El papa Francisco fue portero de discoteca en su juventud en Buenos Aires
El Pont¨ªfice revel¨® algunas de las experiencias vitales que le ayudaron a "crecer en la fe" a los fieles de una parroquia romana
![El papa Francisco este miércoles en la plaza de San Pedro.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/Z5VAMQKNE64L5PC3QNHQMABVV4.jpg?auth=16b25b13468a4bdcade7e79a5523f8f9cf574f53cc4b950f23d8568f9d0f73f9&width=414)
El papa Francisco ha vuelto a sorprender. Su juventud fue la t¨ªpica de un muchacho de una familia cualquiera no muy acomodada que intentaba ayudar llevando algo de dinero a casa. Durante un tiempo, se dedic¨® a fregar los suelos de la f¨¢brica de medias donde su padre era contable y, entre los 14 y los 19 a?os, trabaj¨® en un laboratorio qu¨ªmico. Pero hasta ahora se desconoc¨ªa que el Pont¨ªfice, que dice querer ¡°una Iglesia pobre y para los pobres¡±, tambi¨¦n fue portero en una discoteca de su ciudad, Buenos Aires.
?l mismo cont¨® el curioso detalle ¡ªque ya circulaba sin confirmar en la Red¡ª a los fieles de la parroquia romana de San Cirilo Alejandrino, durante su visita el pasado domingo por la tarde. Despu¨¦s de haber celebrado la misa, como cuenta el diario de la Santa Sede L'Osservatore Romano, Jorge Mario Bergoglio se entretuvo charlando con algunos parroquianos a los que cont¨® que algunas experiencias juveniles se revelaron fundamentales para su posterior crecimiento en la fe. Como ser buttafuori, que literalmente indica al tipo de aire amenazador que muchos locales nocturnos contratan para echar a la calle a quien molesta. La sencillez de su vocabulario y de su trato escriben el en¨¦simo cap¨ªtulo del m¨¦todo Bergoglio: un pastor sin prisa ni presunci¨®n, que se preocupa por ¡°coger el olor de sus ovejas¡±.
El barrio que Francisco eligi¨® para impartir la misa es un barrio dif¨ªcil. Tor Sapienza se extiende en la zona este de la capital, encajado entre dos autopistas: popular, lleno de palazzos iguales y an¨®nimos como colmenas, apartado de las luces navide?as que adornan los monumentos m¨¢s c¨¦lebres de Roma. Un vecindario de inmigraci¨®n y alto desempleo, que, sin embargo, el domingo se prepar¨® como en un d¨ªa de fiesta, con pancartas, banderas y globos blancos y amarillos, los colores de la Santa Sede, para darle la bienvenida al Pont¨ªfice que quiere ¡°llevar la Iglesia a las periferias¡±.
Francisco no defraud¨® las expectativas. Se qued¨® cuatro horas, mucho m¨¢s tiempo del que fue necesario para celebrar la misa. Como sol¨ªa hacer cuando era arzobispo de Buenos Aires, habl¨® y escuch¨® detenidamente a fieles y vecinos: los enfermos, los ni?os que se preparan para recibir la primera Eucarist¨ªa, los padres de beb¨¦s reci¨¦n bautizados, el consejo pastoral de San Cirilo (una especie de gobierno de la parroquia) y familias que viven en pisos okupados y han fundado un colectivo que lucha por el derecho a la vivienda. ¡°Enseguida se entendi¨® que ser¨ªa una visita fuera de los esquemas dictados por el protocolo ¡ªescribe el peri¨®dico vaticano¡ª. En cuanto sali¨® del utilitario azul a bordo del cual lleg¨®, antes de entrar en el edificio parroquial, Francisco se par¨® a saludar a un grupo de fieles que llevaban un buen rato esper¨¢ndole, a pesar del viento fr¨ªo que barr¨ªa la ciudad¡±.
Durante el encuentro con los treinta representantes del Consejo pastoral, Francisco habl¨® de la importancia de las actividades que los templos llevan a cabo en sus barrios. ¡°La parroquia est¨¢ formada por los laicos que ayudan a toda la comunidad. El cura no es el due?o de la parroquia, es un servidor¡±, afirm¨®. Enseguida, el discurso de Tor Sapienza se transform¨® en un di¨¢logo abierto con los fieles que empezaron a plantear preguntas y a escuchar una ¡°especie de cuento biogr¨¢fico a trav¨¦s de peque?as im¨¢genes¡±, seg¨²n lo defini¨® L'Osservatore.
Bergoglio record¨® su bautizo en la Navidad de 1936, habl¨® de la vocaci¨®n descubierta gracias a un confesor desconocido ¡ª¡°se sabe que los mejores confesores son los curas desconocidos o los que est¨¢n sordos¡±, brome¨® seg¨²n el diario de la Santa Sede¡ª, transmiti¨® la emoci¨®n que sinti¨® el 4 de octubre frente a la tumba de San Francisco en As¨ªs y revel¨® haber rogado al Santo pobre tras el que ha sido nombrado ¡°la gracia de la sencillez para m¨ª y para la Iglesia¡±.
En este mismo ¡°interrogatorio¡± cercano y familiar, Francisco revel¨® el detalle a¨²n desconocido de su juventud: fue buttafuori y profesor de literatura y psicolog¨ªa. Las dos experiencias, toma nota L'Osservatore, le ayudaron en crecer en la fe. Le ayudaron a empatizar con las personas m¨¢s diversas. Antes de subirse al coche para volver a la muralla Leonina que blinda el Vaticano, apret¨® las manos de varios inmigrantes que buscan vivienda; levantaban una pancarta en la que se le¨ªa: ¡°Papa Francisco: ?no hay familia, si no hay casa!¡±
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