Descubierto un planeta extrasolar como la Tierra pero infernalmente caliente
Dos equipos independientes logran determinar la masa, el tama?o y la densidad de Kepler 78b, un objeto rocoso, algo mayor que nuestro planeta, pero muy cercano a su estrella
Kepler 78b es un planeta muy similar a la Tierra. Por tama?o y masa es algo superior, pero su composici¨®n de hierro y roca debe ser casi la misma. Dicen los cient¨ªficos que es el planeta extrasolar m¨¢s parecido a la Tierra que se ha descubierto y est¨¢ a 400 a?os luz de distancia de aqu¨ª. ?Habitable? Rotundamente no: est¨¢ tan cerca de su estrella que la temperatura all¨ª debe andar entre 3.000 y 5.000 grados cent¨ªgrados, un aut¨¦ntico infierno. Da una vuelta completa alrededor de la estrella cada 8,5 horas (unas 20 ¨®rbitas a la semana), en lugar de los 365 d¨ªas que tarda la Tierra en dar la vuelta al Sol, y acabar¨¢ destruido por su propia estrella dentro de 3.000 millones de a?os. De momento, lo importante para los astr¨®nomos es que Kepler 78b es el exoplaneta m¨¢s peque?o del que se ha podido determinar con precisi¨®n la masa y el radio ¨Cy a partir de estos par¨¢metros deducen la composici¨®n-. Adem¨¢s, es un paso m¨¢s hacia el futuro estudio de objetos de este tipo que sean aut¨¦nticos gemelos de la Tierra e incluso en un entorno m¨¢s templado.
Dos equipos independientes (uno estadounidense y otro de suiza, Italia, Reino Unido y Estados Unidos) han investigado el Kepler 78b y han obtenido datos muy similares sobre sus caracter¨ªsticas, lo que refuerza los resultados. Presentan sus respectivos trabajos en dos art¨ªculos publicados en la revista Nature. El grupo? liderado por el italiano Francesco Pepe (Universidad de Ginebra) ha hecho sus observaciones de precisi¨®n con el Telescopio Nacional Galileo (TNG, Italia) instalado en la isla de La Palma. El otro equipo, con Andrew W.Howard (Universidad de Hawai) como primer firmante, ha utilizado uno de los grandes telescopios Keck.
El planeta en cuesti¨®n es uno de los 2.740 candidatos que hall¨® el telescopio espacial Kepler antes de estropearse y quedar inutilizado para lo que hab¨ªa sido dise?ado: buscar planetas extrasolares vigilando 150.000 estrellas parecidas al Sol para detectar cualquier disminuci¨®n transitoria de su luz que pudiera indicar que un cuerpo en ¨®rbita se cruza por delante del astro en la l¨ªnea de visi¨®n desde la Tierra. Kepler 78b est¨¢ en ¨®rbita de una estrella algo m¨¢s peque?a y m¨¢s joven que el astro del Sistema Solar y el paso por delante del planeta aten¨²a su luz en un 0,02%.
Kepler 78b es un 20% m¨¢s grande y un 69% m¨¢s masivo que la Tierra, seg¨²n han medido Howard y sus colegas, incluido Geoffrey W.Marcy, uno de los grandes especialistas mundiales en la caza de planetas extrasolares, y Roberto Sanch¨ªs-Ojeda, astr¨®nomo del MIT que anunci¨® el descubrimiento del planeta en cuesti¨®n el pasado verano. El otro equipo, liderado por Pepe (y con la participaci¨®n de Michel Mayor, descubridor del primer planeta extrasolar y gran competidor de Marcy) fijan el radio de Kepler 78b en 1,16 veces el de la Tierra y su masa en 1,86 masas terrestres. Con estos valores, estiman su densidad en 5,57 gramos por cent¨ªmetro c¨²bico, ¡°que es similar a la terrestre e implica una composici¨®n de hierro y roca¡±, escriben estos investigadores en Nature. Para los estadounidenses, el radio de Kepler 78b es 1,20 el de la Tierra, la masa 1,69 y la densidad 5,3 gramos por cent¨ªmetro c¨²bico. Para intentar explorar la estructura interna del objeto, explican Howard y sus colegas, han utilizado un modelo sencillo de n¨²cleo de hierro rodeado de un mando de silicatos y obtienen un 33% del primero y un 67% de rocas. Con una temperatura entre 3.000 y 5.000 grados cent¨ªgrados, cualquier atm¨®sfera gaseosa que hubiera podido tener en alg¨²n momento Kepler 78b se habr¨ªa evaporado hace mucho tiempo.
