Cr¨®nicos y agudos pugnan por una cama de hospital en Canarias
El presidente acusa a las familias de bloquear el sistema por no recoger a 400 pacientes dados de alta No hay recursos suficientes en centros de media estancia
El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, advirti¨® ayer de que 400 pacientes hospitalizados ¡°est¨¢n en condiciones de irse a su casa y sus familiares no los recogen, lo que supone un bloqueo de camas que hacen falta para otros pacientes¡±. Probablemente sin quererlo, Rivero puso el foco en uno de las principales deficiencias de la asistencia sanitaria en Espa?a: la falta de atenci¨®n adecuada (y en algunos casos, el abandono) que sufren buena parte de los enfermos que ya no necesitan permanecer ingresados en un hospital de agudos pero que tampoco est¨¢ en condiciones de volver a casa.
La ausencia de recursos adecuados que llenen este vac¨ªo, ya sea porque no hay suficientes camas de media y larga estancia o por el atasco del sistema de dependencia, provoca que se acaben ocupando camas de hospitales generales por parte de pacientes que deber¨ªan de ser atendidos en otros centros.
El presidente Rivero defini¨® esta situaci¨®n como ¡°una cuesti¨®n cultural¡±, en la entrevista que concedi¨® ayer a la Cadena SER. Fuentes de su departamento aclararon horas m¨¢s tarde que el problema radica en que se trata de pacientes con patolog¨ªas m¨²ltiples con familias que no pueden atenderlos o que ¡°no quieren ir a recogerlos¡±. El debate, probablemente, tiene bastante m¨¢s que ver con las carencias del sistema sanitario y de la red de atenci¨®n social espa?ola.
La atenci¨®n hospitalaria est¨¢ orientada principalmente a atender procesos agudos, es decir, a estabilizar a la persona que ha sufrido un infarto cerebral o a operar una cadera rota. Una vez concluido este proceso, el hospital da de alta al paciente. Pero puede darse el caso de que el enfermo no est¨¦ en condiciones de irse a casa. Quiz¨¢s se enfrente a un proceso de rehabilitaci¨®n complejo (logopedia en el caso del ictus, fisioterapia en el paciente de cadera) o a una delicada convalecencia que necesita de constantes curas. El destino ideal para estas personas ser¨ªa un hospital de media o larga estancia. Pero en muchos casos no existe un n¨²mero suficiente de plazas p¨²blicas, por lo que no es infrecuente que los familiares del enfermo rechacen el alta.
Las islas est¨¢n a la cola en el n¨²mero de dependientes atendidos
PricewaterhouseCoopers destac¨® esta cuesti¨®n en el reciente informe Diez temas candentes para la sanidad en Espa?a 2013. Bajo el ep¨ªgrafe Una necesidad no resuelta en nuestro pa¨ªs: hospitales de cuidados intermedios, la consultora aborda el d¨¦ficit de camas de larga estancia en Espa?a, que sit¨²a al pa¨ªs a la cola de la OCDE.
Los pa¨ªses de nuestro entorno cuentan con numerosas instituciones que prestan servicios de larga duraci¨®n ¡°de forma que se liberan recursos de camas hospitalarias, de mayor coste para el sistema¡±. Ello provoca que en Espa?a, ¡°en gran medida, los centros de agudos act¨²an como hospitales intermedios¡± por el bloqueo de camas por pacientes que no necesitan la asistencia que debe prestar un hospital general, como es el caso de Canarias.
?Cu¨¢l es el volumen total del problema? La consultora cita un informe de la Fundaci¨®n Edad&Vida (promovido, entre otras entidades por aseguradoras sanitarias y empresas de residencias de mayores) que fija en unas 5.300 las camas ocupadas por pacientes ¡°que podr¨ªan beneficiarse de una atenci¨®n alternativa de car¨¢cter sociosanitario¡±. Otras fuentes elevan al 50% las camas ocupadas por pacientes cr¨®nicos. De acuerdo con los datos del Ministerio de Sanidad, hay 102.700 camas en hospitales generales p¨²blicos y casi 20.000 privadas.
Si estas personas abandonaran estos hospitales y se trasladaran a centros de cuidados intermedios el ahorro estimado podr¨ªa suponer unos 1.500 millones de euros anuales para el Sistema Nacional de Salud, seg¨²n el mismo informe.
