El ingl¨¦s, nuevo lat¨ªn de la universidad europea
Bruselas propone impartir en la lengua franca clases en los campus para seducir a los extranjeros En 2030 se habr¨¢n cuadruplicado los estudiantes en el mundo El mercado laboral presiona
En la Edad Media, las universidades de Europa compart¨ªan sabidur¨ªa y el lat¨ªn como veh¨ªculo. En la Europa de 27 nadie quiere renunciar a su idioma pero, de facto, el ingl¨¦s es la lengua de la ciencia y el conocimiento. Los profesores publican y se comunican en esta lengua con sus colegas internacionales, pero siguen dando clase en su idioma. La presi¨®n del mercado laboral ha hecho que cada vez se oferten m¨¢s grados en ingl¨¦s y la tendencia parece imparable. Pero ?hasta d¨®nde? ¡°No desde?emos otras lenguas. Solo hay que ver el inter¨¦s que muestra China por conocerlas¡±, insiste Sonia Peressinni, especialista en pol¨ªtica multiling¨¹¨ªstica de la Comisi¨®n.
Bruselas es muy consciente de que se juega mucho y en un documento de apenas 15 p¨¢ginas perfila la que debe ser la estrategia com¨²n de los pa¨ªses miembros. Entre otras cosas, aboga por el dominio del ingl¨¦s como ¡°parte de la internacionalizaci¨®n¡±. Y para ello propone que se oferten cursos en este idioma (en especial en posgrado). Aunque asegura que el multiling¨¹ismo es uno de los principales activos de Europa, muy valorado por los estudiantes, por lo que hay que animar a que estudien la lengua local, aunque estudien en ingl¨¦s.
Algunas cifras
Extranjeros matriculados en universidades espa?olas en 2011-2012: 73.076.
Representaban un 4,2% en grado y un 17,6 en posgrado.
Encabezaron la lista los comunitarios (38%), seguidos de sudamericanos (34%), norteafricanos (8%), no comunitarios (8%) o asi¨¢ticos y oce¨¢nicos (6%).
Cada a?o crece un 7% la movilidad de estudiantes por el mundo.
Australia, Nueva Zelanda y Rusia suben puestos como destino preferido.
E Reino Unido, Francia y Alemania concentran el 63% de los alumnos de fuera de la Uni¨®n Europea.
El espa?ol es el segundo idioma del mundo por n¨²mero de hablantes (490 millones entre lengua nativa, segunda y extranjera) y en comunicaci¨®n internacional.
La Oficina del Censo de Estados Unidos estima que los hispanos ser¨¢n 132,8 millones en 2050, casi el triple que en la actualidad. Eso supondr¨¢ el 30% de la poblaci¨®n.
De entrada nadie quiere minusvalorar las lenguas minoritarias, pero el pastel a repartir es cada vez m¨¢s suculento y una de las claves podr¨ªa estar en el uso del ingl¨¦s. Este curso hay 99 millones de universitarios en el mundo y las previsiones hablan de un crecimiento exponencial hasta los 414 millones en 2030, por el aumento de la demanda de China, Brasil e India. El 45% de los universitarios que estudian en otro pa¨ªs que no es el suyo se decantan por Europa. Son ahora cuatro millones y Bruselas considera que a finales de la d¨¦cada podr¨ªan ser siete millones, pero en feroz competencia con Asia, Oriente Pr¨®ximo y Latinoam¨¦rica, donde la calidad de los centros no deja de crecer.
Pero no hay que olvidar que en ese 2030 se calcula que el 7,5% de la poblaci¨®n mundial ser¨¢ hispanohablante (535 millones), por encima del ruso (2,2%), del franc¨¦s (1,4%) y del alem¨¢n (1,2%). Solo el chino superar¨¢ al espa?ol como grupo de hablantes de dominio nativo. Seg¨²n el EFMD (European Foundation for Mangement Developement) los alumnos tienen en cuenta el idioma (37,5%), el atractivo cultural (21,7%) y la reputaci¨®n del pa¨ªs (21,7%).
¡°Hay 1.000 millones de alumnos de ingl¨¦s en el mundo. Diez millones de profesores. Se imparte en esta lengua a entre 20 y 50 millones de personas¡±, cuantifica John Knagg, director de investigaci¨®n del British Council. ¡°El ingl¨¦s pertenece a todos. No solo a Reino Unido. Pero ense?ar en este idioma en otros pa¨ªses entra?a riesgos. Hay que tener en cuenta el contexto. Pedag¨®gicamente puede pasar factura, como ocurri¨® en ?frica¡±. Aunque para Knagg hay una ventaja: ¡°se puede simplificar sin que se pierda el significado¡±.
