?Periodismo, neutro o activista?
Las nuevas tecnolog¨ªas cambian el paso. Los profesionales se debaten entre hacer informaci¨®n as¨¦ptica o aderezada con opini¨®n
Pocos minutos despu¨¦s de que el tren Alvia descarrilara cerca de Santiago de Compostela comenzaron a circular por todos los medios im¨¢genes de la tragedia captadas por los vecinos de Anglois. La televisi¨®n estatal tard¨® en llegar al lugar del accidente una eternidad, para desesperaci¨®n de los espectadores. Pero ese vac¨ªo lo cubrieron personas an¨®nimas armadas con un dispositivo m¨®vil. Las nuevas tecnolog¨ªas han generado la idea de que cualquier ciudadano con un tel¨¦fono inteligente en la mano, puede ser periodista. ?Cualquiera?
Nadie duda de las virtudes que entra?a esta forma de acceder a la informaci¨®n. Es inmediata, r¨¢pida y capaz de burlar las censuras m¨¢s f¨¦rreas. Pero acarrea riesgos. No hay posibilidad de verificar las fuentes, la informaci¨®n no viene avalada y abre el camino a la insolvencia y a la intoxicaci¨®n. Los mensajes que cuelgan en las redes sociales circulan a toda velocidad, aunque a menudo proceden de identidades equ¨ªvocas o directamente enga?osas. El periodismo ciudadano es como el coche de carreras ¡°que va a toda velocidad, cruza la meta el primero, pero se estrella contra la barrera al final de la pista¡±, reflexionaba un periodista de la BBC.
La tecnolog¨ªa tiene ventajas, s¨ª... pero hay lagunas que no es capaz de cubrir. Las informaciones que fluyen desde los tel¨¦fonos m¨®viles no explican ni analizan ni contextualizan. Para eso est¨¢n los medios profesionales. En el nuevo escenario medi¨¢tico, ?cu¨¢l es su papel? Los expertos han abierto un debate sobre si el periodismo debe ser as¨¦ptico, limitarse a contar los hechos sin adornos ni aderezos ideol¨®gicos, o si ha de ali?arlos con las propias ideas pol¨ªticas. ?Debe ser sin partidismos o ha de tomar partido? Bill Keller, un reputado columnista del diario estadounidense The New York Times, y Glenn Greenwald, exreportero del brit¨¢nico The Guardian en cuyas p¨¢ginas destap¨® el esc¨¢ndalo del espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional de EE UU (el llamado caso Snowden), se han enzarzado en un cruce de opiniones sobre el oficio. El primero se inclina por el periodismo ¡°imparcial¡± que deja para las p¨¢ginas de opini¨®n la defensa de posiciones ideol¨®gicas. El segundo define que los seres humanos no son m¨¢quinas impulsadas por la objetividad y que verter ¡°opiniones subjetivas¡± no impide el buen periodismo. Greenwald acaba de ser fichado por el fundador de eBay, Pierre Omidyar, para lanzar una nueva cabecera online a la que en principio ha destinado 250 millones de d¨®lares (182 millones de euros). En lugar de imparcialidad, algunos creen que el periodismo contempor¨¢neo lo que tiene que ofrecer es transparencia. Otros piensan que no debe influir en las creencias ideol¨®gicas de los lectores, pero s¨ª ha de darles la informaci¨®n necesaria para que configuren sus propias opiniones pol¨ªticas. Es la encrucijada en la que la profesi¨®n se debate. Un d¨¦dalo con m¨²ltiples salidas.
¡°?Queremos noticias planas como las instrucciones de una lavadora?¡±
¡°Los valores period¨ªsticos de la veracidad y la credibilidad siguen siendo valores de la profesi¨®n hoy, en la medida en que la informaci¨®n de actualidad ¡ªinvestigar, difundir y poder acceder a ella¡ª se mueve en esas coordenadas¡±, explica Ana Azurmendi, profesora de Derecho de la Comunicaci¨®n de la Universidad de Navarra. No obstante, considera que resulta dif¨ªcil encontrar una noticia as¨¦ptica en la que no haya ning¨²n indicio del estilo, los puntos de vista o las preferencias del periodista. ¡°Las im¨¢genes que acompa?an una cr¨®nica, los hechos que se seleccionan en ella, su secuencia, la manera de contar, son el rastro personal-subjetivo de quien relata, pero ?puede evitarse el rastro personal? ?Queremos noticias planas como las instrucciones de uso de una lavadora? ?Contradice esto la veracidad de la informaci¨®n? Yo creo que no¡±, afirma.
