EE UU obliga a los bancos a aceptar el dinero de las tiendas de marihuana

En un nuevo ejemplo de c¨®mo el Gobierno de Estados Unidos est¨¢ tratando de lidiar con la legalizaci¨®n del mercado de la marihuana, ya sea recreativa o medicinal, en varios de sus territorios, este viernes la Administraci¨®n Obama ha publicado una gu¨ªa sobre los servicios financieros que los bancos pueden prestar a los comercios autorizados para la venta legal de esta sustancia. Con estas nuevas normas se pretende acabar con el problema que se encontraban muchos titulares de dispensarios que se ve¨ªan obligados a pagar con dinero en efectivo a sus empleados y proveedores ante la negativa de las entidades financieras a permitirles abrir una cuenta de cr¨¦dito, dado que el cannabis sigue consider¨¢ndose una sustancia prohibida por las legislaci¨®n federal.

Hasta ahora, las leyes relacionadas con el lavado de dinero imped¨ªan a los bancos aceptar dinero procedente de la venta de la marihuana, tanto legal como il¨ªcita. La nueva gu¨ªa, redactada por el Departamento del Tesoro y el de Justicia, establece los casos en los que las entidades pueden prestar servicios financieros a los titulares de negocios relacionados con la distribuci¨®n o producci¨®n de ese producto y las pautas que deben seguir al respecto. ¡°Ofrecemos a las instituciones financieras claridad sobre lo que deben hacer a la hora de hacer operaciones bancarias con los empresarios relacionados con la marihuana y lo que deben denunciar a las autoridades¡±, ha se?alado una portavoz de la secci¨®n de Lucha contra el Crimen Fiscal, dependiente del Departamento del Tesoro.

En enero de este a?o comenzaron a abrirse en Colorado las primeras tiendas de venta de marihuana para fines recreativos y Washington seguir¨¢ su ejemplo a finales de este a?o. En EE UU, adem¨¢s, la venta de marihuana para fines medicinales est¨¢ permitida en 20 Estados, adem¨¢s del Distrito de Columbia. Los titulares de estos establecimientos se han venido quejando de tener que pagar a sus empleados y proveedores con cash ante la imposibilidad de poder abrir cuentas de cr¨¦dito en los bancos. El intercambio de bolsas de supermercados cargadas de dinero a fin de mes se hab¨ªa convertido en una imagen peligrosamente habitual.

El Fiscal General, Eric Holder, ya advirti¨® a finales de enero del riesgo que supon¨ªa para la seguridad la presencia de dinero en efectivo en este tipo de establecimientos. ¡°Deber¨ªan poder tener acceso al sistema bancario¡±, sostuvo entonces. El respaldo de Holder no era un apoyo expl¨ªcito a la legalizaci¨®n de la marihuana, una medida a la que su Departamento se opone, pero s¨ª una muestra de la necesidad de la Administraci¨®n de adaptarse a la realidad de un tipo de mercado que ya est¨¢ regulado en varios Estados.

No s¨®lo los due?os de establecimientos de venta de marihuana o los gobernadores de los Estados de Colorado y Washington estaban demandando de la Administraci¨®n una soluci¨®n a este problema. Las propias entidades bancarias tambi¨¦n han exigido del Gobierno una respuesta clara sobre su margen de actuaci¨®n. Para la Asociaci¨®n Americana de la Banca, sin embrago, una mera gu¨ªa sin poder legal no es suficiente garant¨ªa y esperan que el Congreso dise?e una normativa al respecto.

La facultad de que los comerciantes de marihuana legal puedan abrir cuentas bancarias u obtener tarjetas de cr¨¦dito, entre otros servicios, ahonda en la pol¨ªtica del Departamento de Justicia de no enfrentarse abiertamente a los Estados que han legalizado la marihuana para fines recreativos y evitar, as¨ª, ahondar en la dicotom¨ªa entre la legislaci¨®n estatal y la federal, como ya ha venido pasando en el caso de los Estados en los que se autorizaba la venta de esta substancia para fines medicinales.

El pasado mes de agosto el Fiscal General publicaba un memor¨¢ndum en el que se acordaba tolerar ¡°los experimentos¡± de Colorado y a Washington , siempre y cuando cumplieran con ocho prioridades federales, entre ellas prohibir la venta a menores o enviar marihuana a otros Estados. Cualquier incumplimiento de estos principios dar¨ªa lugar a un procesamiento federal