La Universidad de Alcal¨¢ de Henares es un buen ejemplo de equilibrio de fuerzas. No ha hecho ascos al empuje del ingl¨¦s ¡ªnueve de sus grados se imparten tambi¨¦n en esta lengua¡ª, pero tambi¨¦n de defensa del espa?ol. Por algo es la casa madre del Instituto Cervantes y recibe 6.000 estudiantes de espa?ol al a?o. El ingl¨¦s atrae a sus alumnos de ingenier¨ªas, pero menos a los de Medicina ¡ªdominan el idioma, pero pasan muchas horas en los hospitales hablando espa?ol¡ª y no cuenta con el respaldo de los profesores de Humanidades, donde el dominio del lenguaje importa m¨¢s. ?D¨®nde est¨¢ el tope? ¡°Puede que las universidades privadas terminen impartiendo todo en ingl¨¦s. Desde luego en las p¨²blicas no va a pasar. No ser¨ªa lo deseable. Tenemos una lengua con tir¨®n que hay que valorar y potenciar¡±, cuenta el rector de Alcal¨¢, Fernando Galv¨¢n. Los profesores de Alcal¨¢ dispuestos a dar su clase en ingl¨¦s se someten a una prueba del British Council para demostrar que tienen el nivel suficiente y se celebran reuniones semanales de estos docentes por asignaturas para consultarse las dudas.
El rector comparti¨® estos d¨ªas la experiencia de su antigua instituci¨®n con 40 expertos en internacionalizaci¨®n universitaria, reunidos por el British en Segovia para debatir sobre el futuro del ingl¨¦s en las aulas. El British, junto a la Universidad de Oxford, ha creado un programa para ense?ar a los profesores a impartir clase en ingl¨¦s. No basta con dominar la lengua, hay que saber c¨®mo interactuar con los alumnos para hacer unas clases m¨¢s din¨¢micas.
La IE University es un ejemplo de centro privado con docencia en ingl¨¦s de los que alude Galv¨¢n. Naci¨® a partir de su escuela de negocios y desde sus inicios hace seis a?os es su herramienta de comunicaci¨®n entre sus 1.100 estudiantes de 80 nacionalidades. ¡°No hay que dejarse llevar por el orgullo patrio. El ingl¨¦s es la lengua franca. No hace falta que los grados sean todos en ingl¨¦s. Puede incluirse el espa?ol de forma gradual¡±, razona su presidente, Santiago ??iguez. ¡°Nuestros alumnos extranjeros, aunque estudien en ingl¨¦s, aprenden el espa?ol en el contacto con la calle. Se crea un v¨ªnculo de fidelidad que les hace volver a nuestro pa¨ªs y crear sus propios negocios¡±, prosigue.
Estados Unidos, Reino Unido y Australia son los destinos preferidos por los estudiantes que cambian de pa¨ªs para estudiar, e ??iguez est¨¢ convencido de que Espa?a podr¨ªa estar en el top si se les facilitase el acceso. ¡°La educaci¨®n universitaria puede ser la cuarta fuente de divisas, como lo es en Francia. La calidad de nuestras universidades es alta, es un destino atractivo por el estilo de vida y el clima y tiene una gran riqueza cultural¡±, enumera. El IE, ya en la ¨¦lite de las escuelas de negocios, no teme la competencia y aspira a que la oferta aumente y sea polo de atracci¨®n internacional. Toma de referencia la zona de Boston, en Estados Unidos, donde se concentran en un ¨¢rea peque?a las prestigiosas Harvard, Yale y el MIT. Los datos de los vecinos hablan solos. Reino Unido ingres¨® 9.800 millones de euros de la educaci¨®n superior en 2010, y Australia 10.400 millones.
Joaqu¨ªn Guerra, vicerrector de relaciones internacionales del Tecnol¨®gico de Monterrey (M¨¦xico), apuesta tambi¨¦n por el ingl¨¦s, pero no descuida que el espa?ol es un reclamo a exprimir: ¡°Los extranjeros buscan la experiencia mexicana, atrae mucho nuestra cultura¡±. Guerra recuerda que la minor¨ªa ¨¦tnica mayoritaria en Estados Unidos es la hispana y va a seguir creciendo en importancia. ¡°Hacer negocios en la lengua local es m¨¢s sencillo y m¨¢s humano y los intereses en Hispanoam¨¦rica de las empresas internacionales son cada vez mayores¡±. El 43% de los alumnos del TEC tiene una experiencia de movilidad y su intenci¨®n es llegar al 75% en tres a?os.
