Indigentes para limpiar Fukushima
Reclutadores buscan personas sin hogar que cobran menos del salario m¨ªnimo La descontaminaci¨®n radiactiva se lleva a cabo con retraso y falta de supervisi¨®n
Seji Sasa suele recorrer la estaci¨®n de tren de Sendai, una ciudad al norte de Jap¨®n, cada ma?ana. Lo hace antes de que amanezca, en busca de personas sin hogar. No es un trabajador social. Es un reclutador. Los hombres de esta estaci¨®n son potenciales peones que Sasa puede enviar a contratistas en esta zona asolada por el desastre nuclear de 2011 por una retribuci¨®n de 100 d¨®lares por cabeza.
¡°As¨ª es como los reclutadores como yo entramos cada d¨ªa¡±, dice Sasa mientras camina entre hombres que duermen sobre cart¨®n y se aferran a sus abrigos para combatir el fr¨ªo del invierno. Tambi¨¦n es la forma en la que Jap¨®n encuentra gente dispuesta a aceptar un salario m¨ªnimo por uno de los empleos menos deseados en el mundo industrializado: trabajar en la limpieza de residuos radiactivos en un ¨¢rea del norte del pa¨ªs mayor que Hong Kong, tarea que cuesta al pa¨ªs 35.000 millones de d¨®lares, recaudados a trav¨¦s de impuestos.
Hace casi tres a?os, un monumental terremoto y tsunami arras¨® las poblaciones de la costa noreste de Jap¨®n y provoc¨® m¨²ltiples fusiones nucleares en la central de Fukushima. Hoy, el plan de limpieza radiactiva m¨¢s ambicioso que se haya llevado a cabo se est¨¢ ejecutando con retraso. El esfuerzo se ve dificultado por la falta de supervisi¨®n y escasez de trabajadores, seg¨²n el an¨¢lisis de los contratos y las decenas de entrevistas con los afectados que ha realizado Reuters.
En enero, octubre y noviembre, gangsters japoneses fueron detenidos y acusados de infiltrarse en la red de subcontratas de descontaminaci¨®n del gigante de la construcci¨®n Obayashi Corp y de enviar ilegalmente a trabajadores al proyecto financiado por el Gobierno.
El pasado octubre, Sasa reclut¨® a varios sintecho en la estaci¨®n de tren de Sendai, que despu¨¦s terminaron limpiando el suelo y escombros radiactivos en la ciudad de Fukushima por menos del salario m¨ªnimo, seg¨²n la polic¨ªa y los relatos de los involucrados. Estos hombres en realidad acababan trabajando, a trav¨¦s de una cadena de tres empresas intermediarias, para Obayashi.
Obayashi, que es uno de los m¨¢s de 20 principales constructores involucrados en los proyectos del Gobierno para eliminar la radiaci¨®n, no ha sido acusado de ning¨²n delito. Pero la ola de detenciones ha demostrado que los miembros de las organizaciones criminales m¨¢s grandes de Jap¨®n ¨CYamaguchi-gumi, Sumiyoshi-kai e Inagawa-kai- hab¨ªan establecido agencias de reclutamiento en el mercado negro al servicio de Obayashi.
¡°Estamos tom¨¢ndonos muy en serio el hecho de que estos incidentes siguen sucedi¨¦ndose uno detr¨¢s de otro¡±, dijo Junichi Ichikawa, un portavoz de Obayashi, quien tambi¨¦n afirm¨® que la compa?¨ªa ajust¨® el control de sus subcontratistas de menor nivel con el fin de excluir a los delincuentes, conocidos como yakuza. ¡°Hab¨ªa aspectos de lo que hab¨ªamos estado haciendo que no fueron lo suficientemente lejos¡±, continu¨®.
Parte del problema de controlar el dinero de los contribuyentes en Fukushima es el gran n¨²mero de empresas involucradas en la descontaminaci¨®n, que van desde los principales contratistas que lideran el mercado a los peque?os subcontratistas, muy por debajo de estos. El n¨²mero total no ha sido revelado. Pero en las diez ciudades m¨¢s contaminadas y en una carretera que recorre el norte m¨¢s all¨¢ de las puertas de la planta destruida en Fukushima, Reuters advirti¨® que 733 empresas estaban trabajando para el Ministerio de Medio Ambiente, seg¨²n las condiciones de los contratos parciales dados a conocer por el propio Ministerio en agosto, de acuerdo con la ley japonesa de divulgaci¨®n de la informaci¨®n.
Reuters tambi¨¦n cont¨® 56 subcontratistas que figuran en las listas del Ministerio de Medio Ambiente con contratos por valor de 2.500 millones de d¨®lares en las ¨¢reas con m¨¢s radiactividad de Fukushima y que, al no haber sido aprobadas por el Ministerio de la Construcci¨®n, no hubieran podido conseguir licitaciones en cualquier otra obra p¨²blica.
La ley de 2011 que regula la descontaminaci¨®n puso el control bajo el Ministerio de Medio Ambiente el mayor programa de gasto administrado nunca por esta instituci¨®n, que tiene una antig¨¹edad de 10 a?os. La misma ley tambi¨¦n rebaj¨® los controles sobre los licitadores, haciendo posible que las compa?¨ªas ganaran contratos de limpieza de radiaci¨®n sin la b¨¢sica publicaci¨®n de los mismos y el certificado requerido para participar en trabajos p¨²blicos como la construcci¨®n de carreteras.
Reuters tambi¨¦n encontr¨® cinco empresas trabajando para el Ministerio de Medio Ambiente que no pudieron ser identificadas. No estaban registradas en el Ministerio de la Construcci¨®n, no consta su n¨²mero de tel¨¦fono o p¨¢gina web, y Reuters no pudo encontrar un simple registro corporativo que revele su due?o. Tampoco hab¨ªa registro de las firmas en la base de datos de la principal empresa de investigaci¨®n de cr¨¦dito, Teikoku Databank
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