El miedo a vivir sin agua
La sequ¨ªa que azota California pone en peligro el suministro de 17 comunidades
C¨®mo vivir sin agua es la pregunta que ronda por la cabeza de los vecinos de la peque?a comunidad de Lompico, en las monta?as de Santa Cruz (California). Con casas esparcidas en medio de extensos bosques de secuoyas, donde habitan tambi¨¦n leones de monta?a, gatos silvestres y ardillas, a primera vista la existencia de sus 500 habitantes parece id¨ªlica, al menos hasta ahora, cuando la falta de agua se ha convertido en una pesadilla con la que tienen que convivir d¨ªa a d¨ªa.
Saben que su destino est¨¢ escrito en la siguiente curva del tiempo, a una distancia de entre 60 y 120 d¨ªas, lo que pueden resistir las reservas de agua sin agotarse del todo, si es que contin¨²a sin llover. Y los pron¨®sticos no apuntan en ese sentido. Los cient¨ªficos empiezan a hablar ya de una mega-sequ¨ªa. Se conoce por tal nombre una sequ¨ªa que dura m¨¢s de dos d¨¦cadas y que si las cosas no cambian se podr¨ªa convertir en una epidemia cr¨®nica para California de graves consecuencias en todos los ¨¢mbitos.
La mega-sequ¨ªa ha empezado a dejar ya su rastro en las zonas rurales, peor provistas que las ciudades para resistir la escasez de agua. Diecisiete comunidades rurales, esparcidas por los condados de Kern, Madera, Mariposa, Mendocino, Fresno, Sonoma y Santa Cruz, entre otros, est¨¢n a punto de quedarse sin una gota de agua, y Lompico est¨¢ entre ellas.
¡°Estamos aterrorizados¡±, expresa sin ambages una se?ora rubia entrada en a?os, la ¨²nica clienta de la tienda que regenta una chica de aspecto asi¨¢tico. Prefiere reservarse su nombre porque, explica, no es la propietaria de la casa donde vive, aunque su sentimiento de p¨¢nico lo comparten muchos. Encontrar a alguien con quien hablar en Lompico es una empresa dif¨ªcil, ya que las casas est¨¢n desperdigadas y no hay un alma con quien intercambiar una palabra, as¨ª que la se?ora sin nombre contin¨²a contando como hace para ahorrar agua: ¡°Solo me ducho de vez en cuando, cocino con muy poca y no desperdicio ni una gota¡±. ¡°Est¨¢ situaci¨®n est¨¢ alterando la vida de todos, estamos disgustados. El Water District nos ha pedido reducir el consumo al 30%, pero c¨®mo voy a reducir m¨¢s, es imposible. No s¨¦ muy bien c¨®mo vamos a salir de esta si no llueve. Hasta en la Iglesia han puesto un cartel para que la gente rece¡±.
Nada m¨¢s enfilar la carretera estrecha del bosque en direcci¨®n a Lompico se ven los carteles con letras en tama?o grande ¡°Water emercency¡± (emergencia de agua), detallando las medidas que Lompico County Water Distric ha tomado para hacer frente a la situaci¨®n. Entre ellas, adem¨¢s de la reducci¨®n del consumo al 30%, la prohibici¨®n de regar los jardines y huertos (solo de 8 a 9 de la tarde), la de lavar los veh¨ªculos y limitar el uso del lavavajillas, la lavadora e incluso las duchas. Y se avisa a los vecinos de que, en caso de no observar estas medidas, se les podr¨ªa cortar el servicio de agua.
En busca de la presencia de alg¨²n humano, aparte de las majestuosas secuoyas que, acostumbradas a la humedad, tambi¨¦n est¨¢n sufriendo la sequ¨ªa, un chico acaba de parar su moto junto al puente de un r¨ªo que apenas lleva agua. Se llama Jacob Waring, tiene 18 a?os y lleva viviendo en Lompico desde los 10 con su madre. ¡°La gente est¨¢ muy molesta porque estamos pagando facturas de 200 d¨®lares cada dos meses por el agua y encima, yo y mi madre, por ejemplo, hemos reducido la ducha de 20 minutos o media hora a cinco. Pero lo peor, seg¨²n dicen, es que nos quedamos sin agua si no llueve pronto¡±.
Jacob apunta un aspecto cr¨ªtico en Lompico y es el coste del agua. En una comunidad de clase media tener que pagar cada dos meses un m¨ªnimo de 108 d¨®lares, incluso sin gastar ni una gota, y hasta 600, parece excesivo. Lo sabe muy bien Lois Henry, presidenta del Water District: ¡°Es la peor situaci¨®n que he vivido en los 43 a?os que llevo aqu¨ª¡±, dice muy seria. Lleva toda la semana atendiendo a los medios y haciendo declaraciones sobre la situaci¨®n angustiosa que est¨¢ atravesando Lompico. ¡°Ha sido un gran impacto para la comunidad enterarse de que est¨¢ en la lista de las 17 zonas que muy pronto podr¨ªan quedarse sin agua¡±.
¡°En estos momentos el lago que abastece Lompico est¨¢ bajo m¨ªnimos y solo tenemos dos pozos funcionando. En el caso de que uno se agotase o tuvi¨¦semos un fuego, se acab¨® el agua e incluso antes de los 60 d¨ªas que nos han pronosticado¡±, se?ala muy preocupada.
La presidenta habla de dos soluciones posibles: ¡°Traer agua en camiones, algo extremamente caro, o, algo m¨¢s plausible, trasvasar agua desde el distrito vecino de San Lorenzo, siempre y cuando obtengamos un fuerte respaldo econ¨®mico, ya que de lo contrario las 500 viviendas de Lompico tendr¨ªan que afrontar los tres millones de d¨®lares que cuesta traer el agua¡±.
A muchos vecinos se les ha pasado por la cabeza la idea de vender sus casas, ¡°pero qui¨¦n va a comprarlas ahora con la noticia que est¨¢ de boca en boca en todo el Estado¡±, se pregunta Cheryl Trapp, una madre con dos hijos a su cargo que se queja abiertamente de c¨®mo los responsables del Water District est¨¢n manejando la situaci¨®n.
¡°C¨®mo es posible que tengamos que afrontar el trasvase de agua desde San Lorenzo cuando aqu¨ª hemos pagado mucho por fijar nuestro propio sistema de agua y no funciona. Llega un momento que es imposible afrontar la factura del agua y los bancos est¨¢n embargando muchas casas porque no podemos hacer frente a las hipotecas y a la factura del agua. Y encima, es el colmo, tenemos que consumir el m¨ªnimo. S¨¦ de una familia que para ahorrar se duchan todos juntos¡±. Cheryl est¨¢ muy contrariada por lo que est¨¢ pasando, pero remata su argumento con una pizca de optimismo: ¡°Tengo la determinaci¨®n de solucionar esto, al fin y al cabo es de lo que va Am¨¦rica: tienes problemas, busca la manera de solucionarlos¡±.
¡°Estamos en peligro de extinci¨®n, no se puede vivir en una casa sin agua¡±, piensa George Gaydos, quien para ahorrar agua se ducha en el trabajo y su mujer "en casa de su madre¡±, confiesa. ¡°Pero si esto va a peor, ?qu¨¦ hacemos?¡±, expresa la misma incertidumbre que atenaza a todos.
¡°Es como si todos tuvi¨¦semos el aliento suspendido, hasta las secuoyas", dice Louis Henry, consciente de que un gran nubarr¨®n, que no presagia agua, se cierne sobre Lompico.
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