (26,6 millones de toneladas en 2012) frente a 2011. Sin embargo, no es suficiente. Tambi¨¦n habr¨¢ 25 millones de hect¨¢reas adicionales de ma¨ªz en 2013. Pero tampoco parece bastante. En Zambia este cereal proporciona ya la mitad de las calor¨ªas de la dieta de sus habitantes. Consumen 133 kilos de cereales cada a?o. Su dependencia es enorme. ?Qu¨¦ hacer? ?Recurrir a cultivos gen¨¦ticamente modificados y su propuesta de agricultura intensiva?
Carlos Vicente Alberto es responsable de Sostenibilidad en Europa y Oriente Pr¨®ximo de Monsanto, el principal fabricante de semillas gen¨¦ticamente alteradas del planeta y, tambi¨¦n, una de las empresas con peor imagen del mundo. ?l lo tiene claro: ¡°Los cultivos modificados gen¨¦ticamente pueden contribuir a incorporar tecnolog¨ªas agr¨ªcolas m¨¢s eficientes en el uso de los recursos (suelo, agua, energ¨ªa). Es decir, m¨¢s productivas y sostenibles¡±. Una visi¨®n rechazada de plano por los grupos ecologistas. Pero no solo por ellos. Antonio Hern¨¢ndez, socio de Internacionalizaci¨®n de KPMG, descarta algunas de esas ideas. ¡°La agricultura intensiva a gran escala tiende a ser intensiva tambi¨¦n en capital y no crea puestos de trabajo. A la vez desplaza a las personas. ?Consecuencia? Pierden su empleo en la agricultura de subsistencia¡±, avisa. Sin que necesariamente obtengan un puesto de trabajo alternativo en la explotaci¨®n agr¨ªcola intensiva.
Pocos dudan, como sostiene Mercy Wambui, de que ¡°?frica necesita un milagro para impulsar su productividad agraria y equipararla al incremento de la poblaci¨®n, pero hasta ahora no hay consenso en que el uso de las semillas biol¨®gicas sea la soluci¨®n¡±.
Los cultivos modificados gen¨¦ticamente ponen sobre la mesa la fragilidad de la agricultura en la regi¨®n. Pese a todo, muchos economistas ven en el continente, y por ende en su potencial agrario, el ¨²ltimo gran mercado del planeta. Adem¨¢s, cuenta con ¡°la clase de consumidores que crece m¨¢s r¨¢pido en todo el mundo¡±, sostiene Michael Lalor, director del Centro de Negocios de ?frica en Johannesburgo de la auditora Ernst & Young. La aseveraci¨®n lleva a una de las cuestiones m¨¢s debatidas de ?frica. ?Est¨¢ surgiendo una clase media real, en parte como respuesta a ese boom del consumo?
En abril del a?o 2011, el Banco Africano de Desarrollo public¨® un controvertido trabajo (La Mitad de la pir¨¢mide: Din¨¢mica de la clase media en ?frica) donde defin¨ªa a esa clase media africana como aquellos que ten¨ªan un consumo per c¨¢pita diario de entre dos y 20 d¨®lares (1,5-14 euros). Con estos par¨¢metros, les sal¨ªan 313 millones de africanos. Claro que tuvo que admitir que el 60% de su reci¨¦n descubierta clase gastaba entre dos y cuatro d¨®lares al d¨ªa (1,5-3 euros). Una ¡°clase flotante¡±, dijo entonces, que se desplaza por encima del l¨ªmite de la pobreza (menos de dos d¨®lares diarios).
Por su parte, el Banco Mundial, al igual que algunas de las grandes consultoras del mundo, como Deloitte o McKinsey, admiten la existencia de esta clase media estim¨¢ndola entre 200 y 300 millones de personas. Otros organismos, como la OCDE (Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos, el club de los pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo), rebajan el entusiasmo a los 32 millones de personas. Aunque hay miradas m¨¢s esc¨¦pticas. El economista jefe para ?frica del banco Citigroup, David Cowan, asegura que ¡°no existe una clase media africana como tal. Hay una ¨¦lite emergente y un grupo muy fuerte de consumidores, que est¨¢ creciendo sin pausa¡±.
Sea cual sea la estimaci¨®n m¨¢s correcta, lo que parece innegable es que la emergencia de esta clase media tiene una repercusi¨®n directa sobre la agricultura. ¡°Con mayores ingresos¡±, observa Sebastian Kahlfeld, gestor del fondo de inversi¨®n DWS Invest Africa, perteneciente a la entidad financiera Deutsche Bank, ¡°la demanda de alimentos de m¨¢s calidad crecer¨¢ de forma proporcional. De hecho, un mayor consumo de prote¨ªnas, primero con carne blanca y despu¨¦s roja, necesita m¨¢s producci¨®n de piensos para la cr¨ªa del ganado. Esto aumenta la presi¨®n dirigida a mejorar las condiciones de cultivo y de la agricultura en general¡±. ?Ser¨¢ suficiente para llenar el granero de ?frica y del mundo? En pocos a?os lo sabremos.
Millones de hect¨¢reas sin cultivar
- El continente africano alberga el 60% de la tierra cultivable de todo el planeta.
- El 85% de las explotaciones de ?frica ocupan menos de dos hect¨¢reas.
- El 79% de los campos que podr¨ªan cultivarse en ?frica est¨¢n sin trabajar.
- Solo se explota el 10% de los 400 millones de hect¨¢reas de tierra productiva entre Senegal y Sud¨¢frica.
- El sector agr¨ªcola crece a una tasa de entre el 2% y el 5% anual.
- Unos 60 millones de hect¨¢reas cultivables del continente est¨¢n en manos de extranjeros.
- Solo un 4% de los campos de cultivo est¨¢n irrigados, lo que reduce el rendimiento. La producci¨®n tambi¨¦n mejorar¨ªa con fertilizantes y mejores t¨¦cnicas de labranza.
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