Ellas tiran de la igualdad

En los a?os noventa, Espa?a presentaba un retraso considerable en relaci¨®n a otros pa¨ªses en t¨¦rminos de actitudes igualitarias respecto a los roles de g¨¦nero. A¨²n as¨ª, en los ¨²ltimos 20 a?os la adopci¨®n de un modelo m¨¢s igualitario ha sido muy r¨¢pida y los datos m¨¢s recientes sit¨²an a Espa?a justo detr¨¢s de los pa¨ªses n¨®rdicos y muy por encima de los otros pa¨ªses del sur de Europa.

Adem¨¢s, las disparidades entre grupos educativos han ido disminuyendo con el tiempo y ha aumentado considerablemente el desfase entre hombres y mujeres. Es decir, que mientras las mujeres han ido avanzando muy r¨¢pidamente en la asunci¨®n de un modelo igualitario, para los hombres el progreso ha sido mucho m¨¢s lento. El porcentaje de personas que manifiestan actitudes igualitarias en Espa?a ha pasado de un 70% en 1990 a un 82% en 2008. En cambio, el desfase entre mujeres y hombres ha crecido de 10 a 20 puntos porcentuales, lo cual significa que el avance espa?ol se debe exclusivamente a las mujeres.

En la misma investigaci¨®n se demuestra que las disparidades de igualdad de g¨¦nero por sexo en un pa¨ªs est¨¢n correlacionadas negativamente con el indicador sint¨¦tico de fecundidad: en los pa¨ªses donde los valores de igualdad de g¨¦nero son m¨¢s homog¨¦neos entre mujeres y hombres, encontramos tasas de fecundidad m¨¢s elevadas. Por lo tanto, el retraso de los hombres espa?oles en adaptarse a un nuevo modelo de equilibrio familiar (que conlleva, por ejemplo, participar m¨¢s en las tareas dom¨¦sticas y en cuidar de los ni?os), puede explicar en parte la baja fecundidad en Espa?a.

Por otro lado, las instituciones deben poner de su parte. Para que la igualdad de g¨¦nero sea efectiva y se creen las condiciones para una fecundidad m¨¢s alta no es suficiente que las parejas compartan valores igualitarios, sino que tambi¨¦n es necesario que el Estado se encargue de proveer servicios de atenci¨®n a la infancia y pol¨ªticas familiares adecuadas (por ejemplo, ampliar los permisos de paternidad).