Mano dura para la droga blanda
Espa?a endurece las normas sobre estupefacientes en contra de la tendencia hacia regulaciones menos restrictivas
El pasado 10 de diciembre, el Senado de Uruguay aprob¨® una novedosa ley para regular la producci¨®n, distribuci¨®n y venta de marihuana. El pa¨ªs sudamericano se convirti¨® en el primero en todo el mundo en legalizar esa sustancia a nivel estatal, acaparando desde entonces todas las miradas al ser tambi¨¦n el primer pa¨ªs de Am¨¦rica Latina en abordar la problem¨¢tica del tr¨¢fico y consumo de estupefacientes desde un punto de vista distinto al empleado durante los ¨²ltimos 50 a?os, basado en perseguir tanto a los distribuidores como a los consumidores de drogas. Tambi¨¦n en EE UU hay movimientos en ese sentido, aunque de momento solo a nivel regional: desde este 1 de enero est¨¢ permitida la venta con fines recreativos en establecimientos autorizados en Colorado, y dentro de unos meses entrar¨¢ en vigor una ley similar en el Estado de Washington.
Paralelamente, Espa?a est¨¢ tomando el camino inverso. El Gobierno quiere aprobar, con toda la oposici¨®n en contra, la llamada Ley para la Protecci¨®n de la Seguridad Ciudadana que, entre otras medidas pol¨¦micas, prev¨¦ un aumento de alrededor del triple ¡ªde 300 a 1.001 euros¡ª de la sanci¨®n m¨ªnima por tenencia de estupefacientes en v¨ªa p¨²blica, proh¨ªbe los cultivos dom¨¦sticos de cannabis ¡ªa pesar de que su consumo privado es legal¡ª y elimina la posibilidad de sustituir las multas de posesi¨®n de drogas por un tratamiento de desintoxicaci¨®n.
En 2011 se cumplieron 40 a?os desde que Richard Nixon declar¨® su guerra contra la droga. El entonces presidente americano asegur¨® en 1971 que el consumo de estupefacientes era una ¡°emergencia nacional¡±, el ¡°enemigo p¨²blico n¨²mero uno del pa¨ªs¡±, y destin¨® millones de d¨®lares a aumentar el tama?o y la presencia de las agencias de control de estupefacientes en todo el Estado y el continente americano. Pasadas cuatro d¨¦cadas, pocos expertos se atreven a negar su fracaso: a pesar de los inmensos recursos destinados, los niveles de adicci¨®n, tr¨¢fico y violencia relacionados con las drogas contin¨²an aumentando o, en el mejor de los casos, se han estabilizado.
Lo evidenci¨® el informe de la Comisi¨®n Global de Pol¨ªticas de Drogas remitido a la ONU en 2011, que marc¨® un punto de inflexi¨®n en la percepci¨®n de que las medidas represivas eran las m¨¢s adecuadas para luchar contra el problema. Elaborado por intelectuales de la talla de Javier Solana, Kofi Annan, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes o George Shultz, el informe alentaba a todos los gobiernos a experimentar ¡°con modelos de regulaci¨®n legal de las drogas (en especial el cannabis) para salvaguardar la salud y la seguridad de los ciudadanos¡±.
?Por qu¨¦ Espa?a nada en contra de la tendencia mundial de abordar el problema desde un punto de vista de reducci¨®n de da?os, aumenta las sanciones e incluso elimina la posibilidad de adherirse a tratamientos de desintoxicaci¨®n para sustituir las multas por posesi¨®n? ¡°El Gobierno va a contracorriente. Volvemos a concepciones de hace 40 a?os que han sido superadas en todos los pa¨ªses civilizados¡±, explica Araceli Manj¨®n-Cabeza, quien fue directora general del Plan Nacional sobre Drogas. ¡°Eliminar la posibilidad de acogerse a programas de desintoxicaci¨®n nos equipara a pa¨ªses como Rusia, donde solo se concibe al consumidor como un delincuente¡±.
Manj¨®n, que tambi¨¦n estuvo dos a?os al frente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ¡ª¡°donde se juzgan los grandes casos de narcotr¨¢fico¡±, recuerda¡ª, pas¨® de ser adalid del prohibicionismo en sus a?os al frente de estas instituciones a clamar por un cambio de pol¨ªticas despu¨¦s de estudiar la cuesti¨®n durante 20 a?os. ¡°Trabajar en la prohibici¨®n me dio un escenario privilegiado¡±, explica, ¡°mi ingenuidad era absoluta hasta que me di cuenta del derroche en t¨¦rminos econ¨®micos y humanos, sin obtener ning¨²n resultado positivo¡±. Hoy se considera partidaria ¡°en l¨ªneas generales¡± de la legalizaci¨®n de todas las drogas, ¡°lo cual no significa barra libre¡±, matiza. Este peri¨®dico ha intentado conocer la versi¨®n de los actuales responsables del Plan Nacional sobre Drogas, pero no ha recibido respuesta de la instituci¨®n.
