¡°Muchas veces me preguntan si estoy loco¡±
El campe¨®n mundial de carreras en altura ha llegado a hacer 300 kil¨®metros sin parar
Para Kilian Jornet (Sabadell, 1987), 10 horas corriendo por la monta?a al l¨ªmite de su esfuerzo y sin apenas comer ni beber es ¡°una carrera normal¡±. ?Y una larga? Recuerda una en Estados Unidos de 300 kil¨®metros en 38 horas sin parar, o la traves¨ªa del Pirineo, desde Hondarribia hasta ver el Mediterr¨¢neo, en ocho d¨ªas consecutivos a una media de 110 kil¨®metros en 16 horas cada jornada. Es la ¡°locura¡± de este catal¨¢n de 26 a?os, actual campe¨®n de la Copa del Mundo de skyrunning (carreras en monta?a de hasta 48 kil¨®metros, m¨¢s que un marat¨®n) y de ultrarunning (distancias m¨¢s largas) y cuatro veces campe¨®n mundial de esqu¨ª de monta?a.
Lo primero en lo que se fija Kilian en una persona es en sus piernas, si tiene fibras de corredor de corta o larga distancia, y en sus manos, si est¨¢n curtidas por la escalada. Como las suyas. Ayer present¨® en Madrid su segundo libro, La frontera invisible ¡ªdespu¨¦s de Correr o morir¡ª, una mirada a su manera de sentir la vida entre la roca y la nieve. ¡°?Por qu¨¦ corro? Porque me aporta emociones, sentimientos, adrenalina, riesgo, miedo, superaci¨®n, paz... Muchas veces me han preguntado si estoy loco. Es importante tener ese punto de locura, de hacer las cosas que te apasionan, para vivir tu vida. Yo disfruto de esa locura, de la monta?a, de competir¡±.
La pasi¨®n le vino de nacimiento. Sus padres, Eduard y N¨²ria, trabajaban en el refugio de monta?a de Cap de Rec, en los Pirineos leridanos, y Kilian y su hermana mayor, Naila, se criaron a 2.000 metros de altura. ¡°La monta?a era el d¨ªa a d¨ªa. Tengo m¨¢s recuerdos de una vez que fui a la playa o a Par¨ªs, que eran cosas excepcionales. La monta?a era lo normal. Al volver del cole, trepaba ¨¢rboles y rocas. Por la noche, ¨ªbamos con mi madre a escuchar al bosque¡±, cuenta Kilian. Con a?o y medio complet¨® una traves¨ªa de siete horas; con cinco subi¨® al Aneto... ¡°En vez de jugar al ordenador, buscaba animales o piedras. La naturaleza se convirti¨®, jugando, en mi vida¡±.
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Lo sigue siendo. ¡°Para vivir, necesito correr¡±, resume Kilian, ¡°estar en el monte. Es lo que me hace so?ar. Si quisiera m¨¢s dinero, me har¨ªa notario. Ah¨ª arriba te das cuenta de lo que necesitas y lo que no. Hemos mercantilizado la sociedad, el deporte e incluso nuestras emociones y nuestros sue?os. Vivimos en una sociedad con mucho ruido. La monta?a te hace estar en silencio. Es un espejo porque va muy unida a la soledad. Es importante estar solo, o no te encuentras nunca. La monta?a es una gran escuela de vida, porque arriba hay paralelismos con lo que encuentras en la vida. Es f¨¢cil acostumbrarse a conseguir las cosas sin esfuerzo, pero de la otra manera das m¨¢s valor a lo que logras¡±.
Aunque no todo son sue?os y tambi¨¦n ha visto la muerte de cerca. La de su ¨ªdolo de infancia y luego mentor y amigo, el esquiador franc¨¦s Stephane Brosse, cuando ambos recorr¨ªan en junio de 2012 una arista del Mont Blanc. El hielo se parti¨® a 20 cent¨ªmetros de Jornet y se trag¨® a Brosse.
Kilian no se considera especial ¡ª¡°no tiene sentido que mitifiquemos a deportistas y no a un buen maestro o un buen m¨¦dico¡±¡ª, aunque sea el hombre m¨¢s r¨¢pido en lo alto del planeta. Despu¨¦s de tachar de una lista las carreras que se propuso ganar, ha emprendido el proyecto Summits of my life, Cimas de mi vida: coronar las principales cumbres en tiempo r¨¦cord y con el m¨ªnimo material. Ya ha batido las marcas en el Mont Blanc (4h 57m) y el Cervino (2h 52m). La ¨²ltima prevista, en 2015, es el Everest. Luego buscar¨¢ nuevas metas, porque no sabe vivir sin correr, m¨¢s r¨¢pido que nadie, por las monta?as del mundo.
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