¡°Nadie fabrica mejor calzado que los espa?oles¡±
Michelle Obama luce los dise?os de este zapatero estadounidense, que produce en Alicante
¡°Espa?a es el pa¨ªs donde se hace el mejor calzado del mundo. Es imposible encontrar trabajadores m¨¢s cualificados e implicados. Pero tambi¨¦n es el lugar donde, ahora mismo, las normas y las leyes se lo ponen m¨¢s dif¨ªcil a los empresarios¡±. Stuart Weitzman (Massachusetts, 1942) no espera al chocolate caliente ni a las preguntas para empezar a hablar. Y lo hace en un castellano impecable.
Junto a Christian Louboutin y Manolo Blahnik conforma la ¨¦lite del calzado de lujo, y sus dise?os visten los pies de iconos de estilo contempor¨¢neos como Michelle Obama, Catalina de Cambridge o Angelina Jolie. Pero lo que pocos saben es que estos zapatos son ¡°100% made in Spain¡±.
Weitzman, que estudi¨® el equivalente a Econ¨®micas en la Universidad de Pensilvania, fabrica su cat¨¢logo ¨ªntegro en Alicante desde que comenz¨® su carrera hace cuatro d¨¦cadas. ¡°Entonces trabajaba para una empresa que produc¨ªa en Valencia. Quer¨ªa lanzar mi propia l¨ªnea y les propuse hacerlo sin obtener ning¨²n sueldo fijo a cambio, solo un porcentaje de las ventas¡±. Dos a?os despu¨¦s, ingresaba m¨¢s que el consejero delegado de la compa?¨ªa. As¨ª que en 1986 decidi¨® establecerse por su cuenta y en 1994 consigui¨® recomprar la marca hom¨®nima creada por su padre, y que los hermanos hab¨ªan vendido poco despu¨¦s de su muerte 20 a?os atr¨¢s.
Hotel Orfila. Madrid
- Un chocolate: 6 euros.
- Un t¨¦: 6.
Total: 12 euros.
Desde entonces, la firma no ha parado de crecer. Presente en m¨¢s de 100 pa¨ªses, sus ingresos anuales superan los 300 millones de euros. Y aunque en 2010 el empresario vendi¨® sus acciones de bienes ¡ªque no de votaci¨®n¡ª al conglomerado Jones Group (propietario, entre otras, de la firma Nine West), los cimientos del emporio siguen radicados en 11 factor¨ªas de Elda.
Weitzman explica que le gustar¨ªa contratar nuevos talleres, pero la subida del IVA lo hace inviable. ¡°Como pueden tardar hasta seis meses en las devoluciones, el Gobierno nos debe constantemente 2,5 millones de euros: la mitad del capital de mi empresa retenido en un pr¨¦stamo al Estado sin intereses. Esto ser¨ªa impensable en Estados Unidos y, si supone un obst¨¢culo para m¨ª, que soy ya medio espa?ol, imag¨ªnate para los inversores internacionales¡±, se queja. Weitzman asegura que repite esta misma cr¨ªtica en sus reuniones con representantes del Ministerio de Exteriores y de la Corona. ¡°Hace un mes les dije: ¡®El Gobierno est¨¢ creando sus propias desventajas para alegr¨ªa del resto del mundo¡¯, y me respondieron que estaban trabajando en ello¡±, recuerda con iron¨ªa.
Pese a todo, el empresario no se plantea trasladar la producci¨®n a EE UU o China. ¡°Simplemente no pueden ofrecerme la calidad que obtengo aqu¨ª. Mis clientas quieren sus zapatos espa?oles. No puedo ni quiero cambiar¡±. Aunque el mercado lo haya hecho, y mucho, a lo largo de su carrera.
En los setenta los dise?adores eran ¡ªen sus propias palabras¡ª dictadores. Hoy escuchan a la consumidora. ¡°Es ella la que decide c¨®mo se viste, la que elige, y quiere opciones. Parece exagerado, pero la evoluci¨®n de la industria del calzado es un espejo de la emancipaci¨®n de la mujer¡±.
Por eso no basta con que sus sandalias y botas, que se comercializan a partir de 300 euros, sean c¨®modas o sigan las tendencias. ¡°Deben hacer feliz a la mujer: sorprenderla. Ya que no las necesita, debemos hacer que las desee¡±. Esa es la ¨²nica f¨®rmula para que unos stilletos lleguen desde Elda a la Casa Blanca.
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