Salvapatrias televisivos
RTVV encierra una vergonzante historia de despilfarro y tilizaci¨®n pol¨ªtica
Es muy probable que Radiotelevisi¨® Valenciana (RTVV) empiece a ser parte del pasado en apenas un mes. El Gobierno de Alberto Fabra est¨¢ decidido a cerrarla, marcando, quiz¨¢, el camino a otros canales regionales de titularidad p¨²blica aquejados de las mismas dolencias: mala gesti¨®n, deuda insostenible y p¨¦rdida de audiencia. Es una triste noticia porque casi 1.700 personas van a ser despedidas y porque los valencianos van a quedar despose¨ªdos de un medio de comunicaci¨®n que velaba por el uso del de su lengua cooficial y segu¨ªa la actualidad regional. Pero es triste, sobre todo, por la vergonzante historia que encierra.
Nou (canal televisivo de RTVV), Telemadrid, Canal Sur, TV-3, ETB y otras (hasta un total de 13) son canales televisivos regionales que nacieron por decisi¨®n pol¨ªtica de sus respectivos Gobiernos locales bajo la excusa en algunos casos de promover la lengua propia. Algunos de ellos, sin embargo, se fueron convirtiendo pronto en medios que manejaban con soltura el mismo idioma: el de la propaganda (cuando no la manipulaci¨®n informativa), el de ser un utensilio al servicio del poder.
Algunos pol¨ªticos regionales han aumentado su talla durante estos a?os a trav¨¦s de las emisiones de esos medios repletos de periodistas, t¨¦cnicos y gestores agradecidos porque los que no lo son quedan arrumbados o fuera del sistema. Y a fuerza de acallar a unos y enchufar a otros, esos entes m¨¢s gubernativos que p¨²blicos han ido engordando hasta convertirse en mastodontes. Los canales mencionados m¨¢s arriba hasta duplican en n¨²mero la plantilla de Telecinco o de Antena 3, las dos cadenas comerciales de mayor ¨¦xito, si bien los sistemas no son del todo comparables.
Si Francisco Camps viajaba a Nueva York, ah¨ª estaban las c¨¢maras de Nou para dar fe de su triunfal paseo por Manhattan. Si Artur Mas celebra varias entrevistas con comisarios europeos, TV-3 dar¨¢ buena cuenta de ello. Si Esperanza Aguirre inauguraba un hospital con incubadoras instaladas solo para la foto, Telemadrid contaba los pormenores sin detalles molestos. Ocultar informaci¨®n tambi¨¦n ha sido la norma en algunos de estos canales. Imponer reglas, tambi¨¦n. El expresidente valenciano Eduardo Zaplana, el que dot¨® a RTVV de dimensiones desproporcionadas, incluso obligaba a los suyos a que siempre le grabaran por el perfil bueno, como Julio Iglesias.
Algunas televisiones auton¨®micas, y muy particularmente Telemadrid y Nou, han sido un juguete en manos de los pol¨ªticos que cuesta mucho dinero al contribuyente: en torno a 1.000 millones de euros cada a?o el conjunto de los 13 tras los recortes. Un juguete que han echado a perder por su mala cabeza. Navarra o La Rioja son comunidades que han demostrado que, incluso en una comunidad biling¨¹e, tener una televisi¨®n p¨²blica es prescindible porque las desconexiones territoriales de la televisi¨®n p¨²blica estatal cubren la necesidad de ofrecer informaci¨®n local sin gastar tanto. La opci¨®n de un canal propio de tama?o m¨¢s coherente con aut¨¦ntica vocaci¨®n de servicio p¨²blico ha sido la excepci¨®n. La escasa audiencia de algunas ha dado la raz¨®n a quienes dudaron de la necesidad de su existencia.
Llegados, en fin, a esta lamentable situaci¨®n de acumulaci¨®n de deudas y desprop¨®sitos, no es extra?o que cale el mensaje de Alberto Fabra proclamando que no piensa cerrar una sola escuela para salvar a RTVV. Pod¨ªa haber aprovechado su mandato (lleva m¨¢s de dos a?os al frente de la Generalitat) para no recortar tanto en gasto social y para depurar responsabilidades en el ente p¨²blico, pero al menos ha pedido excusas por la mala gesti¨®n del PP. Tambi¨¦n puede que cale ahora con m¨¢s facilidad la determinaci¨®n de Ignacio Gonz¨¢lez de cerrar Telemadrid ¡°si los sindicatos la hacen inviable¡±, una oportunista manera de desviar culpabilidades.
La escasa audiencia de estas televisiones ha reducido el inter¨¦s de los pol¨ªticos por mantenerlas. Mariano Rajoy ha legislado para facilitar la privatizaci¨®n o el cierre de estos canales. Lo que resulta irritante es que los mismos partidos pol¨ªticos que han llevado a la quiebra a esas empresas, los mismos que manipularon, alentaron gastos millonarios, colocaron a afines e hicieron la vista la gorda incluso ante la corrupci¨®n (la justicia investiga contratos presuntamente fraudulentos con la trama G¨¹rtel) se presenten ahora como los salvapatrias, los defensores de la sanidad y la educaci¨®n, frente a los sindicalistas y los gastos que generan unos aparatos medi¨¢ticos que ellos manejaron y pervirtieron. Parecen pretender que, adem¨¢s, les demos las gracias.
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