Alta m¨¦dica, baja social
La falta de plazas en centros de media estancia o residencias bloquea a pacientes en los hospitales Los especialistas piden reforzar los cuidados intermedios
Con 56 a?os ya casi no puede moverse, apenas habla. Roberto tiene alzh¨¦imer y acaba de ser trasladado temporalmente a un centro de larga estancia en Gran Canaria. Antes, hab¨ªa pasado siete meses en un hospital de agudos, a pesar de tener el alta m¨¦dica. Su hija Carla, de 34 a?os, se neg¨® a llevarlo a casa. Dado el avanzado estado de su enfermedad, no pod¨ªa hacerse cargo de ¨¦l, ni tampoco afrontar el coste de una residencia privada. Roberto y Carla son nombres ficticios; su caso, no. Como tampoco el de los 390 pacientes que, como se?al¨® a principios de la semana pasada el presidente de esta comunidad aut¨®noma, Paulino Rivero, permanecen en hospitales generales del archipi¨¦lago, a pesar de estar dados de alta. Una situaci¨®n que no es exclusiva de las islas.
Roberto pas¨® siete meses en un centro de agudos, a pesar de tener el alta
¡°En Espa?a no est¨¢ bien resuelta la transici¨®n entre los sistemas sanitario y social¡±, comenta David Casado, del Instituto Catal¨¢n de Evaluaci¨®n de Pol¨ªticas P¨²blicas, con 15 a?os de experiencia en el an¨¢lisis de la asistencia sociosanitaria. ¡°Este es el gran reto actual del sistema sanitario¡±, a?ade Laura Pellis¨¦, directora del Centro de Investigaci¨®n en Econom¨ªa y Salud de la Universidad Pompeu Fabra. ¡°Un reto que consiste en la adaptaci¨®n a la atenci¨®n de la patolog¨ªa m¨²ltiple y a los pacientes cr¨®nicos; pasar del sistema actual a otro con continuidad entre lo sanitario y lo social. Es un proceso lento y un desaf¨ªo de alcance mundial¡±, a?ade.
¡°No est¨¢ bien resuelta la transici¨®n de lo sanitario a lo social¡±, indica un experto
Los hospitales se est¨¢n convirtiendo en espacios cada vez m¨¢s tecnificados orientados hacia la r¨¢pida rotaci¨®n de pacientes, y es aqu¨ª, en el aumento de la actividad, donde se centran los esfuerzos. Pero, en ocasiones, cuando llega el momento del alta, la continuidad de los cuidados no est¨¢ garantizada: no hay camas de media estancia o residencias. Es entonces cuando los especialistas hablan de alta sanitaria y baja social, como apunta Eduardo Zafra, autor de distintos estudios sobre la materia: ¡°Es gente cuyas condiciones sociales no hacen posible sacarlos del hospital¡±.
El paciente sigue en el hospital, rodeado de una tecnolog¨ªa que no necesita y sin recibir la atenci¨®n sanitaria de baja o media intensidad o los cuidados sociales que requiere. Ante la falta de alternativas, la hospitalizaci¨®n se alarga innecesariamente, lo que repercute no solo en el paciente. Aumenta el gasto ¡ªuna cama de cuidados intermedios cuesta hasta seis veces menos que de atenci¨®n aguda¡ª y se interfiere la actividad programada. A m¨¢s camas bloqueadas, menor actividad y mayor lista de espera.
M¨¢s enfermos cr¨®nicos y m¨¢s envejecidos
- Canarias es una autonom¨ªa especialmente infradotada de recursos de cuidados intermedios. De las 7.663 camas de hospital que tiene, 200 son de media y larga estancia. Adem¨¢s, es la comunidad con menor porcentaje de poblaci¨®n atendida por la dependencia: 0,54% frente a la media estatal del 1,6%.
- Espa?a es, con 31,1 camas de larga estancia por 1.000 habitantes, el tercer pa¨ªs por la cola en este tipo de recurso asistencial en la OCDE. Solo van detr¨¢s Italia (17,5) y Polonia (19,8). La media es de 49,5.
- El 20% de los pacientes cr¨®nicos que ingresan en los hospitales de agudos podr¨ªan ser atendidos en centros de media y larga estancia, con un coste por cama de hasta seis veces menos.
- Entre el 70% y el 75% del gasto sanitario est¨¢ relaciondo con las enfermedades cr¨®nicas.
- En Espa?a, seg¨²n la Encuesta Europea de Salud (EES) 2009, el 45,6% de la poblaci¨®n mayor de 16 a?os padece al menos un proceso cr¨®nico y el 22% de la poblaci¨®n, dos o m¨¢s.
- Las enfermedades cr¨®nicas son la causa del 80% de las consultas de atenci¨®n primaria.
- La edad media de hospitalizaci¨®n en el Sistema Nacional de Salud, en 2010, fue de 53,9 a?os, casi cuatro m¨¢s que los datos de 2010. Excluyendo las altas tras el parto, el grupo de edad de 75 y m¨¢s a?os es el m¨¢s numeroso.
No es f¨¢cil determinar la magnitud del problema en Espa?a. Al margen de la informaci¨®n ofrecida por Rivero, no hay datos oficiales p¨²blicos, como admite el Ministerio de Sanidad. Algo muy distinto a lo que sucede en pa¨ªses con mayor tradici¨®n de transparencia como Inglaterra. La sanidad p¨²blica brit¨¢nica (National Health Service) ofrece datos sobre bed blocking ¡ªcamas bloqueadas¡ª en su p¨¢gina web. Los registros muestran que los datos actuales son los m¨¢s altos de los ¨²ltimos tres a?os. En noviembre, hab¨ªa 4.190 pacientes con el alta m¨¦dica que segu¨ªan ingresados en Inglaterra (Gales y Escocia contabilizan los datos al margen) debido, fundamentalmente, a retrasos a la hora de evaluar a los pacientes y por falta de plazas en geri¨¢tricos.