En EE UU est¨¢ afianzada la percepci¨®n de que el periodismo tiene color pol¨ªtico. Desde el Instituto para la Innovaci¨®n Period¨ªstica, Ignacio Muro recuerda el enfrentamiento entre la Casa Blanca y la cadena Fox News, particularmente hostil hacia la Administraci¨®n de Obama. El jefe de Gabinete del presidente hab¨ªa tenido sus encontronazos con la televisi¨®n de News Corp., el emporio del magnate Rupert Murdoch. ¡°La Casa Blanca le dijo a la cadena que ya no la consideraba un medio sino una marca ideol¨®gica. La Fox hab¨ªa dejado de ser un intermediario para actuar como un actor pol¨ªtico de primer nivel¡±, apunta Muro, que a trav¨¦s del instituto 2IP (fundaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro) impulsa un proyecto para fomentar iniciativas informativas de la mano de la Universidad Internacional de La Rioja.
Es raro en Espa?a que los medios se declaren militantes. No tiene buena prensa. Elena Real, vicedecana de la facultad de Ciencias de la Informaci¨®n de la Complutense, fija los l¨ªmites: ¡°El periodista y el periodismo solo pueden ser militantes en lo que concierne a los derechos humanos. Lo dem¨¢s sobra. Obviamente, en g¨¦neros como la opini¨®n, uno puede ya retratarse ideol¨®gicamente, sin faltar al respeto ni mentir sobre lo que conocemos. En la informaci¨®n, jam¨¢s¡±. Eso ser¨ªa, opina, ¡°una adulteraci¨®n del periodismo totalmente inaceptable¡±. Pura propaganda.
Los ciudadanos cubren las lagunas que dejan los medios tradicionales
Contundente es tambi¨¦n el director de la Fundaci¨®n Valsa¨ªn, ?lvaro Gil-Robles, seg¨²n el cual el periodista no puede ser dominado por la ideolog¨ªa, ¡°sino solo por la b¨²squeda de la verdad, aunque sea inc¨®moda para su propio medio, o la solidez de sus propias convicciones. Debe ser militante solo de su independencia y de la objetividad de la informaci¨®n. No debe orientar la noticia; solo contrastarla y darla¡±, argumenta. Y a?ade que si no se quiere depender de gargantas profundas o de filtraciones ¡ª¡°en ning¨²n caso inocentes¡±¡ª se debe investigar por los propios medios y eso exige, escapar de los teletipos de agencia, de las tertulias, e investigar a fondo, lo que conlleva la necesidad de que la empresa dote de medios materiales y econ¨®micos para tal trabajo. ¡°El resultado ser¨¢ algo serio y cre¨ªble, porque habr¨¢ sido suficientemente investigado y contrastado¡±, considera Gil-Robles. Paralelamente, agrega, existe un periodismo de an¨¢lisis y formaci¨®n de opini¨®n a trav¨¦s de, por ejemplo, los cl¨¢sicos editoriales. ¡°Es otro aspecto, distinto, pero no menos importante, pues ah¨ª pueden jugar otros intereses que no son los de la pura informaci¨®n y se conectan con las vinculaciones del medio con otros sectores del que depende su propia existencia y financiaci¨®n¡±.
Cuando se exige un periodismo combativo o reivindicativo ?se refiere a todo tipo de acontecimientos?, se pregunta la profesora Ana Azurmendi. En su opini¨®n, hay sucesos que no dejan espacio para ese tipo de periodismo: el Premio Cervantes de Elena Poniatowska (incluso aunque ella haya sido reivindicativa), la noticia de que Google ofrece tarjetas de cr¨¦dito, o de que Bezos compre The Washington Post, o un terremoto de 2,5 en la escala de Richter en Pamplona. ¡°Hay otros¡±, matiza, ¡°que no pueden ir m¨¢s que con reivindicaci¨®n incorporada: violencia de g¨¦nero, huelga de basuras, corrupci¨®n pol¨ªtica¡±. De ah¨ª que se lancen otras preguntas: ?No ser¨¢ m¨¢s una cuesti¨®n de tipos de acontecimientos que de tipos de periodismo?, ?de verdad depende tanto de que la noticia se elabore en un blog o en una gran redacci¨®n? ¡°Yo creo que no¡±, manifiesta Azurmendi. A?ade que la credibilidad de un medio period¨ªstico es un sello de calidad que no se obtiene por una inspecci¨®n de la FAPE o por una campa?a de marketing. ¡°Es el resultado de un recorrido de a?os de un buen trabajo, un reconocimiento de los ciudadanos que conf¨ªan en ese medio como fuente de informaci¨®n de actualidad¡±.
