El discurso pol¨ªtico es la clave
La crisis econ¨®mica que atravesamos es muy grave, pero tambi¨¦n lo es una sociedad desigual e injusta.
Temo que la violencia de g¨¦nero desaparezca de la esfera p¨²blica. Est¨¢ siendo relegada en las prioridades pol¨ªticas, en el debate social y en la propia agenda de los medios de comunicaci¨®n, que tiende a concentrar las noticias en torno a d¨ªas concretos, como el 25 de noviembre. Unos y otros se realimentan.
La crisis econ¨®mica que atravesamos es muy grave, pero tambi¨¦n lo es una sociedad desigual e injusta. Asistimos a corrientes sutiles que, bajo el paraguas de palabras m¨¢gicas como eficacia o racionalizaci¨®n, pretenden ocultar retrocesos. Retrocesos, como la supresi¨®n de la propia expresi¨®n ¡°violencia de g¨¦nero¡±, que se desvanece en las ¨²ltimas reformas legales, o la desaparici¨®n de la asignatura Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa, fundamental para conocer las causas ¨²ltimas de la violencia, combatir la intolerancia y crear unas generaciones de j¨®venes activos y responsables.
Los jueces de violencia sobre la mujer instruyen cada vez m¨¢s casos de parejas j¨®venes que reproducen comportamientos machistas de sus mayores, con chicos de 20 a?os o que se ponen violentos en la sala de vistas porque, hasta ese d¨ªa, nadie les hab¨ªa dicho ¡°no¡±. Urge una educaci¨®n transversal en ciudadan¨ªa basada en la igualdad y el respeto a los derechos humanos. Por si fuera poco, se est¨¢ diluyendo la construcci¨®n te¨®rica y jur¨ªdica que se?ala la desigualdad como causa ¨²ltima de la violencia de g¨¦nero. Cada vez m¨¢s aparecen enfoques puntuales sobre colectivos por raz¨®n de edad o de otras circunstancias ¡ªmenores, adolescentes, j¨®venes, mayores de edad¡ª como si fuera un problema de grupos determinados que tienen sus patolog¨ªas.
Es cierto que hay que abordarlos, pero sin olvidar que la violencia contra la mujer ¡°es uno de los mecanismos sociales fundamentales por los que se fuerza a la mujer a una situaci¨®n de subordinaci¨®n respecto del hombre¡±. As¨ª lo dijo Naciones Unidas el 20 de diciembre de 1993, en la Declaraci¨®n sobre la eliminaci¨®n de la violencia contra la mujer. Vincular la idea de discriminaci¨®n y violencia es clave para entender la causa ¨²ltima de la violencia que sufren las mujeres y sus hijos e hijas.
Corremos el riesgo de despolitizar la violencia de g¨¦nero. Despolitizar es tanto como ocultar que estamos ante un problema estructural grave que lo convierte en p¨²blico. Debemos centrarnos en lo m¨¢s importante: en poner de relieve que la violencia de g¨¦nero est¨¢ en las entra?as del sistema, donde la mujer sigue ocupando una posici¨®n de subordinaci¨®n ¡ªcomo lo demuestra el incremento de la brecha salarial¡ª y que la violencia, junto con otros factores, mantiene esa trama de discriminaci¨®n y desigualdad.
Inmaculada Montalb¨¢n Huertas es magistrada, vocal del CGPJ y presidenta del Observatorio contra la Violencia Dom¨¦stica y de G¨¦nero.
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