En Espa?a, la Fundaci¨®n Edad & Vida (integrada por aseguradoras sanitarias y empresas de residencias de mayores) eleva a 5.238 las camas de hospitales de agudos ocupadas por pacientes con perfil sociosanitario, ¡°con un coste de 1.500 millones de euros al Sistema Nacional de Salud¡±.
Los especialistas consultados destacan dos factores clave en el bloqueo de camas en Espa?a. Por un lado, la falta de camas de cuidados intermedios (media y larga estancia). Seg¨²n los ¨²ltimos datos del Ministerio de Sanidad, de 2011, por cada 10 camas p¨²blicas en hospitales de agudos hay una en centros de media y larga estancia, el recurso m¨¢s indicado para pasar una larga convalecencia o un proceso de rehabilitaci¨®n. ¡°Hay pocas y al final el hospital de agudos hace esta funci¨®n¡±, se?ala Agustina Herv¨¢s, jefa de la unidad de trabajo social del hospital Virgen del Roc¨ªo de Sevilla.
El otro gran cuello de botella es el atasco que sufre el sistema de dependencia. La lista de espera para acceder a los servicios sociales que contempla la ley (residencias, centros de d¨ªa, ayuda domiciliaria) alcanza a 190.000 beneficiarios que tienen derecho a las prestaciones, pero que a¨²n no las reciben.
Las necesidades que plantean los pacientes cr¨®nicos y dependientes son consecuencia del ¨¦xito en el manejo de la enfermedad. Con el incremento de la expectativa de vida han aumentado las patolog¨ªas cr¨®nicas (la prevalencia de la diabetes ha pasado en 10 a?os del 7% al 17% en mayores de 75 a?os), se solapan las enfermedades (m¨¢s de un 25% de mayores de 45 a?os tienen m¨¢s de una patolog¨ªa cr¨®nica), se incrementa el n¨²mero de enfermos de edad avanzada y de dependientes. Y no hay que olvidar que con la enfermedad se agrava la dependencia y viceversa.
Reino Unido publica datos sobre ¡®camas bloqueadas¡¯ en la red hospitalaria
Ante este escenario, los hospitales est¨¢n desarrollando estrategias para evitar el bloqueo de camas, como apunta Bernardo Valdivieso, responsable de planificaci¨®n del hospital La Fe de Valencia. Por ejemplo, con el control de pacientes cr¨®nicos con riesgo de desestabilizarse, para reducir visitas a urgencias que acaben en ingresos. Tambi¨¦n se trabaja en la gesti¨®n de las salidas del hospital. En los grandes centros hay equipos que comienzan a planificar el alta en el mismo momento del ingreso, de forma que si se prev¨¦ que ser¨¢ necesaria alg¨²n tipo de asistencia social se trabaja desde el principio para tener un recurso listo. O, por ejemplo, potenciando la hospitalizaci¨®n a domicilio.
Los empresarios de la dependencia han ofrecido sus plazas vac¨ªas de residencias
Pero la adaptaci¨®n a las necesidades que plantea el (no tan) nuevo perfil de paciente cronificado y pluripatol¨®gico no se resuelven solo desde el ¨¢mbito hospitalario. Ni siquiera desde el estrictamente sanitario. ¡°Debe haber una mayor continuidad de cuidados, y para ello se debe reorganizar las Administraciones tanto sanitaria como social, conseguir una reasignaci¨®n de roles tanto en atenci¨®n primaria, como en especializada y en los servicios sociales que desemboque en la integraci¨®n de los espacios sanitario y social¡±, apunta Laura Pellis¨¦.
Hasta el momento, los mayores esfuerzos en este sentido han tenido lugar ¡°especialmente en Catalu?a y Pa¨ªs Vasco¡±, a?ade. Pero las experiencias realizadas han sido muy heterog¨¦neas, no solo entre las autonom¨ªas, sino con servicios muy distintos entre ¨¢reas de salud, hospitales y municipios de una misma regi¨®n.
A ra¨ªz de las declaraciones de Rivero, el Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales record¨® que est¨¢ trabajando en un plan de integraci¨®n de la asistencia sociosanitaria ¡°con el objetivo de atender de forma integral la salud de las personas¡±. Estos trabajos los sigue muy de cerca la patronal de residencias de mayores, con m¨¢s de 50.000 plazas vac¨ªas, que ya ha ofrecido sus centros para liberar camas de agudos. ¡°Entre el 50% y el 60% de nuestras instalaciones son adaptables para atender a estos pacientes¡±, sostiene Alberto Echevarr¨ªa, responsable de la Federaci¨®n de Empresarios de la Dependencia.
Mientras tanto, Roberto sigue a la espera de una soluci¨®n definitiva. ¡°Si todo va bien, en 12 meses mi padre tendr¨¢ una plaza definitiva en un centro sociosanitario p¨²blico¡±, comenta su hija Carla. Hace ya tres a?os que comenz¨® los tr¨¢mites para conseguirla.
Con informaci¨®n de Mar¨ªa Sosa Troya, Patricia Tubella, Reyes Rinc¨®n y Sonia Vizoso.
?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.