Es pol¨ªtica, no pedagog¨ªa
"Hay que aprender las dos lenguas, que esto del biling¨¹ismo despeja las mentes, est¨¢ probado¡¡±. ¡°Eres un anticatal¨¢n¡±. No hay di¨¢logo, hay un muro.
Ayer seguro que llegaron a Barcelona muchos visitantes extranjeros que no hab¨ªan estado nunca en esta ciudad y, aunque hubieran estado otras veces, desconoc¨ªan el r¨¦gimen jur¨ªdico de las lenguas en Catalu?a. Al pasear por las calles, subir a un transporte p¨²blico o tomar una copa en un bar, pudieron comprobar que los ciudadanos se expresaban indistintamente, con toda normalidad y sin conflicto alguno, en catal¨¢n y en castellano. ?Qu¨¦ facilidad para cambiar de lengua sin ni siquiera pensarlo!, quiz¨¢s comentaron.
Pero si a estos visitantes les explicaran que la consejera de Ense?anza del Gobierno aut¨®nomo catal¨¢n no cumple repetidamente ni la ley ni las sentencias porque se opone a que en la escuela se ense?e en castellano, a excepci¨®n de la asignatura de Lengua Espa?ola, no entender¨ªan nada. ?C¨®mo una sociedad tan amable y tolerante, tan dispuesta a cambiar de lengua porque considera que un idioma es ante todo un medio para entenderse y no para enfrentarse, tiene unos gobernantes tan intransigentes y cerriles? Lo que es habitual en la calle, en las familias, entre amigos, est¨¢ prohibido en escuelas e institutos: el visitante se quedar¨ªa asombrado. ?Qu¨¦ gente m¨¢s rara!
Realmente todo es muy raro. Por varias razones. La primera, porque desde hace a?os es imposible discrepar en algo sobre este tema sin que te descalifiquen: ¡°?Eres un anticatal¨¢n!¡±. ¡°Bueno, pero si yo simplemente digo que hay que aprender las dos lenguas, que esto del biling¨¹ismo despeja las mentes, est¨¢ probado¡¡±. ¡°Eres un anticatal¨¢n¡±. No hay di¨¢logo, hay un muro.
Una segunda rareza es el incumplimiento sistem¨¢tico de la Constituci¨®n, el estatuto, las leyes y las sentencias. El Parlamento catal¨¢n aprob¨® una buena primera ley biling¨¹ista en 1983. Al poco ya se incumpl¨ªa. Por fin, en 1994 una sentencia del TC sent¨® la doctrina que han aplicado los autos de ayer: el catal¨¢n es el centro de gravedad del modelo, pero el castellano no debe ser excluido como lengua vehicular. Una prudente doctrina sin duda protectora del catal¨¢n. Han pasado 20 a?os, con sentencias, leyes, autos, m¨¢s sentencias: las autoridades catalanas ni caso, las espa?olas pasando. ?Un m¨ªnimo del 25% lectivo y otra asignatura adem¨¢s de la lengua castellana! Ni eso, no admiten ni eso.
Adem¨¢s hay hipocres¨ªa. La normativa no se cumple. En muchas escuelas concertadas y privadas, incluso p¨²blicas, se utilizan ambas lenguas. Una ley es arbitraria cuando solo se cumple cuando conviene. La ley no es monoling¨¹ista por principio, por supuesto pol¨ªtico: no puede admitirse que el castellano sea ¡°tambi¨¦n¡± una lengua oficial de Catalu?a porque en el imaginario nacionalista es la lengua de los invasores, se impuso por una ¡°violencia antigua¡±, como dijo Jordi Pujol hace unos a?os. Con la lengua en la escuela se hace pol¨ªtica, no pedagog¨ªa, se quiere inculcar a los catalanes la idea de que en Catalu?a solo hay una lengua. Y se est¨¢ consiguiendo.
Francesc de Carreras es catedr¨¢tico de Derecho Constitucional en la Aut¨®noma de Barcelona.
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