El ingl¨¦s es un instrumento muy ¨²til, pero su uso no puede convertirse en una obsesi¨®n. ¡°Nosotros somos frontera de Rusia y Alemania y nos interesa much¨ªsimo hablar sus idiomas, porque nos visitan y hacen negocios. Por eso no todas las universidades tiene que enfocarse hacia el ingl¨¦s¡±, razona Jolanta Urbanikowa, encargada del proceso de Bolonia en la Universidad de Varsovia. Alrededor de un 2% de sus alumnos son descendientes de los polacos que emigraron a Estados Unidos o Canad¨¢ en los siglos XIX y XX y que vuelven por razones sentimentales a su pa¨ªs de origen. ¡°Son una minor¨ªa, pero no despreciable y tienen que estudiar en ingl¨¦s¡±.
La implantaci¨®n de la metodolog¨ªa del British ha arrancado con un proyecto piloto en Austria, Polonia e Italia. En la Universidad de Varsovia los profesores voluntarios ¡ªtodos de f¨ªsicas y qu¨ªmicas¡ª asistieron a un curso de cinco d¨ªas intensivo (ocho horas diarias). ¡°No se trataba de aprender ingl¨¦s, sino de aprender a hacer frente en ingl¨¦s a las muchas dudas de alumnos no nativos que reciben clase de profesores que tampoco lo son¡±, explica Urbanikowa.
En la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona el ingl¨¦s est¨¢ presente en el grado ¡ªtodos los estudiantes tienen que cursar 30 cr¨¦ditos en esta lengua¡ª y ello permite que los contratados posdoctorales extranjeros puedan actuar de profesores tambi¨¦n en estos cursos durante los dos a?os, no solo en m¨¢steres como ocurre en muchas facultades. ¡°Queremos internacionalizarnos y crecer sobre todo el posgrado. Pero no sobredimensionarnos porque entra?a riesgos. Nos movemos por los 12.000 y lo deseable es no pasar de los 15.000¡±, se?ala Pelegr¨ª Viader, profesor de Econ¨®micas. Imparte clase en ingl¨¦s y es un firme defensor: ¡°Es evidente que el mercado laboral tiene en cuenta tres cosas: el ingl¨¦s, la inform¨¢tica entre comillas ¡ªpoder manejarse con un Excel¡ª y las ganas de liderazgo¡±. Viader se alegra de que la Pompeu disponga ya de un plan de ¡°seguridad ling¨¹¨ªstica¡± por el cual los alumnos extranjeros saben desde el principio en qu¨¦ idioma va a ser la docencia. De esta forma, se evitan los malentendidos que se repet¨ªan hace ocho a?os. Como en el resto de Espa?a, hay presi¨®n para que se oferten grados de econom¨ªa en ingl¨¦s (tienen grupos enteros en este campo), pero en sus grados de Biolog¨ªa Humana y Medicina apenas son algunas asignaturas y lo mismo en Humanidades, ¡°porque tampoco lo demanda el mercado de trabajo, son unos puestos m¨¢s locales¡±.
Lo que es innegable es que el ingl¨¦s es la lengua de las revistas cient¨ªficas y las publicaciones y a algunos profesores les descoloca que el material de clase sea en un idioma y se imparta en otro.
Con el uso del ingl¨¦s la pol¨¦mica est¨¢ servida. En Finlandia ¡ªdonde todo el mundo domina esta lengua¡ª el problema es el inverso. Hay extranjeros que querr¨ªan asistir a las clases en fin¨¦s o sueco, no en ingl¨¦s, porque alegan tener luego problemas para encontrar trabajo. Educaci¨®n, en cambio, no est¨¢ dispuesta por la complejidad de los idiomas escandinavos.
Un tribunal sentenci¨® este a?o que el Polit¨¦cnico de Mil¨¢n no pod¨ªa impartir clase ¨²nicamente en ingl¨¦s, porque discrimina a los estudiantes italianos. As¨ª que ofrece las dos opciones. ¡°Ingl¨¦s salvo en el caso de Dise?o. Es un grado muy prestigioso y demandado y los extranjeros hacen el esfuerzo de aprender italiano para poder matricularse¡±, cuenta el vicerector Alessandro Balducci. Otras universidades p¨²blicas italianas como Udine pretend¨ªan tambi¨¦n apostar tan fuerte por el ingl¨¦s.
?que aprendan ingl¨¦s es tarea de las universidades?
