¡°Ahora sufrimos con el terrorismo econ¨®mico¡±
La activista lidera un grupo de lucha para mejorar la vida de los ind¨ªgenas peruanos
¡°Esto es lo que m¨¢s comemos mis hermanos y yo. ?Me encanta!¡±, dice Ruth Buend¨ªa con los ojos bien abiertos y enseguida clava el tenedor en el pescado. Llueve y hace fr¨ªo en la calle, pero dentro del restaurante la l¨ªder de los ash¨¢ninkas, una etnia establecida en el centro de la Amazon¨ªa peruana, aviva la conversaci¨®n con sus haza?as. Viste una cushma (t¨²nica) color marr¨®n, hecha por ella misma, y su rostro est¨¢ lleno de l¨ªneas y puntos rojos pintados con achiote.
Ruth Buend¨ªa Mestoquiari ten¨ªa 12 a?os cuando en Cutivireni, su comunidad natal, llegaron los terroristas de Sendero Luminoso para instalar el caos. Huy¨® con su familia hacia el monte, pero, un mal d¨ªa, unos vecinos confundieron a su padre con un senderista y lo mataron. ¡°Mi mam¨¢ estaba muy mal. Un terrorista nos ofreci¨® su finca y all¨¢ nos fuimos. Es que no sab¨ªamos bien qu¨¦ era ese grupo. Cuando nos dimos cuenta, mi mam¨¢, mis hermanos y yo nos fuimos a vivir a una base militar. Luego volvimos a nuestra casa. Pero fueron a?os muy duros, me arrebataron mi adolescencia¡±, dice Ruth mientras se seca las l¨¢grimas con la servilleta.
Vivi¨® un tiempo con una familia evang¨¦lica que se ofreci¨® a cuidarla porque su madre no pod¨ªa hacerse cargo de ella. La llevaron a Lima y ah¨ª tuvo que aprender a hablar castellano. ¡°Me sent¨ªa como los gringos que van a Per¨²: no entienden nada, pero se esfuerzan¡±, apostilla con media sonrisa. Al volver a Cutivireni, se apunt¨® como voluntaria en la Central Ash¨¢ninka del R¨ªo Ene (CARE), una organizaci¨®n que agrupa a 17 comunidades ind¨ªgenas de la selva peruana y lucha por mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Ayudaba en las acciones de pacificaci¨®n y en el repoblamiento de la zona e iba a cursos sobre derechos humanos e incidencia pol¨ªtica.
El d¨ªa que el presidente de la CARE renunci¨® a su puesto, Ruth Buend¨ªa se present¨® a las elecciones. ¡°Muchos hombres dec¨ªan: ¡®Uy no, ?qu¨¦ a va hacer esa? Es mujer, cualquier d¨ªa se enamora y se va¡¯. Pero gan¨¦. Casi todas las mujeres me apoyaron y convencieron a sus maridos para que lo hicieran. Fue en 2005. Despu¨¦s me han reelegido. Y aqu¨ª sigo¡±, cuenta satisfecha.
Con prudencia y coraje y, sobre todo, ¡°con las propias herramientas jur¨ªdicas que tenemos¡±, esta mujer de 35 a?os, discurso bien estructurado, madre de cinco hijos y actual estudiante de Ciencia Pol¨ªtica encabez¨® la lucha para paralizar la construcci¨®n de dos centrales hidroel¨¦ctricas (Tambo 40 y Paquitzapango), en la regi¨®n central del departamento de Jun¨ªn, y que hubieran provocado el desplazamiento de m¨¢s de 10.000 personas. ¡°El Estado otorg¨® la concesi¨®n a una empresa brasile?a sin tomar en cuenta el impacto ambiental y social y, sobre todo, sin consultarnos. Recurrimos a las instancias nacionales e internacionales y demostramos que la raz¨®n y la ley est¨¢n de nuestra parte. No estamos en contra del progreso, solo queremos que nos informen sobre lo que quieren hacer en nuestras comunidades y que tengan en cuenta las consecuencias¡±.
Ruth Buend¨ªa no est¨¢ segura, pero teme que se avecine otra batalla burocr¨¢tica. ¡°Hay rumores de que ahora las constructoras espa?olas quieren retomar esos mismos proyectos. En fin, antes sufrimos el terrorismo con armas y ahora el terrorismo econ¨®mico¡±, sentencia antes de mojar un trozo de pan en aceite.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.