Paulino Rivero asegur¨® ayer que
se trata de una cuesti¨®n ¡°cultural¡±
Jos¨¦ Antonio L¨®pez Trigo, presidente de la Sociedad Espa?ola de Geriatr¨ªa y Gerontolog¨ªa (SEGG) afirma que las reticencias de las familias o de los propios enfermos por irse a casa ¡°van a m¨¢s¡±. ¡°Eso ocurre cuando hay un deficiente apoyo en la transici¨®n¡± del hospital a la vivienda, indica. ¡°Posiblemente sean personas que necesiten una atenci¨®n intermedia¡±. La causa de esta mayor demanda est¨¢ en que ¡°las curvas de poblaci¨®n y las de recursos no crecen al mismo ritmo¡±. ¡°Ahora hay mucho sobreenvejecimiento, personas de m¨¢s de ochenta a?os con muchas patolog¨ªas. Cuando ingresan es por un episodio grave, pero todo se resiente. Es como las fichas de domin¨®. Son personas en una situaci¨®n de precariedad y lo que se intenta es darles el alta sin que haya dispositivos intermedios. Recursos con menos exigencias tecnol¨®gicas como un centro de convalecencia que, a cambio, d¨¦ m¨¢s rehabilitaci¨®n¡±.
A este escenario se suma que el sistema de Dependencia no es capaz de cubrir el papel que ten¨ªa asignado de reforzar la atenci¨®n ¡ªdesde la vertiente de los servicios sociales¡ª de estos enfermos que requieren de una supervisi¨®n sanitaria de baja o media intensidad. Seriamente afectado por la sucesi¨®n de recortes acometidos por el Gobierno, el proceso de reconocimiento de ayudas atraviesa por un severo bloqueo. La lista de espera de personas a las que se les ha reconocido el derecho a una prestaci¨®n pero que a¨²n no la disfrutan asciende a 190.503 personas, seg¨²n los ¨²ltimos datos difundidos a finales del a?o pasado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
Ello supone que, por ejemplo, aquella persona mayor que sufra una fractura de cadera y lleve meses o a?os esperando las ayudas no podr¨¢ salir del hospital para seguir siendo atendida, por ejemplo, por un cuidador familiar o en la residencia que se le deber¨ªa de haber concedido.
En el caso de Canarias se conjugan las dos circunstancias. No solo se encuentra entre las autonom¨ªas con peores n¨²meros en el desarrollo del sistema de dependencia, seg¨²n los informes elaborados por los profesionales de servicios sociales y los oficiales. Adem¨¢s, de las 7.663 camas hospitalarias con las que cuenta el archipi¨¦lago repartidas en 12 centros p¨²blicos y 11 privadas, solo unas 200 son plazas de cuidados de media y larga estancia.
La falta de continuidad entre la asistencia sanitaria y la social no es ninguna novedad. En su primera comparecencia en el Congreso de los Diputados, la ministra de Sanidad, Ana Mato, present¨® como una de sus prioridades la coordinaci¨®n entre los ¨¢mbitos sanitario y social, y avanzar hacia el denominado espacio sociosanitario capaz de ofrecer una asistencia integral a los pacientes. Fuentes de este departamento indicaron ayer a este diario que se est¨¢ trabajando en ello y se est¨¢ definiendo un cat¨¢logo de prestaciones, sistemas de informaci¨®n compartidos o el perfil de la persona con necesidades sociosanitarias, entre otros aspectos.
Atendidos en un lugar equivocado
El 75% del gasto sanitario se genera por enfermedades cr¨®nicas; un 80% de las consultas en atenci¨®n primaria est¨¢n relacionadas con estos pacientes.
El 10% de los cr¨®nicos generan el 55% de las estancias hospitalarias y un 5% de estos enfermos representan ellos solos el 40% de todos los ingresos.
El 20% de los pacientes cr¨®nicos que ingresan en hospitales de agudos podr¨ªan ser atendidos en hospitales de media y larga estancia, donde el coste por proceso es m¨¢s barato.
Una cama de media y larga estancia suele costar hasta seis veces menos que la de un hospital general.
Entre el 25% y el 50% de las hospitalizaciones de pacientes cr¨®nicos podr¨ªan evitarse con un buen control de la enfermedad.
En Espa?a solo hay 0,13 camas de media y larga estancia por 1.000 habitantes.
Con informaci¨®n de Emilio de Benito
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