Ojos cerrados ante los malos tratos
Solo el 2% de las denuncias por violencia de g¨¦nero son de familiares de v¨ªctimas.Si conocen el problema tienden a creer que puede solucionarse
Hace ya dos a?os que Luisi cruz¨® el umbral de la comisar¨ªa para denunciar a su cu?ado por maltratar a su hermana. Llevaba meses d¨¢ndole vueltas. Consumi¨¦ndose al ritmo que ella trataba de disuadirla. ¡°Qu¨¦ me iba a decir. Era como si tuviera lavado el cerebro. Al principio lo neg¨® todo. Despu¨¦s, cuando ya no era capaz de esconderlo me convenci¨® de que pod¨ªa arreglarse, que lo mejor era solucionarlo en casa. No pens¨¦ que lo que ocurr¨ªa era tan grave. Despu¨¦s¡¡±, relata. Despu¨¦s, su hermana, Carmen, apareci¨® en su casa tras una paliza. Luisi la mira ahora fijamente mientras recuerda que, aunque apenas pod¨ªa tenerse en pie, segu¨ªa insistiendo en que no quer¨ªa denunciar a su marido. No lo hizo, pero Luisi s¨ª. La suya forma parte del escas¨ªsimo n¨²mero de denuncias por violencia de g¨¦nero que proceden de la familia y el entorno de la v¨ªctima. Son solo 11.139 de las 800.542 denuncias interpuestas en los juzgados de violencia contra la mujer desde 2007 (cuando se reconoci¨® el delito espec¨ªfico) hasta enero de este a?o. Menos de un 2%.
703 vidas segadas por los asesinos machistas
Desde que se inici¨® el recuento de los cr¨ªmenes machistas, en 2003, 703 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en Espa?a. En 2004, empezaron a analizarse otras variables que siguen arrojando un panorama desolador. Solo 130 de las v¨ªctimas mortales de la violencia de g¨¦nero hab¨ªa denunciado a su agresor. Ese porcentaje, adem¨¢s, ha ido disminuyendo con los a?os ¡ªen 2013, ocho de las 45 asesinadas hab¨ªan acudido a las autoridades¡ª, un dato que puede indicar, seg¨²n los expertos, que no eran conscientes del riego que corr¨ªan, pero tambi¨¦n de que la denuncia es eficaz.
Un porcentaje ¨ªnfimo que, a pesar de a?os de campa?as para involucrar a la sociedad en la denuncia y el reconocimiento de la violencia de g¨¦nero, no ha logrado incrementarse. La propia negaci¨®n de la v¨ªctima de la situaci¨®n que est¨¢ viviendo, unida a que muchas familias siguen pensando que el problema puede arreglarse de puertas para dentro, explica la fiscal de sala de Violencia Contra la Mujer, Soledad Cazorla, juegan un papel determinante a la hora de que algunos prefieran no denunciar. ¡°Otros no quieren ver lo que est¨¢n mirando. Cierran los ojos a la realidad, a las se?ales¡±, dice. Creen que lo que ocurre es algo puntual y, hasta que los signos son ya demasiado visibles, o presencian una agresi¨®n f¨ªsica, no despiertan. En la madrugada de este s¨¢bado varios vecinos alertaron a Emergencias de que hab¨ªan o¨ªdo a una mujer gritar en un garaje de Torrelaguna (Madrid). Poco despu¨¦s, un hombre llam¨® al mismo n¨²mero y confes¨® que hab¨ªa matado all¨ª a su exesposa, de 44 a?os. Con este, son ya 45 los asesinatos machistas de 2013.
La escalada de cr¨ªmenes no cesa. Blanca Hern¨¢ndez, delegada del Gobierno contra la Violencia de G¨¦nero, cree que, para frenarlos, es fundamental que la violencia de g¨¦nero comience a considerarse un asunto que trasciende al ¨¢mbito privado. Algo que toda la sociedad debe combatir. ¡°Implicar a los entornos en la ruptura del silencio c¨®mplice del maltrato es determinante para que la mujer que lo sufre deje de hacerlo. Ese acompa?amiento refuerza su capacidad para romper los lazos con el agresor¡±, apunta Hern¨¢ndez. Gracias a ese apoyo Mercedes, andaluza de 40 a?os, abandon¨® a su maltratador. Cuenta que le cost¨®. ¡°Pens¨¦ que mis padres no me entender¨ªan. No quer¨ªa causarles problemas. Pensamos que no van a saber reaccionar, pero lo hacen. Nos ayudan¡±, dice.
Lucila Agredano y F¨¦lix L¨®pez han ayudado a muchas familias en la situaci¨®n de la de Mercedes. Son los padres de Roc¨ªo L¨®pez Agredano, asesinada por su marido en 2008, a los 25 a?os. Ahora, apoyan a maltratadas y a su entorno a trav¨¦s de la asociaci¨®n Afavir. Echan de menos m¨¢s apoyo para las v¨ªctimas, y reclaman una asignatura sobre igualdad y convivencia en las escuelas. ¡°Es la ¨²nica v¨ªa para involucrar a la sociedad en el problema y lograr que abra los ojos a la realidad del maltrato¡±, apunta Lucila. Cuenta que incluso cuando la violencia machista es visible, para las familias no es f¨¢cil actuar. ¡°Hay padres que nos han tra¨ªdo a sus hijas casi a rastras para que hablaran con nosotros. Muchas llevan a?os sufriendo maltrato y tienen p¨¢nico. El agresor las ha amenazado con echarlas de casa, quitarles a sus hijos o con hacer da?o a su familia; eso va calando¡±, recalca F¨¦lix.
Miguel Lorente, forense experto en violencia de g¨¦nero, tambi¨¦n habla de esa dificultad de las familias para dar el paso o para seguir adelante con la denuncia. ¡°Algunas v¨ªctimas niegan lo que ocurre y recriminan a su familia que adopten medidas¡±, explica. Y a veces, el entorno, por miedo a que su madre, su hija, su hermana, su mejor amiga... se alejen m¨¢s, deciden no denunciar. Esa es la historia de Luisi y Carmen y de tantas otras familias. Ahora las dos hermanas, de 51 y 49 a?os, viven juntas. Carmen se ha separado de su agresor. Cuenta que, al principio, lleg¨® a odiar a Luisi por denunciarle. Meses despu¨¦s, fue ella misma la que denunci¨®.
La presidenta del Observatorio contra la Violencia de G¨¦nero, Inmaculada Montalb¨¢n, apunta que el primer paso de la familia debe ser trabajar con la mujer para que colabore en la denuncia. Su testimonio suele ser clave en el proceso judicial. ¡°Si no, eso no es posible, la familia debe denunciar siempre. Nunca se puede minimizar el riesgo¡±.
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