¡°Los galeristas ya solo aspiramos a sobrevivir¡±

El nombre de Miguel Fern¨¢ndez-Braso (Villanueva del Arzobispo, Ja¨¦n, 1940) est¨¢ ligado a la cultura espa?ola desde mediados de la d¨¦cada de los cincuenta, poco tiempo despu¨¦s de trasladarse con su familia a Madrid para, como tantos entonces, buscar una vida mejor. Hijo de una familia de clase media venida a menos, el lat¨ªn que durante tres a?os aprendi¨® en el seminario le sirvi¨® para sobrevivir en los primeros tiempos hart¨¢ndose de dar clases particulares. Pero muy pronto, el joven que a los 20 a?os no hab¨ªa entrado jam¨¢s en una galer¨ªa de arte, empez¨® a meter el pie en el mundo cultural a trav¨¦s del periodismo y de los art¨ªculos y entrevistas que le publicaban en las p¨¢ginas del diario Pueblo y Abc.

Sentado en la cafeter¨ªa de un hotel pr¨®ximo a la galer¨ªa que lleva su nombre, recuerda que en aquellos a?os de censura, las secciones de cultura eran un mundo aparte. ¡°Yo creo que los censores no las le¨ªan porque los artistas no reprim¨ªan mucho lo que pensaban¡±. Puede que fuera la proximidad con la creaci¨®n m¨¢s rompedora de aquellos a?os (los artistas de El Paso y afines) la que le animara a montar su primer negocio, en 1971. Fue la librer¨ªa-galer¨ªa Rayuela, en la calle Tudor de Madrid, un lugar de peregrinaci¨®n para los progres de la ¨¦poca. Pocos a?os despu¨¦s, en 1975, cre¨® Guadalimar, una revista bimestral dedicada a las artes pl¨¢sticas que se convirti¨® en la ¨²nica manera de conocer a artistas como Palazuelo, Saura, Sempere, Mart¨ªn Chirino o T¨¤pies.

La revista dur¨® 27 a?os y le trajo muchas alegr¨ªas y m¨¢s de un disgusto, como el secuestro del n¨²mero 10, por la inclusi¨®n de un dosier sobre erotismo, arte y pol¨ªtica. ¡°Lo peor fue que la retirada de aquel n¨²mero nos hizo entrar en unas p¨¦rdidas que arrastramos hasta que la revista dej¨® de publicarse. El esc¨¢ndalo fue porque inclu¨ªamos las fotograf¨ªas de Marisol desnuda de cintura para arriba, ya publicadas en Intervi¨², algo que ven los ni?os peque?os y no se sorprenden¡±.

Pero aunque la revista dejara de publicarse, su actividad sigui¨® unida al arte a trav¨¦s de la galer¨ªa Juan Gris y despu¨¦s, de Fern¨¢ndez-Brasso. Bajo el sello de Guadalimar ha seguido editando libros. El ¨²ltimo, Memoria menor, est¨¢ escrito por ¨¦l y salda una cuenta pendiente consigo mismo. Son las memorias de su infancia, de sus primeros 10 a?os de vida, contadas a su hermano Jos¨¦ Luis, un ni?o que muri¨® con solo 14 meses porque entonces la penicilina no llegaba a tiempo a los pueblos como en el que ellos viv¨ªan. Es un homenaje al hermano y una descripci¨®n sin pa?os calientes de la Espa?a de posguerra en un peque?o pueblo de Andaluc¨ªa. ¡°Al escribir me he quitado una losa que me oprim¨ªa. Otros van al psiquiatra, yo he preferido hurgar en mis recuerdos de manera implacable¡±.

Pese a todo lo vivido y a las dificultades sorteadas, Fern¨¢ndez-Braso est¨¢ muy preocupado por la voracidad de esta crisis que est¨¢ acabando con tantas cosas. ¡°Yo he vivido tres crisis. La de los noventa fue salvaje, pero breve en el tiempo. La de ahora ya dura demasiado y no se ve el final. Como en las dem¨¢s galer¨ªas, en la nuestra apenas se vende. La subida del IVA al 21% el a?o pasado fue la puntilla. Han dejado a Espa?a fuera del mercado internacional. Ya no aspiramos a ganar, sino a sobrevivir¡±. Una vez m¨¢s.