La afiliaci¨®n de las asistentas se frena en 2013 tras 120.000 nuevas altas en 2012
El colectivo denuncia una precarizaci¨®n tras la entrada en vigor del nuevo r¨¦gimen hace dos a?os
El empleo sumergido en el sector dom¨¦stico en Espa?a ya no emerge a la velocidad que lo hac¨ªa tras la entrada en vigor en 2012 de la ley que integr¨® a las trabajadoras del hogar en el r¨¦gimen general de la Seguridad Social. El primer a?o de aplicaci¨®n las altas aumentaron significativamente, con m¨¢s de 100.000 nuevas afiliaciones, cuando el empleo en el sector estaba estancado. Pero conforme pasan los meses el crecimiento de cotizantes tiende a cero. En diciembre, las 423.821 empleadas registradas de media supon¨ªan solo un 1,9% m¨¢s que el a?o anterior. Seg¨²n la Encuesta de Poblaci¨®n Activa, el n¨²mero total de personas que trabajan en el servicio dom¨¦stico es de 679.600 en el tercer trimestre de 2013, ¨²ltimo dato disponible.
Los colectivos de empleadas, la mayor¨ªa inmigrantes, denuncian adem¨¢s una precarizaci¨®n en los ¨²ltimos meses que sobre todo afecta a las que trabajan por horas. ¡°Ya en 2012 empezaron a bajar los sueldos porque muchas familias descontaron del salario lo que ten¨ªan que pagar a la Seguridad Social, pero ha ido a peor. La crisis tiene que ver, pero tambi¨¦n el cambio que hizo el Gobierno hace un a?o, al eliminar la obligaci¨®n de que fuera el empleador el que hiciera el tr¨¢mite. Ahora muchos dan un precio cerrado y nosotras tenemos que hacer el papeleo y pagarlo todo¡±, explica Graciela Gallego, presidenta de la plataforma Servicio Dom¨¦stico Activo (Sedoac). ¡°Y muchas extranjeras tienen que aceptar lo que sea porque necesitan cotizar para no perder la tarjeta sanitaria¡±, a?ade. ¡°Hay quien cobra cinco euros la hora y quien no llega al salario m¨ªnimo con 10 horas de trabajo¡±.
Desde 2012 las empleadas de hogar ya no tienen un r¨¦gimen especial de cotizaci¨®n, est¨¢n integradas en el llamado r¨¦gimen general, el que tiene la gran mayor¨ªa de asalariados, aunque con algunas diferencias. El cambio, que lleg¨® con la reforma de pensiones pactada en 2011 por el Gobierno socialista, los sindicatos y la patronal, supuso para familias y empleadas la obligaci¨®n de cotizar aunque solo trabajaran una hora al mes ¡ªantes era opcional hasta las 20 horas mensuales¡ª. Ten¨ªa que hacerlo el empleador, es decir, las familias, y se les hac¨ªa responsables de tramitar el alta.
Tres reg¨ªmenes en dos a?os
- Hasta 2011 las empleadas de hogar ten¨ªan un r¨¦gimen de cotizaci¨®n especial. La obligaci¨®n de darse de alta en la Seguridad Social solo surg¨ªa cuando la trabajadora desempe?aba m¨¢s de 20 horas al mes; hasta ese l¨ªmite era opcional.
- En 2012, la reforma de pensiones que retrasaba la edad de jubilaci¨®n legal de 65 a 67 a?os tambi¨¦n acab¨® con el r¨¦gimen de cotizaci¨®n especial de las limpiadoras. Desde enero de ese a?o, familias y empleadas cotizaban desde la primera hora. La responsabilidad de hacerlo y de ingresar las cotizaciones correspondientes reca¨ªa sobre los empleadores, es decir, las familias.
- En 2013 vuelve a cambiar la normativa. Persiste la obligaci¨®n de cotizar desde la primera hora, pero si la empleada no supera las 60 horas al mes en un hogar, la responsabilidad de pagar la cuota ¨ªntegra recae sobre ella si as¨ª lo acuerda con la familia. El empleador queda eximido si acredita que ha pagado a la empleada la n¨®mina y la cotizaci¨®n.
Justo un a?o despu¨¦s, el nuevo Gobierno cambi¨® la regulaci¨®n. Mantiene la obligaci¨®n para ambas partes de cotizar desde la primera hora, pero hace responsable de ingresar la cotizaci¨®n ¨ªntegra ¡ªla cuota empresarial y la obrera¡ª a la empleada si trabaja menos de 60 horas mensuales en un hogar. Si se incumple este precepto, la responsabilidad es compartida; no obstante, el empleador puede eludirla si acredita que ha pagado el salario y la parte correspondiente de cotizaci¨®n.
El cambio de 2012 estimul¨® la afiliaci¨®n en un sector en el que, hasta entonces, se observaba que m¨¢s de la mitad del empleo era sumergido si se comparaban las cifras de la Seguridad Social con las de la encuesta de poblaci¨®n activa. En un a?o, el n¨²mero de cotizantes creci¨® en casi 120.000. Este ritmo se mantuvo durante el primer trimestre, pero conforme avanz¨® el a?o aminor¨® la velocidad hasta una subida media de poco m¨¢s de 8.000 afiliadas.
¡°El efecto del cambio de 2013 ha sido que en el primer a?o en que era obligado cotizar desde la primera hora aflor¨® un tercio del empleo sumergido del sector; y en el segundo, se ha quedado en un aumento de 8.000 cotizantes¡±, lamenta Carlos Bravo, responsable de Seguridad Social de CC OO. ¡°Ya avisamos al Gobierno de que esto iba a pasar¡±, apunta Carmen L¨®pez, de UGT, ¡°no entendimos el cambio¡±. No obstante, L¨®pez admite que en esta ralentizaci¨®n no solo ha tenido un papel el efecto del ¨²ltimo cambio legal, tambi¨¦n la situaci¨®n econ¨®mica.
El Gobierno, por su parte, no hace una lectura positiva de los datos: destaca que este r¨¦gimen es el ¨²nico de los integrados en el general que crece. Y afirma, sobre el frenazo que se observa todos los meses, que hay un componente estad¨ªstico y tambi¨¦n estacional, propio de diciembre.
En el lado opuesto se sit¨²a Joan Coscubiela, de Izquierda Plural. ?l cree importante el cambio normativo de 2013 y ve falta de voluntad pol¨ªtica en el Ejecutivo. Como prueba de esto, cita una proposici¨®n no de ley de su grupo en el Congreso que apuesta por la homologaci¨®n plena de derechos de las empleadas de hogar con el resto de asalariados, siguiendo un convenio internacional de la OIT, que no sale adelante.
Daniel Izuzquiza, del Centro Pueblos Unidos de Madrid, que ofrece asistencia a inmigrantes, opina ha faltado voluntad pol¨ªtica. ¡°No se ha hecho una apuesta decidida. El Gobierno del PP, que ha tenido que aplicar una norma del PSOE, siempre ha realizado una lectura negativa. Es cierto que no se ha logrado sacar de la econom¨ªa sumergida a todas, pero lograr 100.000 nuevas altas en solo un a?o puede considerarse un dato positivo¡±, comenta. ¡°Para seguir creciendo hay que hacer un esfuerzo constante en el tiempo porque no se trata solo de una cuesti¨®n t¨¦cnica, sino tambi¨¦n de un cambio de mentalidad sobre el valor del trabajo dom¨¦stico¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.