En Francia, tan garantes de lo propio, la pasada primavera el peri¨®dico Lib¨¦ration titul¨® con sorna su portada en ingl¨¦s: Let¡¯s do it (hag¨¢moslo). Y en su subt¨ªtulo, en el mismo idioma, informaba: ¡°Ma?ana la Asamblea Nacional va a discutir la propuesta del Gobierno de impartir algunas clases en ingl¨¦s en las universidades francesas. La controversia se propaga¡±. La Academie Fran?aise tambi¨¦n puso el grito en el cielo en un manifiesto: ¡°Deseamos llamar la atenci¨®n sobre los da?os que una medida que se presenta como de aplicaci¨®n t¨¦cnica y que en realidad favorece una marginalizaci¨®n de nuestra lengua¡±. De poco sirvieron las palabras de la ministra socialista Genevi¨¨ve Fioraso, impulsora de la ley: ¡°La mejor arma de la francofon¨ªa es a veces, parad¨®jicamente, impartir los cursos en ingl¨¦s¡±.
Una posici¨®n que muchos no entienden. ¡°En realidad no es algo nuevo. Sali¨® el tema por la idea de legislar con una ley, pero hace a?os que se ense?a en ingl¨¦s¡±, se extra?a Divya Brochier, de la ?cole Central de Par¨ªs. ¡°Desde hace 10 a?os apostamos por el multiling¨¹ismo. Nuestro objetivo es que sean el 50% de los cursos, ahora son el 40%¡±, relata Aur¨¦lien Krejbich, de la elitista escuela de Science-Po.
El mercado laboral demanda j¨®venes capaces de hablar ingl¨¦s, ?pero que aprendan es tarea de las universidades? ?Los docentes son tambi¨¦n profesores de esta lengua? La implantaci¨®n cada vez mayor de programas biling¨¹es en Espa?a amainar¨¢ este debate en poco tiempo. ¡°Hay veces que no se puede dar clase en ingl¨¦s. Nuestros alumnos lo hablan bien, pero en primero de f¨ªsicas o qu¨ªmicas tienes que aprender unas bases complicadas y tenemos que estar seguros de que lo entienden¡±, indica Mari-Anna Suurmunne, de la Universidad de Aalto (Finlandia).
Las primeras hornadas de alumnos formados con un plan biling¨¹e en ingl¨¦s en la ense?anza p¨²blica llegar¨¢n pronto a las facultades. Ya no habr¨¢ presi¨®n del mercado porque aprendan la lengua de Shakespeare. Est¨¢ por ver si la atracci¨®n de talento extranjero es suficientemente fuerte como para cambiar del todo las reglas del juego.
Las armas de 500 millones de hispanoparlantes
"La medida tiene muchos perfiles. Yo no tengo una bola de cristal para saber qu¨¦ es bueno, pero en principio no est¨¢ demostrado que impartir las clases en ingl¨¦s ayude a atraer talento", sostiene el miembro de la Real Academia Espa?ola Salvador Guti¨¦rrez Ord¨®?ez. "La Uni¨®n Europea lo que ten¨ªa que favorecer es el estudio de las lenguas mayoritarias: franc¨¦s, italiano, espa?ol y alem¨¢n. No hacer recomendaciones, sino dejar libre el mercado", prosigue el catedr¨¢tico de Ling¨¹¨ªstica de la Universidad de Le¨®n. En esta universidad se ofertan asignaturas en ingl¨¦s en las carreras de Magisterio, Finanzas y varias ingenier¨ªas.
Guti¨¦rrez Ord¨®?ez considera que los profesores extranjeros deber¨ªan espabilar para dar clase en espa?ol, la segunda lengua del mundo por n¨²mero de hablantes (500 millones) y segunda de comunicaci¨®n internacional. "Como hacen los espa?oles cuando van a Inglaterra. Somos la segunda lengua del mundo", recuerda el acad¨¦mico. Esta defensa de lo propio la hace tambi¨¦n la Academie francesa.
"Las instituciones tienen un papel de statu quo obsoleto. Admiro mucho a la RAE, pero los ingleses tienen una ventaja y es que no tienen una academia. Abusan de la lengua y hay fallos, pero al final es la lengua vehicular que todos usamos", opina Santiago ??iguez, presidente de IE University.
Seg¨²n el Anuario 2012 del Instituto Cervantes, actualmente 18 millones de personas estudian espa?ol como lengua extranjera. Sus centros registran un crecimiento anual del 8% en el n¨²mero de matr¨ªculas. El Gobierno de Brasil, por ejemplo, estima que el pa¨ªs contar¨¢ con unos 30 millones de personas que hablar¨¢n espa?ol como segunda lengua en tan solo una d¨¦cada.
La segunda m¨¢s hablada pero retrasada como lengua cient¨ªfica. Actualmente, el n¨²mero de revistas en espa?ol de la base de datos del ISSN constituye el 5% del total, un 115% m¨¢s que hace dos a?os.
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