En las redes de las series
Los espectadores acuden a la ficci¨®n televisiva para entretenerse y sentirse conectados a su entorno. Internet recupera las audiencias m¨¢s j¨®venes gracias al uso de Facebook y Twitter
El empe?o de Carrie Mathison en Homeland, el misterioso Don Draper en Mad Men, la brutalidad de Walter White en Breaking Bad, los sobresaltos de Juego de tronos, el embrollo de The Wire... Con la eclosi¨®n en la ¨²ltima d¨¦cada de las llamadas series de culto y el consumo masivo de ficci¨®n por Internet, revive un producto que ve¨ªa envejecer a sus espectadores y llegaba cada vez menos al p¨²blico joven.
Desde piezas de 20 minutos en una comedia de situaci¨®n como Friends o Los Simpson hasta la peque?a pel¨ªcula de una hora que es cada episodio de Los Soprano, cada p¨²blico busca su t¨ªtulo. Y, cada vez m¨¢s, combina varios que consume de manera peri¨®dica en televisi¨®n o engulle en la Red. Alberto Caballero, guionista de La que se avecina, cree que la ficci¨®n es ¡°terap¨¦uticamente necesaria¡±. Para Mariano Bucero, psic¨®logo experto en la construcci¨®n de personajes, las series son una manera de alimentar ¡°el psic¨®logo que llevamos dentro porque todos tenemos la necesidad de especular con las situaciones que viven los dem¨¢s y la ficci¨®n es un espacio infinito para hacerlo¡±.
?xitos "made in Spain"
Las 10 m¨¢s vistas. El p¨²blico espa?ol se inclina por las series espa?olas. Desde los a?os noventa, cuando comenzaron a despuntar las televisiones privadas, la ficci¨®n m¨¢s vista en Espa?a es Farmacia de guardia, cuya mejor marca est¨¢ situada en 11,5 millones de telespectadores. La segunda plaza se la adjudica M¨¦dico de familia, con 10,8 millones y la tercera posici¨®n la ocupa Aqu¨ª no hay quien viva, con 8,3 millones. A continuaci¨®n figuran Los Serrano (8,1 millones), Cu¨¦ntame c¨®mo pas¨® (7,2), Ana y los siete (6,9), A¨ªda (6,8), ?guila Roja (6,4), ?Ala... Dina! (5,8) y La que se avecina (5,4).
Cosecha de 2o13. El a?o pasado, las emisiones de ficci¨®n m¨¢s vistas estuvieron lideradas por producciones espa?olas. En cabeza se situ¨® ?guila Roja, que alcanz¨® en su cap¨ªtulo m¨¢s seguido 5,3 millones de espectadores. Al podio tambi¨¦n subieron El tiempo entre costuras (5,1) y Cu¨¦ntame c¨®mo pas¨® (5). La serie extranjera m¨¢s seguida fue La c¨²pula, con 4,5 millones, lo que pone de manifiesto el dominio de la industria made in Spain.
Para alimentar esas tramas sugerentes David Vi?as, profesor de Cr¨ªtica Literaria de la Universidad de Barcelona y autor de El enigma best-seller (Ariel), receta un ¡°c¨®ctel¡± de elementos de la tradici¨®n literaria que, combinadas, ofrecen un sinf¨ªn de combinaciones: la ambientaci¨®n de la novela g¨®tica, la investigaci¨®n policial, las aventuras amorosas, las experiencias de formaci¨®n, la acci¨®n trepidante... ?guila Roja es el ejemplo m¨¢s recurrente cuando los expertos citan una serie de ¨¦xito. Ha sido la m¨¢s vista de 2013 en Espa?a, con varios picos de m¨¢s de cinco millones de espectadores. ¡°La apuesta era muy arriesgada: ?un ninja en pleno siglo XVII! Pero as¨ª se aseguraban aventuras y acci¨®n. Adem¨¢s, tiene reconstrucci¨®n hist¨®rica. Aunque el rigor sea m¨ªnimo en algunas ocasiones, es suficiente para que se cumpla el prop¨®sito did¨¢ctico caracter¨ªstico de los productos de la cultura de masas, donde a menudo se busca que el lector o espectador tenga la sensaci¨®n de que va aprendiendo cosas sin la necesidad de ir a una biblioteca¡±, reflexiona Vi?as, que ha estudiado decenas de novelas best-seller para entender qu¨¦ tiene este tipo de narrativa ¡°m¨¢gica¡± que engancha a millones de personas.
