La inteligencia del enjambre
Cient¨ªficos de Boston se inspiran en las termitas para crear cuadrillas de robots que se organizan sin control central
?Pueden 20 alba?iles edificar una casa sin un plano, 40 arquitectos erigir una ciudad sin un plan, 80 blogers editar un peri¨®dico sin un director? Los humanos parecemos requerir alg¨²n tipo de control central para construir algo sensato o servicial. Las termitas, en cambio, fabrican sus ciudades ¨Cesos t¨²mulos casi mil veces mayores que su cuerpo¡ª sin necesidad de planos, arquitectos ni jefes de obra: solo con comunicaci¨®n local. Cient¨ªficos de Boston han plagiado a las termitas y han logrado unas cuadrillas de peque?os robots que son capaces de edificar estructuras sin ning¨²n control central. Todav¨ªa no son ej¨¦rcitos, pero la rob¨®tica ya posee la inteligencia del enjambre.
Justin Werfel y sus colegas de la Universidad de Harvard y el Instituto Wyss de Ingenier¨ªa Inspirada en la Biolog¨ªa ¨Ccuyo nombre es una aut¨¦ntica declaraci¨®n de intenciones¡ª han analizado a fondo el tipo de informaci¨®n que cada termita intercambia con sus vecinas y se han apoyado en ella para dise?ar los algoritmos que rigen a sus sociedades de aut¨®matas. Los artilugios no se parecen en nada a los robots antropom¨®rficos de las pel¨ªculas. Ni siquiera se parecen a termitas: son sus algoritmos de comunicaci¨®n los que se parecen a ellas.
Cada robot tiene una capacidad sensorial muy limitada: solo puede detectar si tiene un ladrillo u otro robot al lado. Su actividad basal es recorrer el terreno, tomar un ladrillo y colocarlo; si donde va a colocarlo ve que ya hay un ladrillo, va saltando posiciones hasta encontrar un hueco; y si no lo hay en esa altura, escala a la fila de arriba. Son reglas y comportamientos realmente simples. La complejidad emerge al nivel colectivo, como la inteligencia arquitect¨®nica de las termitas. Los robots termita se presentan en ¡®Science¡¯.
¡°Todo este tema de investigaci¨®n est¨¢ inspirado por las termitas¡±, reconoce el l¨ªder del grupo, el ingeniero del Instituto Wyss Justin Werfel. ¡°Empezamos por aprender las cosas incre¨ªbles que son capaces de hacer estos insectos min¨²sculos, y dijimos: fant¨¢stico, y ahora ?c¨®mo creamos robots que funcionen de manera similar, pero construyan lo que los humanos queremos?¡±. Ya se ve que lo de ¡°Instituto Wyss de Ingenier¨ªa Inspirada en la Biolog¨ªa¡± no es solo una (buena) met¨¢fora.
Werfel explica que han programado a sus robots con dos tipos de reglas: las que son comunes a cualquier estructura que se quiera construir, y lo que ¨¦l llama ¡°normas de tr¨¢fico¡±, que son espec¨ªficas de cada construcci¨®n particular. ¡°Las normas de tr¨¢fico dicen a los robots que est¨¢n en un sitio a qu¨¦ otros sitios se les permite ir a continuaci¨®n¡±, explica. Jugando con este c¨®digo de circulaci¨®n, los investigadores de Boston han logrado que sus robots termita construyan diversos tipos de arquitecturas ¨Cuna vivienda con cinco habitaciones, un taller, un edificio de tres pisos¡ª sin ning¨²n control central.
Se podr¨ªa argumentar que el control central est¨¢ en las reglas de programaci¨®n o en las ¡®normas de tr¨¢fico¡¯, pero lo cierto es que esas normas solo funcionan localmente: como una interacci¨®n entre un robot y su vecino, o con los ladrillos que tiene al lado. Un ¡®control central¡¯ que no merece llamarse ni control ni central, y que es l¨ªcito considerar como una propiedad emergente del sistema: una que no est¨¢ en el robot, sino en la sociedad de robots.
Los sistemas descentralizados de este tipo tienen notables ventajas en la ingenier¨ªa de sistemas. La aver¨ªa de cualquier robot individual es asimilada con naturalidad por el conjunto, puesto que los robots vecinos encontrar¨¢n enseguida los huecos dejados por el que ha causado baja y los rellenar¨¢n con ladrillos como si no hubiera pasado nada.
Por una vez, la tecnolog¨ªa no tiene que bautizar su invento. Los mecanismos de coordinaci¨®n entre agentes aut¨®nomos que solo interact¨²an localmente ya tienen un nombre, aunque bien feo: ¡®estigmergia¡¯. Se lo puso en 1959 el entom¨®logo franc¨¦s Pierre-Paul Grass¨¦ en alusi¨®n, precisamente, al comportamiento de las termitas que hab¨ªa estudiado. La idea central de Grass¨¦ es que la ejecuci¨®n de una acci¨®n (como poner un ladrillo) deja una marca en el entorno (el propio ladrillo ya colocado) que gu¨ªa el comportamiento subsiguiente (como saltar una posici¨®n en la pared). De ah¨ª la construcci¨®n de la palabra, que viene de los t¨¦rminos griegos para marca (¡®stigma¡¯) y acci¨®n (¡®ergon¡¯).
La etimolog¨ªa no siempre ayuda a entender las cosas, pero la naturaleza siempre ha servido de inspiraci¨®n para inventarlas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.