Clases sociales hereditarias
La mitad de los hijos de familias sin cualificaci¨®n repiten los escasos estudios de sus padres La falta de movilidad social es un problema cr¨®nico en Espa?a
Los hijos de los obreros y agricultores tienen pocas posibilidades de mejorar la posici¨®n social que tuvieron sus padres y, probablemente, sus abuelos. El 50% de ellos repetir¨¢n esas profesiones y solo un 25% llegar¨¢ a tener estudios superiores y elevar sus posibilidades vitales. Es una cadena que se repite en Espa?a desde los a?os sesenta: las familias que no tienen estudios no consiguen en general que sus hijos los tengan y prosperen. Y el sistema educativo tampoco parece que consiga compensar esa carencia. Los datos presentados ayer por la oficina estad¨ªstica europea (Eurostat) revelan que Espa?a ocupa el quinto lugar por la cola entre 28 pa¨ªses porque no alcanzan grandes progresos educativos en este campo. Sin embargo, los hijos que se cr¨ªan en familias con estudios medios consiguen conjurar ese determinismo social y Espa?a es la tercera, a la cabeza, con un 52% de licenciados.
El soci¨®logo Ildefonso Marqu¨¦s se refiere al efecto suelo: ¡°Cuando los padres vienen de lo m¨¢s bajo cualquier mejora calma sus aspiraciones. Por ejemplo, si es analfabeto se contenta con que su hijo sepa leer y escribir¡±. Y este profesor de la Universidad de Sevilla habla tambi¨¦n, en cambio, del efecto techo: ¡°Si un padre se doctor¨® en Medicina vive como un fracaso que su hijo se conforme con una carrera universitaria¡±. Pues en opini¨®n de Marqu¨¦s ¡°los deseos crecen a medida que est¨¢s m¨¢s cerca y el coste de oportunidad no es el mismo para todos¡±. Las clases bajas apremian muchas veces para que los estudiantes ayuden con un sueldo en casa ¡ªde ah¨ª la importancia de las becas compensatorias en la Universidad¡ª y no pueden permitirse que repitan varias veces. ¡°Las clases medias, en cambio, han hecho un gran esfuerzo por escalar socialmente y son conscientes de la importancia de los estudios y recursos culturales. No son licenciados, pero saben que es importante que sus hijos aprendan idiomas o vayan al conservatorio¡±.
Si un padre se doctor¨® en Medicina vive como un fracaso que su hijo se conforme con una carrera universitaria
Mucha gente en los sesenta hac¨ªa la rev¨¢lida a los 10 a?os y luego se quedaba en la escuela dos a?os m¨¢s en una especie de limbo. En los ochenta, eran legi¨®n los que abandonaban las aulas en EGB ¡ª entonces muy masificadas y faltas de profesores de apoyo¡ª y hoy, con una escolarizaci¨®n obligatoria hasta los 16, uno de cada cuatro ¡ªla mayor¨ªa de familias humildes¡ª deja el sistema sin el t¨ªtulo de secundaria.
Pero Rafel Feito, profesor de Sociolog¨ªa en la Complutense, considera que incluir en la muestra tomada por Eurostat a personas de 25 a?os hasta los 59 y hacer la media puede distorsionar los resultados. Si solo se tomaran datos de los m¨¢s j¨®venes, la estad¨ªstica ser¨ªan mejor. ¡°Hasta mediados de los ochenta no hubo escolarizaci¨®n hasta los 16 a?os¡±, recuerda. El n¨²mero de titulados universitarios entre 25 y 35 a?os ha pasado de 812.000 en 1991 a casi mill¨®n y medio de personas que est¨¢n estudiando en la actualidad, un 7,4% m¨¢s que hace cinco a?os. Aunque el nuevo presidente de los rectores, Manuel Jos¨¦ L¨®pez, alertaba en este diario sobre el riesgo de que los j¨®venes m¨¢s humildes renuncien a los estudios superiores por el aumento de tasas y el endurecimiento del acceso a las becas.
¡°Es un problema cr¨®nico del sistema educativo espa?ol. Se reproduce el efecto Mateo. Dar m¨¢s ventajas a los m¨¢s aventajados y menos a los desfavorecidos¡±, opina, pesimista, el soci¨®logo Xavier Mart¨ªnez Celorrio, que realiza estudios de movilidad social para a Fundaci¨®n Jaume Bofill. ¡°Los datos concuerdan con las cifras del informe Condiciones de vida 2011 del INE, aunque me resultan algo severos. No creo que pase de un 40% el porcentaje de los que se quedan en la escala social de sus padres¡±, prosigue. Mart¨ªnez Celorrio, de la Universidad de Barcelona, opina que el sistema educativo falla. ¡°Hemos calculado que en Catalu?a solo el 27% de los ni?os de menos de 16 a?os de familias humildes reciben ayudas de libros de texto o comedor. Y es err¨®nea la pol¨ªtica de becas. No se trata solo de dar dinero y, adem¨¢s, meses m¨¢s tarde. Hay que hacer un seguimiento de las familias. Falta aspiraci¨®n de llegar a la Universidad en los hogares pobres¡±.
Falta aspiraci¨®n de llegar a la Universidad en los hogares pobres
En contra de lo que ocurre en Espa?a, llama la atenci¨®n la poca movilidad dentro de familias con estudios medios en Alemania y otros pa¨ªses de centro de Europa. ¡°Eso creo que se debe a que tienen una FP muy fuerte. A partir de los 10 a?os separan a los ni?os pero mientras cursan esos estudios reciben un salario y hacen pr¨¢cticas en un tejido industrial que aqu¨ª no existe¡±, razona Feito, que aboga por seguir apostando por la FP de grado superior (se accede despu¨¦s del bachillerato) o la universitaria, la ¨²nica que, en su opini¨®n, garantiza dominar las destrezas (aprender a aprender, trabajar en equipo, comunicarse). Una mejor preparaci¨®n no es sin¨®nimo de ascenso social. En Espa?a muchos titulados tienen un trabajo para el que est¨¢n sobrecualificados o reciben un sueldo muy por debajo del empleo que desempe?an. ¡°Muchos graduados de familias humildes no pueden hacer valer su t¨ªtulo porque media el origen social¡±, asegura Marqu¨¦s. ¡°No solo porque influya la red de contactos de tus padres para encontrar trabajo. Tambi¨¦n porque muchas empresas buscan un perfil sociocultural determinado y hay diferencias en habilidades no cognitivas. En las entrevistas se entiende que la motivaci¨®n, el sentido de jerarqu¨ªa o incluso la limpieza est¨¢n asociados a clases medias y altas¡±.
La pertenencia a una clase social influye tambi¨¦n en el mileurismo, pero sobre todo el g¨¦nero, seg¨²n un estudio de Jos¨¦ Saturnino Mart¨ªnez, soci¨®logo de La Laguna. Sus datos reflejan que lo son, de media, el 26,1% de los varones, pero un 42,3% en la clase m¨¢s deprimida. Mientras que son mileuristas el 44,1% de las mujeres, pero si tienen un origen pobre el porcentaje asciende a un 53,6%.
¡°Hace tiempo que se demostr¨® que en Estados Unidos no hay mayor ascenso social. Si quieres vivir el sue?o americano vete a Dinamarca¡±, ironiza Feito. En el pa¨ªs n¨®rdico, las guarder¨ªas son gratuitas para frenar la desigualdad antes de la primaria y los alumnos pobres acuden a clase en barrios privilegiados para que se impregnen de sus ventajas.
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