Dar con la p¨®cima no es mezclar agua con tres pelos de cola de caballo y las cenizas de un fuego extinguido hace mucho tiempo, como ironizaba Noah Gordon cuando alguien le preguntaba por el ¨¦xito de sus libros. Y el equilibrio entre repetir una f¨®rmula que ha funcionado, algo pr¨¢cticamente condenado al fracaso desde el principio, y la experimentaci¨®n, necesaria aunque siempre con mesura, puede ser el elixir del ¨¦xito. ¡°Cuando te das cuenta de que los h¨¦roes tambi¨¦n mueren, todo se vuelve mucho m¨¢s aterrador¡±, admit¨ªa en una entrevista a The Telegraph David Benioff Weiss, uno de los guionistas de Juego de tronos que, a lo largo de tres temporadas ha dado giros dr¨¢sticos que han indignado a muchos espectadores y fascinado a muchos m¨¢s.
No es solo la ficci¨®n m¨¢s descargada de la historia pese a llevar solo tres temporadas en antena, sino que ha sido igual de vista por televisi¨®n en EE UU que mediante descargas ilegales en todo el mundo, seg¨²n datos publicados recientemente por el servidor mayoritario Freak Torrent. Casi seis millones de personas piratearon la serie, a las que hay que sumar a todas las que la vieron en streaming (directamente en l¨ªnea) legal e ilegalmente. Breaking Bad y The Walking Dead ocupan el segundo y tercer puesto en la lista, con 4,2 y 3,6 millones de descargas, respectivamente, aunque ambas suponen a¨²n una proporci¨®n peque?a en relaci¨®n a sus audiencias televisivas.
Cada tipo de p¨²blico adapta el consumo a sus necesidades
El cierre de Megaupload en 2012 dej¨® desorientados a los usuarios de las descargas y streaming ilegales, que cayeron del 73% al 65% de los espectadores, seg¨²n el ¨²ltimo Estudio del televidente 2.0 de The Cocktail Analysis. El resurgimiento de nuevas opciones en la web a lo largo de 2013 ha provocado, sin embargo, un repunte y el 82% de los televidentes, cada vez m¨¢s adultos, ya lo hacen en alguna ocasi¨®n de manera ilegal por internet. La audiencia legal de Mad Men en Internet alcanz¨® el mill¨®n de espectadores durante la ¨²ltima temporada, frente a los 2,3 millones que la siguieron ante el televisor.
Empresas como Netflix, una plataforma de contenidos online, permiten la televisi¨®n a la carta, pero se convierten a su vez en el principal competidor de los canales de pago. El canal HBO, por ejemplo, que produce sus propias ficciones, se ha negado a vender a Netflix los derechos de sus series. ¡°En Espa?a tenemos un problema de oferta de contenidos en Internet de modo legal porque no hay una gran plataforma para acceder a un amplio cat¨¢logo a un precio razonable. Netflix aqu¨ª no existe¡±, reclama Guerrero.
¡°Los internautas buscan algo m¨¢s que el simple visionado. Quieren estar muy puestos para poder hablar antes y comentar despu¨¦s de cada cap¨ªtulo¡±, explica Charo Lacalle, catedr¨¢tica de Semi¨®tica de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona y autora de J¨®venes y ficci¨®n televisiva (UOCpress), que ha constatado que este medio ha sido clave para recuperar al p¨²blico joven que se interesa especialmente por los g¨¦neros fant¨¢sticos. ¡°Los elementos esot¨¦ricos incitan al espectador a ansiar constantemente informaci¨®n sobre la saga, la simbolog¨ªa, las familias... y esto alimenta la fidelidad entre temporadas¡±, a?ade.
Casi seis millones de aficionados
Los guionistas dosifican la informaci¨®n para mantener la tensi¨®n de la trama y jugar con las expectativas del espectador para no perderlo en un corte publicitario, al final de un cap¨ªtulo o entre temporadas. ¡°Los formalistas rusos dec¨ªan que lo mejor para generar intriga era provocar un desorden temporal: empezar in media res y mantener al espectador en la ignorancia de detalles tanto tiempo como fuera posible. Esto pide saltos temporales o elipsis que se tienen que ir completando para que todo al final resulte coherente¡±, explica Vi?as.
¡°El guion tiene muchas trampas para enganchar, pero la clave es administrar el futuro. Hay que tirar la ca?a hacia adelante e ir avanzando hacia el objetivo por un camino inesperado e inevitable, pero con cuidado porque los espectadores se enfadan mucho por muchas cosas. No entienden el deus ex maquina [cuando las cosas pasan por gracia divina sin m¨¢s explicaciones]. Muchos tienen una historia prototipo y quieren que la serie se adapte a ella, pero parad¨®gicamente, si no los hacemos sufrir, no van a querer continuar¡±, advierte Alberto Macias, guionista de Cu¨¦ntame c¨®mo pas¨® y que trabaja ahora en una adaptaci¨®n de Alatriste.
