¡°Hay poca tensi¨®n literaria sobre lo que pasa alrededor¡±
Diego y Daniel son hermanos y editores de novelas y ensayos respectivamente Han trabajado juntos por primera vez con el libro Atlas de islas remotas, de Judith Schalansky


Son hermanos y editores. Diego tiene 38 a?os, y Daniel tiene 34. Llegaron por distintas v¨ªas al mundo de la edici¨®n; Diego publica ficci¨®n, fundamentalmente n¨®rdica, y de hecho su editorial se llama N¨®rdica, y aunque public¨® tambi¨¦n el Manifiesto comunista (¡°un bombazo de la leche¡±), es su hermano Daniel el que publica ¡°libros y autores m¨¢s rojos¡± con el sello Capit¨¢n Swing, nombre de un h¨¦roe colectivo de la revoluci¨®n industrial inglesa.
Se hicieron editores por casualidad, vocaci¨®n e insistencia, y han ido por caminos separados, hasta que un libro raro, Atlas de islas remotas, de Judith Schalansky, sobre las islas m¨¢s alejadas y solitarias del mundo, los junt¨® en un ¨¦xito editorial que ellos no se esperaban. Es lo primero que hacen juntos, y no ser¨¢ lo ¨²ltimo. Vienen de diferencias evidentes (Diego adora a Knut Hamsun, es su autor favorito, como lo fue de Carlos Barral, ¡°y de Jordi Herralde; siempre me manda una nota cuando lo publico¡±) y Daniel publica ensayos ¡°que tienen que ver con la realidad, con el sufrimiento de la gente¡±. ¡°Nos queremos mucho¡±, dice Daniel, ¡°pero si hici¨¦ramos lo mismo nos llevar¨ªamos a hostias¡±.
El mayor ha heredado de los padres la pasi¨®n por la buena vida, y de hecho cuando llega a esta sobremesa en el viejo caf¨¦ de los escritores se pide un combinado de vodka que bebe con la delectaci¨®n de los gourmets; es, tambi¨¦n, buen cocinero (¡°?de cosas n¨®rdicas!¡±), mientras que Daniel se conforma con el agua y con el vino tinto y a lo que m¨¢s llega en la cocina es a las croquetas de bacalao que le ense?¨® su abuela.
Los dos son soci¨®logos; a Diego le gustaban en la carrera ¡°los libros de ensayo que publica Dani¡±, pero luego, dice, siendo librero en Crisol, ¡°descubr¨ª que la literatura cuenta lo mismo que el ensayo y a m¨ª me llega m¨¢s¡±. Dani: ¡°Pues a m¨ª me gusta contar qu¨¦ pasa de veras, no lo que le pasa al ombligo del individuo¡ Aun as¨ª, he publicado La jungla, de Arthur Sinclair, y El financiero, de Theodore Dreiser¡ Novelas que en los a?os veinte de Estados Unidos fueron capaces de cambiar la legislaci¨®n sobre condiciones laborales o sobre otros asuntos sociales¡¡±. El suyo es el compromiso directo, ¡°y ahora hay poca tensi¨®n literaria sobre lo que pasa alrededor¡±. Rafael Chirbes le parece a Dani una excepci¨®n.
N¨®rdica naci¨® en 2005, cuatro a?os m¨¢s tarde naci¨® Capit¨¢n Swing, el nombre de un revolucionario ignoto. En una de las ¨²ltimas Ferias del Libro, una mano (¡°no fui yo, pero me sumo a la moci¨®n¡±) cerr¨® la caseta de Capit¨¢n Swing cuando pas¨® la princesa Letizia¡ ¡°No, y no lo hubiera hecho, ni como un acto simb¨®lico, porque adem¨¢s yo soy muy vergonzoso¡±.
Diego y Daniel Moreno no han terminado a hostias ni siquiera coeditando. Es que Atlas de islas remotas ¡°era un libro perfecto para coeditar: no encajaba en un cat¨¢logo ni en otro, es raro. Coeditar es bonito, ?aunque lo hagan hermanos!¡±. Ahora Dani est¨¢ convencido de que su hermano no le ve ¡°como el hermano desastre¡±.
Diego bebe lentamente, como los viejos editores, de modo que cuando acaba la sobremesa en el Caf¨¦ Gij¨®n a¨²n quedan restos de su combinado. El editor que encarna al revolucionario Capit¨¢n Swing ya termin¨® el agua hace rato.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.