Las voces que abogan por modificar la pol¨ªtica antidroga mundial son cada vez m¨¢s numerosas e influyentes. A la legalizaci¨®n del cannabis en Uruguay hay que sumar ocho pa¨ªses sudamericanos que se est¨¢n planteando despenalizar el consumo personal de cannabis o de todas las drogas, despu¨¦s de que un informe de la OEA (Organizaci¨®n de Estados Americanos) del pasado mayo planteara por primera vez esta soluci¨®n como alternativa a la violencia que genera el tr¨¢fico de estupefacientes en el continente. En Estados Unidos se permite la compra y venta de marihuana para uso medicinal, con receta m¨¦dica, en 17 Estados, aparte de la legalizaci¨®n para uso recreativo en Colorado y Washington y de que el distrito de Nueva York tambi¨¦n se lo plantea.
Las drogas en la ¡®ley Fern¨¢ndez¡¯
- Tratamiento. Desaparece la posibilidad de sustituir la sanci¨®n por tenencia o consumo de drogas en la v¨ªa p¨²blica por un tratamiento de desintoxicaci¨®n.
- Sanci¨®n. La sanci¨®n m¨ªnima por tenencia en la v¨ªa p¨²blica (sin necesidad de estar consumiendo) aumenta de 300 a 1.001 euros. Hasta la fecha se sol¨ªa imponer la sanci¨®n m¨ªnima para las peque?as incautaciones. La m¨¢xima por este concepto ser¨¢ de 30.000 euros, la misma cantidad que en la normativa anterior.
- Locales. Tambi¨¦n se impone la misma sanci¨®n para el "abandono de los instrumentos empleados para el consumo" de drogas, as¨ª como permitir el consumo en locales o establecimientos por parte de sus propietarios o administradores.
- Cultivo. Se castigar¨¢ con entre 1.001 y 30.000 euros la plantaci¨®n y cultivo de drogas "no constitutivos de delito".
- 'Cundas'. Se castigar¨¢ con la misma cantidad el traslado de personas, con cualquier tipo de veh¨ªculo (cundas), con el objeto de facilitar a estas el acceso a drogas o estupefacientes, siempre que no constituya delito.
Europa tampoco escapa de la tendencia reguladora. Suiza despenaliz¨® en octubre la posesi¨®n de cannabis para uso personal. El distrito de Kreuzberg, en el centro de Berl¨ªn, aprob¨® a finales de noviembre una iniciativa para abrir coffeeshops en el parque G?rlitzer, uno de los espacios de la ciudad m¨¢s castigados por el narcotr¨¢fico. El pasado diciembre, 106 profesores de Derecho Penal alemanes ¡ªentre ellos, el expresidente del Tribunal Federal¡ª firmaron una petici¨®n a favor de la despenalizaci¨®n de las drogas blandas. Copenhague, la capital de Dinamarca, anunci¨® en marzo que pretende iniciar un programa experimental de tres a?os en los que el municipio ser¨¢ el encargado directo de producir y vender el cannabis. B¨¦lgica tambi¨¦n permite la posesi¨®n de hasta tres gramos de marihuana o de una planta para consumo personal. Portugal se convirti¨® en 2001 en el primer pa¨ªs europeo en descriminalizar el uso y la posesi¨®n de todas las drogas il¨ªcitas y ahora, una docena de a?os despu¨¦s, el uso de estupefacientes ha crecido ligeramente, pero al mismo nivel que en muchos otros pa¨ªses europeos. Por el contrario, se ha reducido el consumo de hero¨ªna ¡ªprincipal preocupaci¨®n del Ejecutivo portugu¨¦s cuando tom¨® la decisi¨®n¡ª y han descendido las condenas relacionadas con las drogas.
¡°Est¨¢ m¨¢s que demostrado que aumentar las sanciones no reduce el consumo¡±, explica Carmen Mart¨ªnez, secretaria de Organizaci¨®n de la UNAD (Uni¨®n de Asociaciones y Entidades de Ayuda al Drogodependiente). ¡°Los adictos tienen la posibilidad de recuperarse, nos lo demuestran a diario¡±, contin¨²a, ¡°no se les debe perseguir sino curar. Adem¨¢s, tampoco aumentar¨¢ la recaudaci¨®n ya que estas sanciones tan altas son imposibles de asumir por los drogodependientes¡±.
Tanto Manj¨®n como las asociaciones de consumidores de cannabis consultadas coinciden en que la nueva ley es un intento del Ejecutivo de frenar los procesos de regulaci¨®n existentes en Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco, donde se han creado comisiones parlamentarias para regular los clubes de fumadores y el cultivo de marihuana. ¡°Sancionar el cultivo es una forma de yugular la actividad de los clubes de cannabis¡±, sostiene Manj¨®n. Jaume Xaus, portavoz de la Federaci¨®n de Usuarios de Cannabis, apunta en la misma direcci¨®n. ¡°No se persigue el tr¨¢fico sino las iniciativas que han surgido de la sociedad civil. Nos est¨¢n intentando poner palos en las ruedas¡±, afirma.