¡°Los peri¨®dicos se reducir¨¢n a las ¨¦lites sociales¡±, apunta
Y nada diferencia que las noticias se lean en un medio impreso o fluyan por Internet. ¡°Podemos ver, escuchar, leer muchos contenidos escritos por cientos de miles de personas en todos los idiomas y en todo tipo de formatos ¡ªblogs, redes sociales, webs de documentaci¨®n, medios de comunicaci¨®n digitales o convencionales que tienen su edici¨®n online¡ª, pero fuentes a las que demos credibilidad son habitualmente pocas, y tambi¨¦n habitualmente coinciden con la versi¨®n online de medios convencionales¡±, expone Azurmendi.
Los cambios en la manera de informar no solo tienen que ver con el soporte tecnol¨®gico en el que se sustancian las noticias. Tambi¨¦n se est¨¢n registrando mutaciones en los g¨¦neros period¨ªsticos. El decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicaci¨®n de la Universidad San Pablo CEU, Jos¨¦ Francisco Serrano, observa que la clave del periodismo no es la objetividad, porque en un futuro, la profesi¨®n no deber¨¢ estar ¡°tan obsesionada por la objetividad, sino por la intencionalidad. Deber¨¢ responder al sentido de las cosas, de lo que hacen las personas¡±. Serrano percibe que est¨¢n caducando algunas de las categor¨ªas del periodismo: la objetividad, la generaci¨®n de la informaci¨®n o de la opini¨®n. Y est¨¢n naciendo otras nuevas: la argumentaci¨®n, la especializaci¨®n de la informaci¨®n o de la opini¨®n. ¡°Los g¨¦neros de informaci¨®n se convierten en g¨¦neros de an¨¢lisis; se impone el periodismo de precisi¨®n o de investigaci¨®n¡±, sostiene.
Matiza el decano que hemos pasado de los medios de masas a la masa de los medios. ¡°Internet ha alterado los modelos cl¨¢sicos de comunicaci¨®n. Pero no ha irrumpido como una fuerza destructora sino constructora. Es una herramienta de metamorfosis. A lo largo de la historia ha habido medios abandonados, como el fax o el t¨¦lex. Lo que parece claro es que los medios tradicionales se convertir¨¢n en medios especializados y los peri¨®dicos se reducir¨¢n a las ¨¦lites sociales y estar¨¢n muy relacionados con la educaci¨®n. Sabemos lo que se va a transformar, pero no sabemos en qu¨¦¡±.
Nadie duda de que el oficio de informar ha cambiado radicalmente en los ¨²ltimos a?os y no son pocos los que creen que est¨¢ obligado a reinventarse. La prensa no es el ¨²nico sector preocupado por el universo digital, como apunta Jos¨¦ Mar¨ªa Moreno, primer ejecutivo del International Institute for Media Development (IIMD). Pero con rotundidad afirma que no hay que tener miedo al cambio. Ejemplos hay infinitos: las aerol¨ªneas de bajo coste, las empresas de transporte mar¨ªtimo, la industria del autom¨®vil, las m¨¢quinas de afeitar desechables... Parafraseando a Darwin, Moreno es contundente: ¡°No es el m¨¢s fuerte ni el m¨¢s inteligente el que sobrevive, sino el m¨¢s adaptable al cambio¡±.
Muchos defienden que el oficio est¨¢ obligado a reinventarse
En este proceso de transformaci¨®n, el periodista y profesor universitario Obdulio Mart¨ªn Bernal, que preside la comisi¨®n delegada del Instituto 2IP, considera que los medios han perdido la capacidad de intermediaci¨®n, un fen¨®meno que hace que surjan ¡°peri¨®dicos de trinchera¡±. Augura que el ejercicio del oficio se encamina hacia la autonom¨ªa profesional. Los blogueros son el prototipo. ¡°Dependen de s¨ª mismos, aunque los riesgos de falta de objetividad son mayores¡±, dice. Lo que parece claro es que ¡°las redacciones, como aparatos organizativos que son, se est¨¢n minimizando¡±, como apunta el hecho de que, seg¨²n describe, desde 2003 se han perdido el 30% de los periodistas en EE UU.