¡°Este planeta se descubri¨® recientemente y estaba claro que ten¨ªa un di¨¢metro peque?o (tipo terrestre) y con un periodo orbital de ocho horas y media¡±, ha explicado a EL PA?S Emilio Molinari, director del TNG y uno de los autores de la investigaci¨®n. ¡°As¨ª, Kepler 78b era un candidato muy interesante y los dos grupos que ten¨ªan a disposici¨®n un instrumento adecuado [para estudiarlo] enseguida se metieron [en las observaciones], as¨ª que no es casualidad [que estemos los dos grupos], sino un seguimiento de un candidato prometedor¡±.
Efectivamente, tras el hallazgo con el Kepler, hab¨ªa que ponerse a estudiar el planeta con instrumentos astron¨®micos que proporcionaran m¨¢s informaci¨®n sobre ¨¦l. Los estadounidenses recurrieron al Keck I (de espejo principal de 10 metros de di¨¢metro) y su espectr¨®grafo Hires, mientras que Pepe y sus colegas han aprovechado la instalaci¨®n en el telescopio Galileo (de 3,57 metros) de un instrumento muy apropiado para estudiar planetas, una versi¨®n del Harp que funciona en un telescopio del Observatorio Europeo Austral, en Chile, para rastrear la b¨®veda celeste Sur y que, el a?o pasado, se estren¨® para el cielo del Norte.
Adem¨¢s de medir la atenuaci¨®n de la luz de la estrella cuando se cruza el planeta, lo que se llama tr¨¢nsito, los astr¨®nomos buscan y estudian exoplanetas midiendo las ligeras oscilaciones de la estrella debidas al efecto gravitatorio que tiene la presencia del planeta a su alrededor y a partir de ah¨ª deducir las caracter¨ªsticas de este ¨²ltimo.
Kepler 78b forma parte de un nuevo subgrupo de planetas que tardan menos de 12 horas en completar una ¨®rbita completa, recuerdan Howard y sus colegas. Son cuerpos peque?os, entre una y dos veces el tama?o de la Tierra.
Desde luego, los cient¨ªficos quieren seguir buscando planetas lo m¨¢s parecidos a la Tierra posible y para ello est¨¢n preparando nuevos telescopios e instrumentos avanzados. Drake Deming, experto de la Universidad de Maryland, recuerda en un comentario en Nature que el futuro telescopio James Webb, el sustituto del Hubble, y la misi¨®n TESS que prepara la NASA ¡°proporcionar¨¢n medidas de masa de exoplanetas cuyos entornos sean m¨¢s templados que el de Kepler 78b¡±. En cuanto al futuro de este ¨²ltimo, ¡°est¨¢ destinado a desaparecer¡±, dice Molinari. ¡°Las fuerzas de marea lo arrastrar¨¢n cada vez m¨¢s cerca de su estrella y en alg¨²n momento se acercar¨¢ tanto que la fuerza de gravedad de la estrella lo romper¨¢¡±. Seg¨²n modelos te¨®ricos, contin¨²a el astr¨®nomo italiano, ¡°esto podr¨ªa ocurrir dentro de 3.000 millones de a?os¡±. Nuestro sistema solar podr¨ªa haber tenido un planeta como este, pero habr¨ªa sido destruido ¡°temprano en la evoluci¨®n del sistema, sin dejar rastro hoy en d¨ªa¡±, concluye Molinari.
Tan cerca est¨¢ Kepler 78b de la estrella, que desde su superficie, se debe ver el astro como un inmenso disco ardiente ocupando la mitad del cielo desde el horizonte al cenit, se?ala Deming.
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