El Ministerio del Interior, que no ha consultado la reforma ni con las asociaciones de ayuda a la drogadicci¨®n ni con las de consumidores de cannabis, parece dispuesto a acabar con el actual modelo asociativo que ha surgido a la sombra de un vac¨ªo legal. M¨¢s all¨¢ de multar con entre 1.001 y 30.000 euros los ¡°actos de plantaci¨®n de drogas no constitutivos de delito¡±, la nueva normativa prev¨¦ entre sus medidas cautelares la ¡°suspensi¨®n o clausura de locales¡± en los que se est¨¦n consumiendo drogas as¨ª como la ¡°retirada de autorizaciones, permisos o licencias¡±. Con la legislaci¨®n actual, las multas por cultivos dom¨¦sticos no se imponen por defecto, pues no existe la sanci¨®n administrativa en caso de que no haya delito. Solo un juez puede decidir en cada caso si una plantaci¨®n dom¨¦stica debe ser penalizada.
La Generalitat de Catalu?a no tiene intenci¨®n de paralizar su proceso de regulaci¨®n del cannabis, seg¨²n afirman fuentes cercanas a la redacci¨®n del futuro ¡°c¨®digo de buenas pr¨¢cticas¡± que regular¨¢ la materia, y ya se estudia la manera de permitir la existencia de estas asociaciones a pesar de la nueva ley estatal.
Interior niega que se haya incluido expresamente la prohibici¨®n del cultivo para acabar con la actividad de estos clubes. En cuanto al aumento de las sanciones, considera que ¡°1.001 euros de 2014 no representan una cuant¨ªa sensiblemente superior a 50.000 pesetas (300 euros, la antigua sanci¨®n m¨ªnima) de 1992¡±. Sobre la eliminaci¨®n de la posibilidad de sustituir la multa por un tratamiento, alega que dicha medida ¡°no ha resultado eficaz para los objetivos de integraci¨®n social que persegu¨ªa¡±.
Aumentar las sanciones no reduce el consumo, dice Carmen Mart¨ªnez
Reiterados estudios han demostrado que, en materia de drogas, los gobiernos logran beneficios financieros y sociales mucho mayores invirtiendo en programas sociales y de salud, antes que dedicando los recursos a actividades de persecuci¨®n y aplicaci¨®n de la ley. Los informes demuestran tambi¨¦n que los pa¨ªses que han desarrollado estrategias de reducci¨®n de da?os (reposici¨®n de jeringuillas, asistencia, sustituci¨®n de sanciones por programas de desintoxicaci¨®n...) tienen un porcentaje de prevalencia de VIH entre adictos mucho menor. En Australia, por ejemplo, la tasa de toxic¨®manos con sida es del 2%. En Rusia, donde no existe ninguna pol¨ªtica de reducci¨®n de da?os, supera el 35%. Otro aspecto probado es que los factores que influyen en la decisi¨®n de comenzar a tomar drogas tienen que ver m¨¢s con el contexto social y econ¨®mico, la moda o los progenitores que con la normativa de cada pa¨ªs.
Seg¨²n el Informe Europeo sobre Drogas de 2013, al menos 85 millones de europeos adultos (una cuarta parte) han consumido una droga ilegal en alg¨²n momento de su vida. De estos, 77 millones declararon que hab¨ªa sido cannabis. De los 250 millones de usuarios de drogas estimados en el mundo, la ONU considera que solo un 10% se pueden clasificar como dependientes o ¡°problem¨¢ticos¡±. En Espa?a, el ¨²ltimo informe del Plan Nacional sobre Drogas, referido a 2011, expone una estabilizaci¨®n en el consumo de alcohol, hero¨ªna y cannabis y una reducci¨®n de la coca¨ªna. Seg¨²n Manj¨®n, los datos ni la situaci¨®n en Europa y Am¨¦rica justifican los cambios legislativos. ¡°No es un tema cient¨ªfico sino pol¨ªtico¡±, considera. ¡°La tendencia mundial si no va hacia la legalizaci¨®n, s¨ª hacia un tratamiento m¨¢s humano y coherente¡±.
Fe de erratas: En una anterior versi¨®n de este art¨ªculo, publicado en la edici¨®n impresa del 3 de enero de 2014, se aseguraba que el informe de la Comisi¨®n Global de Pol¨ªticas de Drogas era de la ONU, cuando realmente solo se remiti¨® a esta organizaci¨®n y fue elaborado por un organismo independiente formado por, entre otros, el ex Secretario General de la ONU Kofi Annan.
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