En este nuevo ecosistema, ?qu¨¦ misi¨®n desempe?a el llamado periodismo ciudadano? ¡°La cuesti¨®n es discernir si se pueden considerar como una fuente de informaci¨®n y/o si generar mensajes period¨ªsticos¡±, dice Mart¨ªn Bernal. En un trabajo titulado Periodismo ciudadano versus periodismo profesional: ?somos todos periodistas? y realizado en colaboraci¨®n con Pinar Agud¨ªez y Sergi Pr¨ªncipe, Elena Real expone que la simple recolecci¨®n, edici¨®n y difusi¨®n de noticias no constituye una labor que pueda ser catalogada sin m¨¢s como periodismo. Ni quien la hace puede ser investido ¡ªpor este simple hecho¡ª con el rango de periodista. ¡°El movimiento denominado como periodismo ciudadano, parte de este planteamiento equivocado. Y el empecinamiento que desgraciadamente persiste en definir al periodista por la mera actividad ayuda a que el error crezca en magnitud y se generalice hasta l¨ªmites insospechados. De esta manera, se extiende la idea de que ambas tareas (la del periodista, por un lado, y la del p¨²blico por otro) son id¨¦nticas, est¨¢n al mismo nivel, y, por tanto, susceptibles de esgrimir las mismas exigencias en cuanto a derechos informativos (?y los deberes no cuentan?). Y ya que son iguales, el profesional puede verse relegado por el aficionado¡±. Conclusi¨®n: periodista no es sin¨®nimo de comunicador; ni medio de comunicaci¨®n, an¨¢logo a periodismo.
En un mundo en el que la informaci¨®n es infinita resulta dif¨ªcil distinguir el buen periodismo del simple ruido. Mientras algunos perciben la tecnolog¨ªa como la causa del problema, Jos¨¦ Francisco Serrano cree que es precisamente la soluci¨®n. ¡°Es un instrumento para un fin: la narraci¨®n de las historias¡±. En su opini¨®n, no existe un problema tecnol¨®gico sino antropol¨®gico. ¡°La tecnolog¨ªa evoluciona, pero ahora lo hace m¨¢s aceleradamente que en otros periodos de la historia. El periodismo tiene una base: la narraci¨®n de hechos y dichos de las personas. Y el periodismo ciudadano tiene un papel en el proceso de la comunicaci¨®n, pero no se puede pretender que sustituya al profesional¡±, apunta. Y a?ade: ¡°El nuevo periodismo debe dar protagonismo a personas reales y concretas. Debe dar relevancia a la esfera p¨²blica¡±.
?Se puede establecer una frontera entre el viejo y el nuevo periodismo? Muchos creen que, en esencia, no. Entre otras cosas porque es uno de los pilares sobre los que descansan las sociedades democr¨¢ticas ¡°y es bueno preservarlo¡±, como subraya el profesor Josep Llu¨ªs Mic¨®, director del grado en Periodismo de la Facultad de Comunicaci¨®n Blanquerna (Universitat Ramon Llull). Es consciente de que con la popularizaci¨®n de las tecnolog¨ªas digitales ha emergido un periodismo participativo y c¨ªvico. Aunque estrictamente hablando el nombre no le cuadre del todo. ¡°El periodismo¡±, recalca Mic¨®, ¡°requiere una serie de labores de contraste y t¨¦cnicas de veracidad a la hora de exponer con rigor y equilibrio un relato¡±. Existen muchos ejemplos de periodismo ciudadano que no se ajusta a ese modelo. ¡°Ni tienen por qu¨¦ ajustarse¡±, aclara.
No obstante, tiene su utilidad. Al igual que los blogs. ¡°Al principio parec¨ªan la quintaesencia de lo alternativo y lo independiente. En el origen de muchos blogs estaba alejarse de lo que representaban los medios tradicionales¡±. Sin embargo, algunos ¡°han visto su potencial y los han absorbido, pero no se rigen por los mismos c¨®digos¡±. ¡°Sus funciones no son coincidentes¡±, dice Mic¨®, que resume en 13 palabras lo que es el periodismo: ¡°No estar casado con nadie m¨¢s que con el rigor y la honradez¡±. Las mismas que usa Serrano: ¡°El periodismo no es solo una t¨¦cnica, sino una funci¨®n social de servicio¡±.
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