Macias cree que ¡°el espectador es muy vago en general¡±, que tiene la atenci¨®n dispersa y que exige inmediatez. ¡°Nos damos cuenta de esto cuando vemos que, durante la emisi¨®n, entre 10.000 y 12.000 personas pueden estar comentando el cap¨ªtulo en las redes sociales¡±, redunda. Ver el programa en la televisi¨®n es solo el comienzo de la implicaci¨®n de una persona con la serie y las redes sociales como Facebook y Twitter son un altavoz y un catalizador del tradicional boca a boca. ¡°Cuando alguien descubre un contenido que le gusta, siente la necesidad de compartirlo. Con Internet es instant¨¢neo. Ver una serie en casa se puede experimentar como una actividad grupal, pues el intercambio de comentarios se produce justo despu¨¦s del episodio o durante los cortes de publicidad. Comparten teor¨ªas, predicciones y se ayudan unos a otros en la construcci¨®n de significados, formando un mundo de la serie y el final de temporada, por ejemplo, se hace m¨¢s emocionante¡±, apunta Paola Cabrera, investigadora del Observatorio de Ficci¨®n Espa?ola y experta en el fen¨®meno fan.
¡°Los fans aprovechan para descargarse la serie completa y verla de una atracada, pero la mayor¨ªa de programas de televisi¨®n est¨¢n pensados para ser seriados y enganchar a la audiencia. Un producto autoconclusivo tiene por s¨ª un poder inferior de fidelizar a la audiencia¡±, explica Enrique Guerrero, profesor de producci¨®n de entretenimiento de la Universidad de Navarra, que avisa de que los elementos que distinguen la narrativa televisiva de la cinematogr¨¢fica ¡ªverbalizaci¨®n y redundancia¡ª pueden acabar evolucionando para adaptarse a estos ¡°atracones¡±.
La mayor¨ªa de las producciones m¨¢s vistas de Espa?a son nacionales
¡°Debido a la fragmentaci¨®n de la audiencia es muy complicado llegar a cotas de cinco millones de espectadores. Hace algunos a?os, cuando un hogar recib¨ªa ¨²nicamente seis u ocho canales en abierto, era algo m¨¢s accesible¡±, explica Javier L¨®pez, gerente de an¨¢lisis del gabinete Barlovento Comunicaci¨®n. El a?o pasado solo ?guila Roja y El tiempo entre costuras han alcanzado esa barrera. Esta atomizaci¨®n de la audiencia evita que vuelvan a verse en Espa?a r¨¦cords de 11 millones de espectadores, como sucedi¨® con M¨¦dico de familia.
Pese a que el 53% de las series emitidas en el horario de m¨¢xima audiencia est¨¢n producidas en EE UU, la media oculta que el 80% de las series emitidas por las cadenas que lideran las audiencias en ficci¨®n de TVE, Telecinco y Antena 3 est¨¢n producidas en Espa?a; mientras que en La Sexta y Cuatro ascienden al 95% los programas importados de Estados Unidos, seg¨²n un estudio de Eurodata TV Worldwide.
Mercedes Medina, experta profesora del departamento de Empresa Informativa de la Universidad de Navarra, explica adem¨¢s que con las ventas internacionales de los productos se recupera hasta el 20% del coste de la producci¨®n, seg¨²n los distribuidores: ¡°Las series ya no se hacen solo pensando en las audiencias nacionales, sino tambi¨¦n en el mercado internacional y se incluyen conductas arquet¨ªpicas en los personajes que puedan ser reconocidas en cualquier contexto cultural¡±.
Alberto Caballero, el guionista de La que se avecina, destaca, no obstante, que la serie funciona por la capacidad de sintetizar comportamientos de la calle, vicios de la crisis y problemas de la gente. ¡°Los espectadores nos escriben para darnos las gracias por hacerles re¨ªr en un momento en que el pa¨ªs est¨¢ tan mal o por hacerles pasar dos horas con la familia. La gente est¨¢ deseando desconectar¡±. Para inspirarse, Caballero cuenta que le basta con conversar con amigos, pasear por Madrid ¡ª¡°nos encontramos a un presidente de finca que iba repartiendo su tarjeta¡±¡ª o recordar personajes con los que se ha ido cruzando. ¡°Una serie no deja de ser una farsa. Parodiamos la realidad para llevarla al terreno de lo surreal o lo absurdo, pero la trama de La que se avecina ser¨ªa dur¨ªsima sin chistes ni comedia: son historias de paro, de desahucios, de perdedores. Todos tenemos alguna insatisfacci¨®n ante la vida¡±.
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